martes, 5 de enero de 2010

Meditacion a comienzo de año



¿Cuántas veces en la vida nos hemos visto como ese barco, sumamente pequeños pero haciéndole frente con todas neustras fuerzas a las olas de una gran tempestad?

No tema, Tu puedes navegar en esta vida, de adversidades, aflicciones, pero, detentes y reflexiona sobre lo que esta escrito en la Sagrada Escritura en Mateo 8, Lucas 8 y Marcos 4

...Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas… (37) Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba… (38) Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?... (39) Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza… (40) Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?

Este Texto nos muestra una historia que simboliza nuestra vida diaria, tanto en lo material como en lo espiritual, por lo tanto debemos clamar a Dios despertándole en oración, cántico y alabanza, obrando y clamando en el Espíritu.

Uno de los peligros de la navegación, además de perder el rumbo, es la aparición de una tempestad. Tenemos que aprender a confiar en el Señor, esto es, a pedirle que sea Él quien calme la tempestad por nosotros, como dice en Efesio 6:10...¨no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.¨¨

El mundo tiene una tempestad de batallas, que por si sola no puede resolverlas, y eso trae por consecuencia la innumerable cantidad de problema, que se refleja en quien participa de ella, a esto lo denomina la Biblia como los placeres del mundo. las circunstancias de nuestras vidas, para hacer hundir la fe de cada persona en particular y de la Iglesia en general. Hemos visto tempestades entre amigos, por no decir entre matrimonios, con los hijos o con los padres, además de en el mundo, en el trabajo, y entre hermanos en la Iglesia.

No debemos caer en el error de pensar que estamos solos, porque el Señor navega con nosotros en la travesía de nuestras vidas, y debemos evitar intentar calmar los vientos con nuestras fuerzas, en lugar de orar y clamar a Dios en Cristo, quien por ser el creador, los vientos le obedece. Tengamos pues fe en Él y digámosle al mundo en el nombre de Jesús: Calla, enmudece.

De modo que la próxima vez que sufra una tempestad en su vida, pídale al Señor que calme la tempestad.

Oremos por las siguientes tempestades:

1.- Tempestad entre amigos

2.-Tempestad entre matrimonios,

3.- Tempestad con los hijos o con los padres,

4.- Tempestad además con el mundo,

5.- Tempestad en el trabajo,

6.- Tempestad entre hermanos en la Iglesia


Recuerda bien la barca podrá navegar si la gobierna Cristo, porque Él calma la tempestad


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