domingo, 26 de junio de 2016

FALTA CONCIENCIA AMBIENTAL

Turistas matan a tiburón por tomarse una fotografía con él.

Hace algunos meses, las redes se conmocionaron al darse a conocer la noticia de que un grupo de personas sacó a un bebé delfín del océano con la simple intención de tomarse una fotografía con él; sin embargo, el problema es que el pequeño animal murió.

Un caso de este tipo se suma a la lista ya que en esta ocasión un grupo de turistas hospedados en un hotel ubicado en Punta Cana, República Dominicana, decidieron extraer del mar a la playa a un tiburón azul con el mismo interés de tomarse una foto con el escualo.

A pesar de que existen señalamientos que prohíben la pesca en la zona, los individuos realizan una violenta acción que terminó con el deceso del animal.

A través de las redes sociales fue difundido un video del hecho y usuarios emitieron comentarios de repudio, pues, según informan fuentes, varios de los sujetos implicados en el hecho eran empleados del reconocido recinto turístico.

En la grabación se puede observar a estas personas luchando para mantener al animal quieto y poderse tomarse la fotografía; luego le colocan un salvavidas en el cuello, que le impide moverse. Al final, el animal queda inerte.


Diarios señalan que los encargados del lugar ya toman las medidas correctivas en contra de los trabajadores participantes en este suceso tan lamentable.


viernes, 24 de junio de 2016


Jorge Puello conocido como El Men en foto reciente.

 El “Angelito Negro”: el niño que fue preso político en los doce años de Balaguer.

Por Alejandro Paulino Ramos.

Es muy posible que gran parte de los dominicanos desconozcan en la historia  del siglo XX, la participación de niños en situaciones políticas peligrosas para sus vidas. Algunos, todavía adolescentes o muy jóvenes, fueron  llevados a la cárcel  acusados de atentar contra gobiernos establecidos. Que se recuerde, durante la ocupación militar norteamericana de 1916 muchachos menores de edad estuvieron detenidos y señalados de comunistas. Autodefinidos como “Los Boas”, al ser interrogados declararon ser un grupo de amigos que se juntaban en un ventorrillo de Ciudad Nueva a tomar mabí y comer arepa; que en horas de la noche lanzaban piedras a los soldados americanos desde las azoteas; pero que no tenían ideas de lo que era el comunismo.

También podría ser parte de una investigación más acabada, la detención del joven Enrique Jiménez, que luego encabezó la expedición de junio de 1959 contra Trujillo, apresado, interrogado y acusado de vincularse a los conspiradores de 1935, que planificaban ajusticiar al tirano. Más reciente en 1967, un niño de 15 años sufrió la acusación pública y televisada de ser parte de una trama internacional contra el gobierno del doctor Joaquín Balaguer preparada por la izquierda dominicana: Jorgito Puello Soriano ocupó las primeras planas de los periódicos y bautizado por el “El Nacional” como “El Angelito Negro”.

Jorge Antonio Puello Soriano, hijo de Jorge Puello (El Men), dirigente del Movimiento Popular Dominicano (MPD).  Nació  el 20 de octubre de 1951 y residía en la calle Barahona, en el sector de San Carlos de la ciudad de Santo Domingo. En 1966 estudiaba en el octavo curso del liceo Argentina, lugar en que inició sus “trabajos políticos” en 1964, tratando de ganar adeptos para la Unión de Estudiantes Revolucionarios y para el Movimiento Popular Dominicano.

La ficha preparada por las autoridades en 1967 define su perfil juvenil: menor de edad, de raza negra y la forma de la cara redonda; ojos negros, con las orejas grandes y salientes, y las cejas arqueadas pero muy separadas de los ojos. Sus labios pequeños y gruesos, con la barbilla triangular y una estatura de 4 pies. Pesaba 90 libras y con solo 15 años de edad se le sindicaba como miembro del Movimiento Popular Dominicano. Detenido junto a Henry Segarra Santos cuando intentaba viajar hacia Europa, su caso fue noticia en las primeras semanas de 1967 y el presidente Joaquín Balaguer se refirió a él acusándolo de formar parte de un plan internacional contra su gobierno.

