Los únicos indicadores que cada día van en aumento en el mundo son la tasa de crecimiento poblacional, que está en el orden del 3% anual, algo así como unas 200.000 personas por día y el índice inflacionario internacional de los alimentos que se sitúa en un promedio de un 12% anual. Esta tendencia, nos indica que dentro de 40 años más, la gran mayoría de la población no tendrá muchas opciones para alimentarse, porque probablemente, lo que en el presente es consumible, para esa fecha, ya estaria agotado o simplemente las producciones de alimento serán administradas estrictamente por los paises con poder de fuego.
Para los científicos agroalimentarios estudiosos de este indicador inflacionario en los alimentos, este fenómeno, es debido a dos circunstancias especificas; en principio, porque en el mundo se está perdiendo la capa superior del suelo cultivable producto de su intenso uso, acción muy acelerada, que no le permite al planeta reponerla a través de sus procesos naturales de regeneración, donde estiman, que un tercio de las tierras cultivadas ya ha perdido su capa superior. Y la otra circunstancia, es la cada día más creciente sustitución de plantaciones convencionales de producción de granos, por cultivos que son la materia prima de los biocarburantes, el nuevo combustible de los países desarrollados.
Los futurólogos poblacionales, plantean que en 4 décadas más, en el mundo seremos alrededor de 9 mil millones de habitantes y las aves de corral, cerdos, vacas, caballos, burros, así como muchas de las especies marinas que consumimos en la búsqueda de proteínas, serán solo piezas de exclusivos catálogos. Circunstancia esta que nos obligara a replantear drásticamente nuestros hábitos alimenticios.
Las nuevas proteínas, inexorablemente tendríamos que buscarlas en otras especies hasta ahora desestimadas en la cultura Occidental. Y solo serán las más apropiadas, aquellas que puedan reproducirse con tanta rapidez, que logren por volumen alimentar a tanto seres humanos que estarían hambrientos.
Es decir, nos espera un mundo, donde cada vez seremos más, con menos tierras para cultivar y por supuesto, los comerciantes de la miseria humana que también harán lo suyo, y nos acrecentarán el hambre, al ponernos los alimentos a precios inalcanzables.
Qué hacer ante esta posible realidad alimentaria, desde la perspectiva darwiniana?
Adaptarnos para sobrevivir. Adaptarnos como lo han hecho las milenarias cucarachas. Solo, que ahora con la ayuda de ellas.
Por ejemplo, la cucaracha americana, que puede medir hasta 4,5 cm, muy común en nuestros hogares, cada una tiene un ciclo reproductivo de más de 800 descendientes por año. Con una producción promedio mensual de casi un centenar. Según especialistas nutricionistas comerse 80 cucarachas equivale a comerse una naranja, ya que contiene vitamina C, además de otros importantes nutrientes.
Ya es tiempo entonces, de tratar bien a nuestras futuras salvadoras!
Por Lenin Cardozo
http://lenincardozo.blogspot.com/
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