sábado, 10 de marzo de 2012




Las enseñanzas cívicas de Duarte.

La concordia social. Debemos ser unidos y hallarnos dispuestos al sacrificio, si es necesario, para evitar la discordia.

La fraternidad racial. Los dominicanos de todas las razas deben considerarse como hermanos y entre ellos no deben existir prejuicios de raza o clase.

La justicia social. La justicia es el primer deber del hombre y el fundamento de la felicidad social.

La unión de clases. Todas las clases sociales deben convivir en armonía y nunca debe existir una clase que tenga privilegios políticos o económicos, porque éso va en contra de la fraternidad racial y la justicia social.

El respeto a la ley. La ley es la regla a la cual deben acomodar sus actos tanto los gobernantes como los gobernados y debe ser protectora de la propiedad, la vida, la libertad y el honor.

La honestidad política. Las cosas del Estado deben manejarse con honradez y la política debe ejercerse con desinterés económico, justicia y patriotismo.

El amor a la libertad. La libertad debe ser amada de tal modo que nos sintamos obligados a vivir en el pensamiento y en la acción, considerándola como lo más preciado de la vida.

El amor a la patria. La patria debe ser amada con amor invariable, con entrega total y con el absoluto empeño de beneficiarla en todo lo posible.

La fe en el pueblo. Debemos tener fe absoluta en nuestro pueblo y poseer la convicción, de que a pesar de sus defectos, tiene cualidades que pueden convertirlo en un gran pueblo, que gobernándose con acierto, puede llegar a ser el dueño de su propio destino.

La integridad nacional. Jamás debemos permitir que ninguna porción de nuestro territorio sea cedida a ninguna nación extranjera ni debemos aceptar gobiernos que no sean nuestros o que sean de imposición extraña.



Fuente: Externa.

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