viernes, 9 de octubre de 2015

Casi el 30% de las especies podrían desaparecer debido al cambio climático.


WWF



Según el IPCC, una subida media de temperatura de 2-3ºC aumentaría el riesgo de extinción del 20-30% de las especies de plantas y animales. 
Este es uno de los datos incluidos en el documento Un grado más, una especie menospublicado por WWF en el contexto de su campaña #NiUnGradoMás. 
En España, la mitad de las especies de anfibios, reptiles, mamíferos y aves podrían ver reducido su hábitat en más de una tercera parte. Especies como el visón europeo o el urogallo sufrirían la desaparición de su hábitat potencial.
El documento Un grado más, una especie menos se engloba dentro de la campaña #NiUnGradoMás que está desarrollando WWF para analizar los impactos del cambio climático y ofrecer soluciones para minimizar sus devastadores efectos. La organización anima a los ciudadanos a firmar la petición online para poner freno al cambio climático y pedir al gobierno una transición energética hacia un modelo eficiente y 100% renovable.  
La cuenca mediterránea será una de las regiones más afectadas por el cambio climático como muestran los pronósticos científicos para España, que apuntan a un aumento de las temperaturas para finales de siglo de hasta 4ºC en invierno y 6ºC en verano. Estas nuevas condiciones de calor y aridez afectarán gravemente a nuestra biodiversidad, que ya se encuentra amenazada en la actualidad. De hecho, España es el país europeo donde se encuentra el mayor porcentaje de especies amenazadas: el 34% de los anfibios, el 32% de los reptiles, el 54% de los peces continentales, el 20% de los mamíferos y el 15% de las especies de flora vascular.  
Estos impactos del calentamiento global ya lo sufren especies como el pinsapo, en el sur de España, con un descenso significativo de su límite de distribución inferior desde 1959 por los fuertes periodos de sequía sufridos en las últimas décadas. El salmón atlántico también se encuentra afectado por el aumento de temperatura del agua, ya que condiciona la eclosión o la tasa de supervivencia de los alevines. Otro ejemplo del impacto del cambio climático en las especies españolas es la disminución en el área de distribución de la mariposa apolo en la Sierra de Guadarrama (Madrid), donde se ha desplazado a altitudes superiores. 
Los datos a nivel mundial confirman que la biodiversidad se encuentra gravemente amenazada, con un ritmo alarmante de extinción de especies estimado de 100 a 1.000 veces mayor al ritmo natural. Según el Índice Planeta Vivo de WWF, entre 1970 y 2010, las especies terrestres disminuyeron un 39%, las de agua dulce un 76% y las marinas un 39%. El cambio climático va a suponer sin duda un fuerte factor de presión adicional para nuestra biodiversidad, agravando amenazas existentes y añadiendo nuevas.
El cambio climático también afecta a la economía, la cultura, la alimentación y la salud humana, ya que esta pérdida de biodiversidad pone en peligro los bienes y servicios que proporcionan los ecosistemas, como la polinización, la dispersión de semillas, la obtención de materias primas, alimentos o productos farmacéuticos.

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