En cada gasolinera, activistas colocaron el mensaje "Cerrado. Dejemos atrás el petróleo" y procedieron a sustituir el logotipo de BP- un girasol verde y amarillo- por uno que se hunde en un mar de petróleo, para mostrar cómo la campañía está contaminando los mares en los que hace explotación petrolera, en particular nuestro Golfo. Para evitar que las bombas vuelvan a utilizarse, los activistas retiraron cuidadosamente los interruptores.
Greenpeace exige:
- prohibir inmediatamente nuevas perforaciones en alta mar y la explotación de todas las fuentes no convencionales de petróleo de alto riesgo (como la arenas bituminosas canadienses);
- poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles y aumentar el apoyo a la generación de energía limpia;
- impulsar leyes y políticas que combatan el cambio climático y estimulen una revolución en nuestra forma de producir y consumir energía.
La era del petróleo tiene que llegar a su fin, ayúdanos a que los tomadores de decisiones asuman esta realidad y actúen para proteger la vida tal como la conocemos.
Gracias por ser Greenpeace
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