¿Está preparada América Latina para un aumento de 4 grados en la
temperatura mundial?
Huracanes
más frecuentes e intensos, menor superficie cultivable y pérdida de zonas bajas
son apenas algunas de las posibles consecuencias para América Latina y el Caribe
si la temperatura mundial aumentara 4 °C hacia 2100, de acuerdo al nuevo
estudio ‘Bajando la temperatura’. Un aumento que duplica la meta reconocida a
nivel internacional de 2 °C, ampliamente considerada como el punto de inflexión
tras el cual el daño ambiental se torna irreparable.
Responsable
de solo una fracción (12,5%) de las emisiones mundiales totales, América Latina
podría ser una de las regiones más castigadas si la temperatura aumentara,
siendo las zonas más afectadas el Caribe y las regiones tropicales, y las
poblaciones pobres de la región las que más sufrirían.
Ejemplos
concretos de este impacto:
Mayor
nivel de los océanos: desde 1998, el deshielo de los campos de hielo
patagónicos han contribuido un 2% del aumento anual en el nivel del mar. A
medida que la temperatura sube, esta tasa probablemente también aumente; el
informe estima que el nivel del mar aumentará entre 0,5 y 1 m para comienzos
del siglo entrante. Dicho aumento podría ocasionar daños incalculables a las
pequeñas islas caribeñas que se encuentran apenas por encima del nivel del mar,
contaminando humedales de agua dulce vitales para el suministro de agua de esas
islas; las pérdidas totales se cifran en US$68.200 millones para 2080, buena
parte de ellas asumidas por la industria turística de esa región.
Tormentas
frecuentes: uno de los riesgos meteorológicos más peligrosos para la región, se
espera que la frecuencia de las tormentas tropicales de alta intensidad
aumente, siendo América Central y el Caribe una de las cuatro regiones con
mayores probabilidades de padecer las consecuencias de los daños resultantes.
Esto sería particularmente preocupante en países como México, cuya costa
oriental, como explican los expertos en este blog, ya está expuesta a un riesgo
considerable, sobre todo dada la velocidad a la que crece la población e
infraestructura local.
Más
sequías: dado el crecimiento de la población mundial, se espera que la demanda
de alimentos también aumente. Hogar de un tercio de la tierra cultivable y de
los recursos del mundo, la región está bien ubicada para convertirse en uno de
los principales productores de alimentos a futuro. Sin embargo, como se pudo
observar en la grave sequía que afectó a México este año, el informe advierte
que un aumento de 4 °C tendría un impacto muy importante en la superficie de
tierra cultivable, que disminuiría, especialmente en América Latina, África e
India.
Prepararse
ante los desastres naturales de hoy constituye el primer paso en la adaptación
a los desastres naturales de mañana
Aun
hoy, el clima mundial está cambiando y por lo tanto las diferentes regiones
deben adaptarse para poder maximizar su capacidad de recuperación ante los
cambios. Como explica el Asesor del Banco Mundial para Cambio Climático, Erick
Fernandes, “prepararse ante los desastres naturales de hoy constituye el primer
paso en la adaptación a los desastres naturales de mañana”.
•En el caso de América Latina, esta capacidad
de recuperación significa:
•Asegurar que la infraestructura regional
pueda soportar los nuevos ‘extremos’ climáticos
•Utilizar una mayor variedad de cultivos, que
tengan un buen rinde en caso de sequía, inundación y alta temperatura, así como
garantizar los cultivos futuros mediante bancos de semillas.
•Priorizar el uso territorial para conservar y
gestionar peligros múltiples
•Implementar planes de respuesta a situaciones
de emergencia y sistemas de alerta temprana
•Establecimiento de redes de protección y seguridad
social para proteger a los grupos más vulnerables de la región.
•Intercambio de mejores prácticas y sistemas
de información entre países.
•Monitoreo del tiempo y clima regionales
¿La
solución radica en el crecimiento verde?
Ofreciendo
una panorámica de la más reciente climatología, el informe advierte que la
temperatura mundial apunta a una suba de 4 °C y que los más recientes
compromisos en términos de gases de efecto invernadero no reducirán en mucho
esta cifra. Sin embargo, un compromiso sostenido con el crecimiento verde e
inclusivo podría limitar este aumento a 2 °C.
Actualmente,
América Latina emite el 12,5% de los gases de efecto invernadero del mundo,
aunque la creciente población urbana y la tasa de motorización aparecen en el
informe ‘Crecimiento verde inclusivo en América Latina y el Caribe’ como
fuentes potenciales de degradación ambiental en caso de no corregirse.
De
todas maneras, la región ya asumió el desafío, muchos países están llevando a
cabo soluciones innovadoras y ecológicamente saludables, adaptadas a sus
responsabilidades ambientales.
En
particular:
Se
han establecido sistemas de autobuses de transporte rápido en toda la región
para fomentar el uso de transporte público y reducir la dependencia del
automóvil, yendo a la vanguardia en términos de transporte público en el mundo
en desarrollo.
La
generación eléctrica en América Latina se multiplicó en más de dos veces en los
últimos 20 años, aunque un aumento en la utilización de recursos renovables,
así como de gas natural, ayudaron a que la región redujera su dependencia del
petróleo y del diésel, reduciendo de esta forma la huella de carbono de su
industria eléctrica.
Siendo
algunos de los principales productores agropecuarios del mundo, varios países
de América Latina han reducido la huella ambiental de la industria a través de
esquemas para la conservación de bosques y áreas arboladas, así como fomentando
la reforestación, como este en Costa Rica.
Actualmente,
el Banco está trabajando junto a 130 países de todo el mundo para solucionar el
cambio climático, duplicando los créditos para adaptación. Ahora mismo están
operando US$7200 millones en Fondos de inversión en el clima en 48 países, 14
de los cuales se encuentran en América Latina y el Caribe.
Fuente: Banco Mundial.
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