En un extenso discurso pronunciado la noche del 4 de febrero de 1967, el mandatario aportó un conjunto de detalles con los que armó una supuesta conspiración de la izquierda dominicana en la que participaban los gobiernos de Cuba, Rusia, Corea del Norte, Viet nam y otros países de la llamada orbita comunista. La trama, que además de atentar contra la soberanía nacional por incluir intereses políticos extra nacionales, señalaba al Movimiento Revolucionario 14 de Junio y al MPD como responsables de los contactos y preparativos para promover  la guerra de guerrillas y poner en peligro el gobierno constitucional que él presidía. La madeja que envolvía los planes contra el país partía de la recuperación de comprometedores documentos obtenidos por las autoridades en diciembre de 1966 en colaboración con las autoridades de Venezuela.

Tal y como fue relatado por el gobierno, el sindicalista de Fopusa-Cesitrado Fernando de la Rosa regresaba de Budapest, Hungría, país al que habría viajado para participar en la Conferencia Sindical Mundial celebrada a mediados de diciembre de 1966.  El 23 de diciembre, cuando hacía escala en el aeropuerto de Maiquetía de Caracas, fue detenido por las autoridades venezolanas, quienes encontraron oculto en su chaqueta una importante cantidad de documentos que había recibido en París de una dominicana, con el fin de que los trajera a Santo  Domingo,  pero que eran propiedad del abogado Juan B. Mejía y del sindicalista Julio de Peña Valdez.
Copia del pasaporte de Jorgito Puello
Con esa documentación en las manos, las autoridades dieron seguimiento a los pasos dados por los izquierdistas  para ponerse en contactos, principalmente con los comunistas de Cuba:  “Debido a lo que revelaban los documentos encontrados a Fernando de la Rosa, era evidente para el Gobierno dominicano que Julio de peña Valdez y Juan B. Mejía tendrían que iniciar correspondencia con los comunistas que ellos habían visitado (…). Además, era razonable suponer que esta información sería enviada al exterior solamente a manos de emisarios muy dignos de confianza. Por lo tanto, cuando se supo que Henry Segarra Santos, un miembro muy conocido del Movimiento Popular Dominicano (MPD) y dos más de sus compañeros partirían muy pronto al extranjero, se dieron instrucciones para poner en ejecución un plan para interceptar dicha correspondencia. Como uno de los viajeros sería un mozalbete de quince años, hijo de Jorge Puello, otro miembro prominente del MPD, se dedujo que por tener la apariencia más inocente del grupo, este jovencito sería el que llevaría los documentos importantes”.

En aquellos días la izquierda estaba enfrascada en un proceso de lo discusión y “redefinición” de sus líneas;  discutían la existencia o no del “partido comunista” y hacían esfuerzos para restaurar los contactos con los partidos comunistas en el exterior, con el fin de obtener apoyo económico y adiestramiento en teoría marxista y prácticas de guerras de guerrillas. En ese interés fue que el Movimiento Revolucionario Catorce de Junio envió a Juan B. Mejía y a Julito de Peña Valdez a entrevistarse con los partidos y gobiernos aliados en sus luchas, en 1966. Pero en ese momento, ya Julito había decido abandonar al 1J4 y pasar al MPD, mientras que el doctor Mejía estaba en proceso de irse de la organización. La lucha entre los “transformistas” y los “no transformistas” llevaban a la división a la más importante organización de la izquierda dominicana.

El MPD terminó siendo el destinatario de las relaciones conseguidas en el exterior por Julito de Peña para el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, aunque su documentación estaba en manos de las autoridades dominicanas.  A principios de 1967 el MPD  decidió enviar al exterior una comisión que visitaría Cuba, la que fue aprovechada para dar seguimiento a los acuerdos tomados. Henry Segarra Santos, Pedro Cruz Sandoval y Jorge Antonio Soriano Puello fueron enviados a París, Francia, para desde allí viajar hasta La Habana. El grupo  intentó salir por el aeropuerto de Punta Caucedo en un vuelo de la Pan American, que los llevaría a Nueva York y desde esa ciudad partirían para Europa el 15 de enero de 1967. Junto con ellos, preparadas en recipientes de espuma de afeitar, estuches de pasta de dientes y el doble fondo de una maleta, viajaba la documentación  que luego Balaguer utilizaría para su discurso del 4 de febrero. En esos papeles se explicaba la situación de la izquierda dominicana, movimiento sindical, relaciones con la Unión de Jóvenes Comunistas y la Federación de Estudiantes Universitarios de Cuba, así como otras informaciones de interés para el gobierno. Esa documentación, como lo contó Jorgito al AGN, le fue confiscada por las autoridades dominicanas.

