sábado, 30 de agosto de 2008

Educación Artística









Entre la belleza y el desierto.

La Meca es un lugar sagrado para todos aquellos que profesan la fé islámica, y para los arquitectos de hoy en día, que se pelean por ver quien construye el “ovni” más impresionante de todos sobre las costas del Golfo Pérsico. Desde luego las autoridades de Dubai, Qatar y Abu Dhabi tienen gran parte de culpa en este ascenso de popularidad; pues cada uno de ellos quiere hacer de su rica –aunque poco fértil- tierra el lugar soñado por turistas e inversores. Y es que en un lugar donde la variedad natural no abunda, parece que la variedad material es muy necesaria.

Desde luego las grandes obras en Oriente Próximo no podían salvarse de la controversia, que rodea todo cuanto se hacen en el mundo actual. Polémicas declaraciones sobre injustos contratos laborales a inmigrantes; que además son sometidos a una vida cercana a la esclavitud; hacen pensar a donde va este mundo y si realmente tras 4.000 años de historia humana, seguimos construyendo como en el antiguo Egipto.

Pese a todo esto, nos parece imprescindible permanecer al día de la actualidad arquitectónica en: Dubai, Qatar y Abu Dhabi; por lo que hemos decidido hacer un monográfico sobre tan polémicas, arriesgadas y carísimas obras.

ZAHA HADID

Es una prominente arquitecta, procedente de la corriente del deconstrutuvismo, nacida en Irak, pero la mayor parte de su vida la ha pasado en Londres donde tiene su estudio de arquitectura. La obra arquitectónica de Zaha Hadid ha sido reconocida en diversas ocasiones con premios de rango internacional entre ellos el premio Pritzker.

Sus Obras ARQUITECTONICAS:










Emplazado en el distrito financiero de Dubai, aspirante a convertirse en uno de los más importantes del mundo, el proyecto de la arquitecta Zaha Hadid apuesta por añadir un grado de dificultad al rascacielos aislado, dibujando tres torres entrelazadas en las que se disponen viviendas, hoteles y oficinas. Se traza así una impronta de autor en el corazón de Business Bay.

Arup ha completado el diseño de las torres conocidas como “danzantes” - Dancing Towers-. Estas torres de autor tendrán 75 pisos de oficinas, 65 pisos de hotel y 55 pisos de zona residencial, todo colocado verticalmente.

Dos de las torres se inclinan hasta juntarse y formar una sola torre. Estructuralmente, las dos torres han de ser tratadas como una sola mientras se apoyan una en la otra para mantenerse en pie. El diseño de las torres también ha tenido en consideración el cálido clima de la zona, para crear sombras se ha estudiado la posición de las torres de tal manera que una le hace sombra a la otra.

La primera mujer que ha ganado el premio Pritzker de Arquitectura habla de sus últimos proyectos en España.
De una biblioteca a una bodega, Zaha Hadid se propone dar un nuevo aire a nuestro país. Inventa edificios de última generación pensando en sostenibilidad y en confort.

Muy pronto, las líneas fluidas y escurridizas de los diseños de Zaha Hadid (Bagdad,1950) serán una constante en el paisaje español. La arquitecta de origen iraquí pero afincada en Londres, tendrá un total de nueve proyectos repartidos por la geografía de todo el país dentro de unos años. En estos momentos, sólo dos están acabados: la primera planta del Hotel Puerta América, en Madrid y el Pabellón de las Bodegas López de Heredia, en Haro (La Rioja). Pero otros siete están en marcha. Desde Sevilla a Barcelona, pasando por Zaragoza y el País Vasco, todos los proyectos presentan las señas de identidad del estilo Zaha: visionarios, dinámicos y con audaces forman que retan a la gravedad. Ella misma nos explica como serán sus obras españolas.

P: Ha trabajado por todo el mundo, ¿cómo se siente diseñando en España?
R: Durante las dos últimas décadas, el país está viviendo un orgullo renovado. Lo sientes en todas y cada una de sus ciudades. Ahora es posible hacer cosas que antes eran impensables. Es emocionante para los que estamos trabajando en España, para mi y para los arquitectos españoles también. Se respira innovación y creatividad.

