Las aves que pierden y ganan con el cambio
climático.
El clima está afectando la distribución
y población de medio millar de especies de Europa y EE UU.
A la curruca rabilarga (Sylvia undata)
el cambio climático la está llevando cada vez más al norte. Este pajarillo de
lomo grisáceo y pecho rojizo abunda en los matorrales mediterráneos de Italia,
Francia o España, donde está la mayor concentración de parejas. También se la
ha avistado en el condado de Dorset, en el suroeste de Inglaterra. En las
últimas décadas, mientras su población mermaba en la península Ibérica, en el
Reino Unido se ha multiplicado por ocho. Como a la curruca, el calentamiento
global está afectando a centenares de especies de aves.
Aunque el cambio climático no es el
único factor que afecta a las poblaciones de aves, también están el deterioro
del hábitat o la deforestación, sí es el problema más reciente y de mayor
alcance. Sin embargo, su impacto es muy complejo y difícil de medir. Afecta a
la distribución geográfica de cada especie, a su abundancia relativa e incluso
a la conducta y fisiología de los pájaros. Además, este impacto no siempre es
negativo, con muchas especies prosperando en zonas donde antes no medraban.
Por eso, una treintena de
investigadores, entre ellos varios españoles, han analizado la tendencia al
alza o a la baja de las poblaciones de más de 500 especies de Europa (145) y EE
UU (380) desde 1980 y hasta esta década. Su objetivo era crear un índice de
impacto climático (CII por sus siglas en inglés) con la ratio de especies
favorecidas y perjudicadas por el calentamiento global.
En España, un tercio de las especies de
aves se han visto beneficiadas por el cambio climático
"El CII es positivo, las especies
favorecidas están siendo más beneficiadas, mientras que las perjudicadas lo
están siendo con más intensidad de lo que cabría esperar", dice la
investigadora de SEO/BirdLife, Virginia Escandell. coautora del estudio que
publica Science. La investigación, además, muestra que no es un patrón
localizado. "El fenómeno ocurre de manera similar tanto en Europa como en
Estados Unidos, lo que permite afirmar que las poblaciones de aves comunes de
ambos continentes se han visto afectadas de forma similar por el cambio
climático en los últimos 30 años", añade la ornitóloga.
En el caso de España, por ejemplo, las
especies incluidas en el estudio son 96. Usando los datos aportados por
SEO/BirdLife y recopilados, por ejemplo, por los más de 1.500 voluntarios de su
programa de seguimiento SACRE, se pudieron combinar las tendencias de las
poblaciones con modelos climáticos. Así han podido determinar que 59 especies
están en el grupo de las que pueden verse afectadas negativamente por el cambio
climático. Las otras 37 podrían resultar favorecidas.
El índice permite confirmar el fenómeno
de traslación geográfica apuntado por anteriores estudios. Relacionado
probablemente con el aumento de la temperatura, países del norte de Europa como
Noruega están viendo como proliferan decenas de especies y, en cambio, en
naciones del sur, como Italia, la ratio se invierte y son más las perjudicadas
que las beneficiadas.
Más allá de las tendencias arriba o
abajo en las poblaciones, lo que no resulta sencillo es dar cifras absolutas. A
diferencia de las especies de grandes
aves, donde los ejemplares se cuentan
por millares, con las pequeñas aves comunes como el carbonero, el gorrión o la
propia curruca se trata de contar a millones de ejemplares.
"Es difícil decir con seguridad si
el tamaño de la población global aumentará o disminuirá, ya que los datos
recopilados por miles de voluntarios son agrupados a nivel nacional o estatal
como índices de abundancia de cada especie", explica el biólogo de la universidad
británica de Durham y uno de los responsables del estudio, Stephen Willis.
"Sin embargo, y como una aproximación, puedo decir que: las diferencias
son tales que, en Europa, si dos especies tenían una abundancia similar en
1980, las especies favorecidas (hasta cierto punto) por el cambio climático
serían ahora un 40% más abundante que las especies desfavorecidas".
Eso no significa que el cambio climático
sea una bendición para las aves comunes. Los datos del programa de seguimiento
paneuropeo de estas aves, usados en este estudio, muestran que aunque 46
especies han visto aumentar su población, la de otras 62 ha declinado. El resto
habría permanecido estable.
Entre las especies que se han visto más
afectadas por el cambio climático están el abejaruco europeo, que empieza a
verse por los cielos británicos, o varias especies de Troglodytidae (chochines,
saltaparedes...) que han aumentado su presencia en el norte de Europa al tiempo
que la han reducido en el sur. Un proceso similar han seguido muchas especies
americanas, como el mirlo americano, que ya anidan en estados del norte, pero
su abundancia en los sureños se ha reducido.
En España también se produce esa
ambivalencia del cambio climático. Entre las especies favorecidas están el
agateador europeo, frecuente en bosques e incluso parques, el petirrojo europeo
o el pico picapinos, uno de los pájaros carpinteros más extendidos. En cuanto a
las más perjudicadas, aparecen aves como el escribano cerillo o la collalba
gris que, como la curruca rabilarga del principio, les gusta volar en zonas
atlánticas y más frías.
Cortesía: El PAÍS
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