En una entrevista concedida a los investigadores del programa de “Historia Oral” del Archivo General de la Nación en el 2015, Jorgito narró que su padre (El Men) consiguió una beca de estudio en Cuba, decidió sacarlo del país porque las cosas no estaban nada bien y que era mejor tenerlo lejos de los problemas políticos: Me metieron en un paquete donde iba Henry Segarra. Hubo un chivateo, nos denunciaron y nos agarró el Servicio Secreto. Nosotros supuestamente íbamos para Francia, pero en realidad era para Cuba. Henry y Sandoval irían a tomar cursos de guerrillas y yo a estudiar. Un espía primo de uno de los Rivera llegó a mi casa cuando estábamos preparando el viaje. Llegó a la casa y se dio cuenta de que íbamos a salir del país. El dio la información al Servicio Secreto y nos agarraron.

Antes, en febrero de 1967, Jorgito Puello, en entrevista para “El Nacional” relató lo  sucedido en el aeropuerto Punta Caucedo el día de su detención, que lo convirtió en el preso político más joven en el gobierno de los “Doce años”:  dijo que el propósito era viajar a Francia y que entre sus planes estaba solicitar al presidente Charles De Gaulle una beca para realizar estudios.  Qué sus relaciones con el MPD las tenía desde 1964 y que en la agrupación se le consideraba, aun con 14 años de edad, como “un intelectual de la misma capacidad que Segarra Santos”.  También explicó que al ser detenidos dentro del avión, solo tenían allí unos 5 minutos cuando llegaron los inspectores de Migración y exclamaron: “Estos tres son ¡caminen por ahí!”. Llevados a una habitación de la terminal aérea, los desnudaron y registraron minuciosamente “tratando de sugestionarnos”. A mí me obligaron, “poniéndome una gruesa macana en la boca, para que dijera que yo iba para Rusia”. Y aunque el presidente Balaguer dijo en su discurso que era para Rusia, realmente era para Francia a estudiar, aclaró el niño.

La versión del mandatario en el referido discurso, a que hacía referencia el jovenzuelo, se inició llamando la atención a los que no creían en el peligro comunista:  “hay muchos dominicanos que todavía se preguntan, con ingenuidad digna de un cuento de hadas, si en el país existe o no una conjura comunista susceptible de poner en peligro la soberanía nacional y la seguridad del Estado. Los documentos que la policía venezolana ocupó a Fernando Arturo de la Rosa Ruiz, Secretario de Capacitación del Sindicato de la Compañía Dominicana de Teléfonos, a raíz de su detención en Venezuela el 23 de diciembre de 1966, prueban el grado de penetración a que ha llegado la labor del comunismo en la sociedad dominicana”.

El presidente anotó unas series de detalles coincidentes, con el fin de exponer la trama denunciada: los preparativos para trasladar armas de guerra, de las que fueron utilizadas en la revolución de Abril para ocultarlas en la zona rural. Dijo además,  que “tomará medidas inmediatas, inspiradas en nuestra seguridad nacional y en la conveniencia de contrarrestar las amenazas representadas por la constante intervención de las potencias chino soviéticas de la Cuba de Fidel Castro en nuestro país”.

Llamó la atención las referencias hechas por el presidente sobre la prisión de Jorgito Puello, de quien explicó sería enviado a Moscú, Rusia “para entrenarlo en el marxismo-leninismo”. Mostrando una foto del pasaporte del adolescente, lo relacionó con los propósitos de la izquierda  de intentar transformarlo en el “arquitecto del comunismo en la República Dominicana”.

Al ser liberado, el 8 de febrero de 1967, después de permanecer más de 15 días en una celda solitaria del Palacio de la Policía, Jorgito visitó la redacción de El Nacional. En esa ocasión el periodista Radhamés Gómez Pepín escribió: “Todos en EL NACIONAL querían conocer personalmente a Jorgito, porque la defensa de Jorgito la hizo suya EL NACIONAL a través de sus editoriales. Por eso cuando Jorgito estuvo en EL NACIONAL hubo gran revuelo. Poro junto con el revuelo hubo críticas: “Qué Gobierno” era lo que más repetían empleados de Publicaciones ¡Ahora!, que se reunieron en la Redacción del periódico a conocer a Jorgito. (…).  Mientras Jorgito permanecía en su mutismo (….), muchos de los que estaban en la Redacción también recordaron al presidente Balaguer, porque también les vino a la mente el poeta Andrés Eloy Blanco: “Aunque la Virgen sea blanca, píntame Angelitos negros”.

