Guerra de Abril
de 1965
La Guerra Civil estalló el
25 de abril de 1965. El líder militar constitucionalista fue el coronel Francisco
Alberto Caamaño. De inmediato, jóvenes pertenecientes a grupos de izquierda y seguidores
del líder del PRD, se unieron al movimiento, organizando en la capital
guerrillas urbanas. Uno de sus objetivos era, además del regreso de Bosch, la
destrucción del aparato militar trujillista, intacto después de la muerte del
dictador y protegido durante el Consejo de Estado y el Triunvirato.
Los tres primeros días
fueron de intenso combate. Las fuerzas constitucionalistas preparaban el ataque
a San Isidro, bastión del otro grupo militar. Todo quedó en preparativos, a
pesar de que se libraron intensas batallas frente al Puente Duarte, único punto
por el cual la ciudad podía ser atacada por el grupo de san Isidro. El presidente
de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, envió el 28 de abril de 1965 a más de
40,000 marines norteamericanos a tierras dominicanas con el
pretexto de proteger vidas y bienes de los ciudadanos de los Estados Unidos.
El movimiento en contra
del Triunvirato y la política de Donald Reid Cabral, que buscaba perpetrar un
golpe de Estado, desembocó en una Guerra Civil de graves consecuencias. La Intervención
Norteamericana de 1965 tiene también explicaciones de orden geopolítico. La Revolución
Cubana se había fortalecido. Existía el peligro de la internacionalización de
los focos guerrilleros para expandir la revolución socialista. Recordemos que
para esa época, estaba también la escalada
bélica en Vietnam.
Parecía que la misión de
los Estados Unidos era la de convertirse en el principal luchador contra las fuerzas
comunistas del mundo.
La presencia de los
marines norteamericanos fortaleció al grupo militar que enfrentaba a los constitucionalistas.
La ciudad de Santo Domingo quedó virtualmente dividida en dos mitades. De mayo
a septiembre de 1965 el país contó con dos gobiernos militares: el Gobierno Constitucionalista,
cuyo presidente era el coronel Francisco Alberto Caamaño, y el Gobierno de Reconstrucción
Nacional, a cuya cabeza estaba el general Antonio Imbert Barreras, uno de los
organizadores del complot que perpetró la muerte de Trujillo y declarado anticomunista.
Los enfrentamientos prosiguieron a lo largo de esos meses.
La Guerra de Abril no
terminó por la acción militar, sino gracias a la diplomacia internacional. La Organización
de Estados Americanos (OEA) jugó un papel estelar. En agosto de 1965 se
iniciaron formalmente las negociaciones. El 3 de septiembre de ese año se firmó
el Acta de Reconciliación Nacional. Ambos Gobiernos acordaron renunciar y elegir
un Gobierno Civil provisional que estaba presidido por Héctor García Godoy.
Otros acuerdos fueron: la celebración de las elecciones en 1966, la declaración
de una amnistía general, el desarme de los civiles y el retiro de los militares norteamericanos.
Además del Acta de
Reconciliación, se firmó el Acto Institucional, especie de constitución para elegir
el lapso entre el cese de las hostilidades y la toma de posesión del nuevo
Gobierno Constitucional.
La tarea de organización
de las elecciones fue cumplida por el presidente García Godoy. Se abogaba por
la instauración de un gobierno democrático, pero existía entre los sectores de poder
de que Bosch pudiese retornar, al resultar ganador de la contienda electoral.
Se asomaba de nuevo el fantasma del comunismo y el peligro de una nueva Cuba en
el Caribe, esta vez instalada por vía democrática. Había que hacer algo. Los sectores
de poder apostaron al Partido Reformista, que lideraba Joaquín Balaguer. El
Partido Revolucionario Dominicano. Organización política fundada por Bosch, su
candidato presidencial para esas elecciones, debió sufrir las consecuencias de no
haber sido elegido como favorito de los sectores que parecían decidir los
destinos del país.
Durante los meses que duró
el proceso, el flujo de masas, la algarabía popular por participar en la contienda
electoral, se vio afectada por la represión. Se afirma que durante el proceso
más de 300 dirigentes del PRD
fueron asesinados, como una forma de advertencia. La vida del líder de ese partido
peligraba, teniendo que hacer campaña política desde su casa y haciendo uso de
la radio.
Joaquín Balaguer ganó los
comicios, iniciando el periodo conocido como Los Doce Años de Balaguer. Una vez
más Bosch Partió al exilio.
Sang Ben, Mu-Kien Adriana.
Historia Dominicana: ayer y hoy.-- Santo Domingo: Susaeta, 1999, P.165-167.
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