jueves, 27 de febrero de 2014



EDITORIAL

 
NO PERMITAMOS QUE DUARTE SE NOS DILUYA.

 
 

La costumbre de privilegiar las fiestas carnavalescas por encima de las que amerita la efemérides de la Independencia, poco a poco va tornando a Duarte en una figura de recordación episódica. ! Qué pena!


Duarte no puede ser  jamás una figura de recordación episódica.

Digamos, de pensar en él solo un 26 de enero o un 27 de febrero cada año.

Su obra cumbre no se detuvo únicamente en el grito de Independencia. Todavía es una tarea pendiente de cada uno de nosotros.

Su ideario por igual, sigue siendo tan actual y tan pertinente como antes.

Martí y Máximo Gómez, en Cuba, o Bolívar; en toda Sudamérica, son hombres del presentes.

Sus ideas se transmiten y cobran vida en los labios y en las conductas ciudadanas de los hombres y mujeres de esos países.

Es un orgullo vivir con sus idearios y repetir a cada momento sus frases  más, gloriosas, sus pensamientos más luminosos.

Con Duarte, sin embargo, no ocurre lo mismo. No es, ni siquiera en aquellos momentos en que pareciera que su obra, o sus anhelos patrióticos, se cumplen o se plasman en el progreso y en la afirmación de nuestra identidad nacional.

Ahora, para colmo, su figura se pierde en el espíritu y el ánimo festivo de los carnavales.

La Independencia, como efemérides, es menos celebradas y esperada aquí que como la reciben los norteamericanos el 4 de julio o los franceses, diez días después.

Listín Diario quiere ayudar a invertir este bajo nivel de entusiasmo y de devoción.

Por eso invita calurosamente a todos los lectores, a todos los dominicanos, a hacer valer su dominicanidad. A sentirse orgulloso de Duarte. Y darle a nuestro Padre de la Patria el lugar señero que él se ha ganado en nuestros corazones.

 
ÉL ES EL GRAN ROSTRO DE LA DOMINICANIDAD.
 
 
 
 
Listin Diario
Lunes 26 de febrero 2001.
Seccion: Editorial.