El “Angelito Negro”, apenas comenzaba sus días de martirios en la política dominicana. Viviendo en la clandestinidad, abandonó los estudios y tuvo que asumir responsabilidades políticas en el MPD. Trabajó políticamente en condición de “cuadro” de su partido. En Santiago de los Caballeros era permanentemente vigilado y perseguido, hasta que en 1969 fue detenido y llevado a la cárcel de La Victoria, en la que estuvo preso por varios años. En 1973 salió del país hacia Europa, y vivió en Italia donde participó de las actividades en que se reclamaba la libertad de los presos políticos dominicanos.


Residiendo en ese país se alejó de la política partidaria y su nombre quedó en el olvido. Después de muchos años, el Archivo General de la Nación recogió su testimonio en el que contó los detalles y circunstancias relacionadas con su sonado caso, cuando se le tuvo como el preso político más joven de la República Dominicana y la gente comenzó a conocerlo como “El Angelito Negro”.


Cortesía:
´ACENTO.COM.DO


EL CARIBE: PUEBLOS, CULTURA E HISTORIA.

LECTURA COMPLETA:
PDF]

El Caribe: pueblos, cultura e historia - Biblioteca Virtual Miguel de ...

OPINIÓN


Visiones sobre el Caribe: lo mágico y lo sagrado. 


Por: Mu-Kien Adriana Sang


La historia del Caribe es la historia de las luchas de los imperios europeos contra los pueblos de la región para arrebatarles sus ricas tierras; es también la historia de las luchas de los imperios, unos contra otros, para arrebatarse posiciones de lo que cada uno de ellos había conquistado; y es por último la historia de los pueblos del Caribe para libertarse de sus amos imperiales… Juan Bosch, De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe, frontera imperial.


Después del largo recorrido que hemos hecho a lo largo de estos meses acerca del pensamiento conservador, iniciamos un nuevo trayecto, también desconocido, inesperado e insospechado. Después de más de dos años leyendo, pensando y escribiendo sobre este Caribe tan especial, diverso, disperso y mágico, he comprendido muchas cosas.

Una de las mayores singularidades de este Caribe nuestro, es la condición de archipiélago. Somos islas, grandes las menos, pequeñas las más y algunas tan minúsculas que sorprende la existencia de vida en esos islotes. Esta característica geográfica, se suma a su estratégica ubicación en un mar que une las tres partes de América y que conecta con el viejo continente. Por esta razón, el Caribe se convirtió desde casi el inicio de la hazaña llamada descubridora, en un tesoro en bruto para los imperios en competencia. Y por eso, a partir del siglo XVI llegaron los ingleses, los holandeses y los franceses. Llegaron, comenzaron a ocupar, como si fueran suyos los terruños del archipiélago, convirtiéndolo en una singular Babel. Ocuparon, conquistaron e impusieron el cultivo del azúcar sustentado en el modelo de plantaciones. Trajeron esclavos desde África, llegaron los africanos y trajeron sus costumbres y creencias convirtiendo además la zona en tierra de mitos y leyendas. 

Esta realidad se convirtió en misterio para mí. Entonces busqué ensayos de investigadores que hubiesen pensado en el tema. Localicé así un interesante trabajo de Glodel Mezilas titulado “El Tiempo, la memoria y lo sagrado en el Caribe Colonial” [i]

Sostiene el autor que el mar Caribe fue el gran espacio donde se puso en evidencia y en práctica la violencia colonial. El mundo se ensanchó a partir de esas pequeñas islas, y las potencias se impusieron a partir de la violencia y la destrucción de las grandes poblaciones. Señala que cinco fenómenos están en la base de la formación histórica caribeña, a saber:

La matanza y genocidio de los conquistadores, provocándose un gran de-sequilibrio demográfico.

Comercio triangular entre Europa, África y América, bajo la hegemonía de los imperios europeos. Comenzó así el gran negocio de venta y compra de esclavos como mercancías para trabajar en las plantaciones.

