domingo, 1 de mayo de 2016


La insurrección del 24 de abril de 1965:


¿Qué aprender de ella?  Primera parte.


Por: José Antinoe Fiallo

A Jacques Viau Renaud, haitiano y dominicano,muerto en combate en la Guerra de Abril, quien fuera mi compañero de estudios en el 4to. del Bachillerato en Filosofía y Letras, en los años 1960-1961.

1.  INTRODUCCIÓN:

Todo ha sido prefabricado ordenado por nuestros queridos amigos los ‘Yanquis’ […] para la consumación de cuyos hechos, como es lógico y natural se han servido de los viejos y nuevos militares comprometidos.
                             CORONEL RAFAEL TOMÁS
                             FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ

Al escoger la temática que me propuse, entendí que podía ser más relevante centrarme en un abordamiento del proceso de construcción de algunos componentes o factores que permitieron la maduración de las condiciones para una insurrección militar y popular. Y como esa insurrección popular y militar aportó a la memoria histórica una cierta identidad rebelde, para esclarecerla sería importante auscultar algunos de sus elementos para poder valorar cómo se articulan intenciones, planes, espontaneidades, “chepas”, encuentros inéditos, viejos y nuevos liderazgos.

En ese sentido tengo intenciones políticas analíticas claras, que establecen ciertos límites o limitaciones, por lo que les solicito que no esperen que pueda abordarlo todo, ya que me centraré en una cierta búsqueda de algunos hilos conductores “underground”, sutiles, por abajo, a los que debemos ponerle o darle cierta importancia sustantiva. […]
1 Fragmentos de la ponencia presentada en el Coloquio La Revolución de Abril de 1965, Academia Dominicana de la Historia, en Clío, 174, julio-diciembre de 2007, 15 de abril de 2002.
2 Investigador y profesor de la Escuela de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y del Área de Ciencias Sociales del Instituto Tecnológico de Santo Domingo.


2. TESTIMONIOS Y ACONTECIMIENTOS
El entonces Coronel Miguel Ángel Hernando Ramírez aporta lo siguiente sobre el día 24 de Abril de 1965: (…) Éramos demócratas (…). Así fue, cuando se hizo preso a varios ofi ciales en la Jefatura de Estado Mayor del Ejercito fui avisado por el ofi cial Peña Taveras y decidí hacer preso al Jefe de Estado Mayor y nos comunicamos con todos los recintos en que teníamos compañeros (…).

Así empezó todo, eran las 12:35 PM. (…). El plan no contemplaba en absoluto la participación de civiles armados (…), eso nunca estuvo en nuestros planes (…) lo que esperábamos era el apoyo moral del pueblo, pero no su participación activa en los acontecimientos armados.

Este dirigente militar constitucionalista, además de definir su vocación inicial como democrática, describe “cómo se desata el acontecimiento” a partir de un intento de represión al interior de la oficialidad de la Jefatura del Ejército, acontecimiento que no era parte de un plan previamente establecido, como no lo era lo que sucedió posteriormente: el armamento del movimiento social y político popular: “¡Armas para el Pueblo!”.


Se desata el acontecimiento el 24 de Abril, pero ese acontecimiento se da en el contexto de una situación, de un proceso, que había ido aportando elementos, factores, componentes, que van armando un curso o camino que conformaría posteriormente el “Movimiento constitucionalista Enriquillo”. […] Relata García Germán […]: Vino la masacre del Catorce de Junio (1J4), nos golpeó mucho pero nos reorganizamos (…), algunos comenzaron a venderse, otros a recibir prebendas (…), comienza la corrupción (…) nos ayuda muchísimo porque comienza a crear malestar entre los militares y cataliza el movimiento real (…). El movimiento lo comienzan los constitucionalistas (…), lo dirige Rafael Fernández y el Coronel Hernando Ramírez (…) inclusive llegó a incluir a Lachapelle, quien jugó un papel importante en la revolución (…), nos ayudábamos mutuamente (…), era como una cooperativa (…). Luego se incorporaron los reformistas, el grupo balaguerista. Nosotros íbamos más allá (…), contacté al Catorce de Junio (…), yo era catorcista (…). La revolución estalló y no había una consigna clara y no había un acuerdo claro (…). ¿Y por qué estalla así? Porque nosotros teníamos un acuerdo claro con los militares de que si se tocaba a uno solo de nosotros dentro o fuera, íbamos a actuar de inmediato (…). Y así se da el golpe de Estado, sin haber tenido un solo acuerdo. Este testimonio es muy interesante porque describe un proceso difícil, tortuoso, exigente de definiciones: se reorganizan luego de derrotas, valoran elementos de canalización, asumen decisiones en grupos o colectivos, deciden ir más allá de lo conservador tradicional y adoptar alguna decisión de acciones en caso de represión o agresión a uno de los integrantes de la “cooperativa militar”. Desatar algo en caso necesario aun todo no estuviera bien claro, definido o perfilado. Los acontecimientos se inician muchas veces de esa manera y retan a la continuidad del camino abierto sin que necesariamente sepamos donde conduce. Por ello es importante prestar atención a otro testimonio, en este caso, del oficial constitucionalista Héctor Lachapelle […]: (…) En la mentalidad de la oficialidad joven de aquel entonces, una oficialidad no revolucionaria pero si consciente de su rol, de su papel como oficiales de las Fuerzas Armadas de que se respetara lo que hoy se conoce como voluntad popular y que en aquellos tiempos no se le decía así (…). Es entonces cuando el Coronel Fernández Domínguez comienza a estructurar este movimiento. (…) De su escritorio, en la Academia, saca lo que los militares llamamos escalafón (un listado de los oficiales de cada rama, que van del mayor al menor rango); saca ese escalafón y me dice: ¿A quien de estos oficiales podemos hablarles para que estructuremos un movimiento para evitar el golpe de Estado? (...). El movimiento empieza a tener ramificaciones (…) oficiales de infantería, de tanques, pilotos, hasta la Marina de Guerra (…), comandante de la compañía antiguerrillas (…). nunca planificamos para enfrentarnos al ejército norteamericano (…) Esa fue una eventualidad que no contemplamos (…), previmos resistencia, pero principalmente del CEFA. El aporte de esta reflexión introduce algunos nuevos elementos o factores: la cuestión generacional y la mentalidad que está en desarrollo como una construcción específica de demandas democratizadoras en relación al estado y los gobiernos, en una estrategia que por diferentes razones no asumía la geopolítica del imperialismo yanki. Se organiza el movimiento político militar, se ramifica y extiende, se produce el acontecimiento insurreccional del 24 de Abril y sus consecuencias inmediatas incluyendo la intervención militar imperialista, evento no contemplado como eventualidad y que aporta una lección para el análisis, la estrategia y las acciones. 

Cortesía: MdeQ