P: Dos de sus obras más ambiciosas, ambas en Bilbao, son urbanísticas. ¿Cómo han sido planteadas?
R: Me interesa especialmente dar forma al terreno, esculpiendo, explosionando. No sólo como un gesto formal, sino como una manera de lidiar con le componente social de la arquitectura. Las complejidades de la vida contemporánea no pueden ser moldeadas en simples cuadrículas y cubos platónicos de la era industrial. Hoy, en plena era digital, en el siglo XXI, las vidas de las personas son mucho más flexibles y globalizadas, y tenemos que tratar problemas sociales mucho más complicados que aquellos programas sociales del siglo XX industrial. Esto requiere una nueva arquitectura de la fluidez.

P: En el futuro, ¿seguiremos viviendo en las ciudades o la población se dispersará?
R: La densidad urbanística es para mí una condición ineludible en nuestra forma de vida. Hace 20 años se vivió mundialmente una tendencia antiurbana que favoreció a los estilos de vida suburbanos frente a los metropolitanos. Las ciudades españolas, en particular, demuestran que vivir y trabajar en un entorno metropolitano que funcione bien es tan excitante como beneficioso.


P: ¿Cuál es su postura frente a un problema urbanístico: la regeneración gradual o la intervención radical?
R: Como dijo Mies Van der Rohe: “La arquitectura es la voluntad de una época: viva, cambiante y nueva”. No soy proconservacionista, pero todas las grandes ciudades antiguas como Estambul, Beijing o El Cairo deben tener un equilibrio. Se ha arrasado tanto… Moscú es una de las ciudades más espectaculares del mundo: su escala es el doble o el triple que el tamaño de cualquier otra cosa. Y ahora lo único que hacen es derribar cosas. No lo entienden. Incluso en la Plaza Roja, el adoquinado es desigual y lo quieren alisar. Sería una pena perder la historia de esa manera.

P: Entonces, debe resultar complicado construir en este tipo de ciudades.
R: La línea es muy fina. Le puedes decir a la gente: “No tiréis todo, no construyáis cosas nuevas”, pero al mismo tiempo, una cree en cosas nuevas. No pienso que las ciudades deban ser como Venecia, sin crecer o cambiar en nada. Lo importante es intervenir de una manera contemporánea y a la vez precisa. En las ciudades actuales necesitas lugares donde las cosas puedan encogerse y expandirse, pero siempre permitiendo un crecimiento orgánico.

P: Uno de los proyectos que veremos acabado muy pronto es el Pabellón Puente de la Expo Zaragoza 2008. Su inspiración es el agua y el desarrollo sostenible. ¿Cree que es fundamental que la arquitectura empiece a pensarse en clave de sostenibilidad?
R: Un tipo determinado de material no es el único criterio para considerar un edificio sostenible; su calidad en el uso y la manera en que está organizado son otros factores importantes. Hay muchos arquitectos que utilizan sofisticados aires acondicionados y métodos de diseño interior para que un edificio sea más ecológico. Yo, en cambio, me preocupo por adaptar nuevos materiales y métodos de fabricación dentro de un nuevo paradigma de utilización del espacio. Al final, los dos acercamientos -el de la sostenibilidad y el de la aplicación de materiales- se unirán, proporcionando nuevas soluciones.

P: Viendo sus proyectos futuros, ¿definiría sus proyectos como ecológicos?
R: La legislación sobre sostenibilidad en Europa es más estricta cada día. Casí hemos llegado a un punto en el que los ingenieros pegan bloques de texto estándar en sus informes de forma rutinaria, Por esta razón, soy bastante cautelosa frente al uso excesivamente libre del concepto de desarrollo sostenible, algo que se haga sin una investigación concreta para cada proyecto en particular. La sostenibilidad es uno de los aspectos con los que debe contar cada proyecto, pero no pueden convertirse en la principal preocupación. Debe facilita el proceso de la vida y la sociedad humana. Es parte de los medios, más que un fin.