El tercer fenómeno es el uso de manera abusiva de la mano de obra barata y cautiva. “La esclavitud da lugar a la formación de las sociedades de plantaciones en las Américas, especialmente el Caribe, donde destruyó, poco a poco las culturas importadas del continente negro.”[ii]

El cuarto fenómeno se refiere a los cruces culturales e imaginarios a partir de la llegada de los diferentes grupos étnicos. Un fenómeno, que según Mezilas, “conduce a la creación de un nuevo ente cultural sin raíces únicas.” [iii]
Y, el quinto fenómeno se refiere a la búsqueda de la libertad fuera de las plantaciones.

La llegada masiva de estos negros africanos que vinieron al Caribe a trabajar en condiciones de esclavos, no impidieron que estos construyeran, en la interacción cotidiana de un medio ambiente nuevo y en circunstancias muy diferentes a las que estaban acostumbrados, a construir su propia simbología que les permitía soñar con la libertad perdida debido a su condición de oprimidos y de explotados. Plantea el autor que los esclavos, denominados por él como “sujetos subalternos”, enfrentaron “subjetiva y ritualmente” su propia temporalidad en las plantaciones coloniales, haciendo uso de la memoria, “que les permitió pasar del tiempo profano al tiempo sagrado o mítico” [iv].  Podían soportar los vejámenes, el hambre y la explotación a través del “tiempo sagrado”, por eso vivían en una eterna ambivalencia temporal: el tiempo profano versus el tiempo sagrado. El primero era el de las plantaciones, el del dolor, la tristeza, la exclusión y el del trabajo duro. El segundo era el tiempo sagrado, el tiempo de la liberación, alegre, contemplativo y encantador. Es el momento de los cantos, de la música y las danzas. Era, como decía el autor, una ambivalencia ontológica, que les permitía existir y resistir.

El autor sostiene que la estructura vertical y racial de la sociedad, en la cual los negros estaban en la base y los blancos en la cúspide, y entre ellos los mestizos y mulatos, hizo que cada grupo tuviera valores distintos. Los esclavos-negros eran considerados como gente sin religión y sin valores culturales. “Cada uno representa una “humanidad” diferente según el código cultural en vigor. Esto revela que el orden colonial se basa en una contradicción de intereses: los amos defienden sus intereses y no toman en cuenta la situación de los esclavos. Los últimos reciben solamente algo para no morir de hambre” [v]

Los esclavos, sigue diciendo el autor, resistieron mediante sus propios imaginarios y sus simbolismos. Una forma de resistir al modelo impuesto de los conquistadores, sustentado en la religión dominante, tanto católica como protestante. Muchos no se resistieron únicamente con el mundo paralelo de ensueño creado por sus imaginaciones, sino con la insubordinación, como fue el caso de Mackandal, y prefirieron ser cimarrones a seguir una vida de exclusión y explotación.

Macandal. Makandal. Mackandal.  
Proteico como tus sonidos. Secreto 
y rehecho 
y revelado como las letras que te forman, nombre de los escondido y lo  
innombrable.  
Aquí estás por fin, atrapado en mis 
cuadernos. 
Espíritu de las dos tierras y los cuatro 
mares, 
de los mil vientos que te llevan y te traen 
de la existencia al no-ser, del fuego a los 
deslumbramientos de tu nada. (fragmento, Manuel Rueda)
El cimarronaje se convirtió en una forma de combatir al conquistador y sobre todo, en la búsqueda de la libertad absoluta. Por esta razón Mezilas define al cimarronaje como la sociedad de las víctimas en rebelión.

Los que se quedaron bajo el yugo de los amos coloniales, siguieron resistiendo con el tiempo de lo sagrado y lo mítico. Tanto utilizaron de ese tiempo, que invadió sus propias vidas cotidianas, porque el tiempo de lo sagrado era el único momento de ser, frente al tiempo de la nada y la deshumanización que enfrentar. Y como dice el autor: “Da sentido al flujo de la vida cotidiana… convierte a la vida en una fuente de alegría y de optimismo. Es el tiempo de lo puro frente al tiempo impuro de la esclavitud, [vi] en el cual los amos no tenían espacio, porque estaban excluidos. Era el tiempo de la alegría y el optimismo, por eso penetró en el tiempo de lo real, de su terrible  y dolorosa cotidianidad. Nos vemos en la próxima.


[i] Glodel Mezilas, “El Tiempo, la memoria y lo sagrado en el Caribe Colonial”, Reflexiones. Memoria 248. Localizado en internet.
[ii] Ibídem, p. 47
[iii] Ibídem
[iv] Ibídem
[v] Ibídem, p.49
[vi] Ibídem, p.53 - See more at: 


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