P: Dos de sus obras, la biblioteca de la Universidad de Sevilla y la torre del Campus de Barcelona, están relacionadas con la docencia. ¿Enseñar es una de sus pasiones?
R: Mi fascinación reside en traducir el reto intelectual y físico al plano sensual, experimentando, sumergiéndome en entornos totalmente inesperados. La arquitectura es un vehículo mediante el que tratar determinados temas. Estoy convencida de que, a través de la arquitectura podemos mostrar a la gente otros mundos. La arquitectura crea otros mundos y consigues el entusiasmo por las ideas.

Fuente:
El Periódico. 09/03/2008
Revista Dominical #286
Por: Brenda Otero

Mini-glosario:

El arquitecto es el profesional que se encarga de diseñar edificaciones o espacios urbanos, y velar por el adecuado desarrollo de su construcción. En el sentido más amplio, el arquitecto es el profesional que interpreta las necesidades de los usuarios y las plasma en adecuados espacios y formas habitables y construibles. Es una disciplina a la vez técnica, artística y práctica.

El término arquitecto proviene del antiguo idioma griego arqui - tectón (primero - obra), que significa literalmente el primero de la obra, o máximo responsable de una obra.

La Arquitectura es el arte de planear, proyectar, diseñar y construir espacios habitables, y engloba, por tanto, no sólo la capacidad de diseñar los espacios sino también la ciencia de construir los volúmenes necesarios.

La palabra «arquitectura» proviene del griego «αρχ», cuyo significado es «jefe\a, quien tiene el mando», y de «τεκτων», es decir «constructor o carpintero». Así, para los antiguos griegos el arquitecto es el jefe o el capataz de la construcción y la arquitectura es la técnica o el arte de quien realiza el proyecto y dirige la construcción del edificio y las estructuras, ya que, para los antiguos griegos, la palabra «Τεχνη (techne)» significa saber hacer alguna cosa. En su sentido más amplio, William Morris dio la siguiente definición:

La arquitectura abarca la consideración de todo el ambiente físico que rodea la vida humana : no podemos sustraernos a ella mientras formemos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas, exceptuando sólo el puro desierto.» (The Prospects of architecture in Civilization, conferencia pronunciada en la London Institution el 10 de marzo de 1881 y recopilada en el libro On Art and Socialism, Londres, 1947.)

El deconstructivismo, también llamado deconstrucción, es una escuela arquitectónica que nació a finales de la década de 1980. Se caracteriza por la fragmentación, el proceso de diseño no lineal, el interés por la manipulación de las ideas de la superficie de las estructuras y, en apariencia, de la geometría no euclídeas,[1] (por ejemplo, formas no rectilíneas) que se emplean para distorsionar y dislocar algunos de los principios elementales de la arquitectura como la estructura y la envolvente del edificio. La apariencia visual final de los edificios de la escuela deconstructivista se caracteriza por una estimulante impredecibilidad y un caos controlado. Tiene su base en el movimiento teórico-literario también llamado deconstrucción. El nombre también deriva del constructivismo ruso que existió durante la década de 1920 de donde retoma alguna de su inspiración formal.

Algunos acontecimientos importantes en la historia del movimiento deconstructivista fueron el concurso internacional del parisino Parc de la Villette (especialmente la participación de Jacques Derrida y Peter Eisenman[2] y el primer premio de Bernard Tschumi), la exposición de 1988 del Museo de Arte Moderno de Nueva York Deconstructivist Architecture, organizada por Philip Johnson y Mark Wigley, y la inauguración en 1989 del Wexner Center for the Arts en Columbus; diseñado por Peter Eisenman. En la exposición de Nueva York se exhibieron obras de Frank Gehry, Daniel Libeskind, Rem Koolhas, Peter Eisenman, Zaha Hadid, Coop Himmelb(l)au y Bernard Tschumi.

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