miércoles, 20 de abril de 2011

DIAS DE REFLEXION


En Semana Santa los cristianos conmemoran el momento en que Jesucristo es crucificado y al tercer día resucita, cumpliéndose con ello la profecía del Mesías que enviaría Dios al pueblo elegido.

La iglesia Católica recuerda desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección partiendo por la misa crismal que da fin a la Cuaresma. Luego se introduce al Triduo Pascual. El sábado santo en la noche comienza la vigilia, para terminar el domingo con la eucaristía central del año litúrgico, festejando la vuelta a la vida de Jesús.


Origen
Esta conmemoración no corresponde con una fecha cronológica, ya que todos los años rota. Un estudio explicó que eso se debe a que el criterio de esta fiesta se determinó siguiendo la tradición hebrea, donde se realiza junto a la pascua judía y ya que esta es movible, la Semana Santa también lo es. De todos modos siempre es entre la tercera semana de marzo y la tercera de abril.

Esto explicaría también por qué se asocia este período con la palabra ‘pascua’, (‘pesaj’ en judío, que significa el paso el éxodo, la huida de ese pueblo desde Egipto del cautiverio a la libertad). Si se hiciera un cálculo más o menos exacto, según los conocimientos que se tienen el año en que se produjo la crucifixión esta habría ocurrido aproximadamente el 7 de abril, según la investigación de hecho, el jueves previo a ser atrapado Jesús, él y sus discípulos celebraban la víspera de la pascua.

Esta celebración se ha llevado a cabo desde los primeros siglos inmediatos a la muerte de Cristo. Pero en estricto rigor respetando tradiciones y costumbres como el vía crucis, hay registros desde el siglo IV. Existe un relato de una peregrina que se llamaba Egeria, donde cuenta su visita a tierra santa. Es la primera que relata las características de los vía crucis, cómo era la práctica devocional que ya existía. Ahí todavía era Imperio Romano, o sea, el cristianismo recién post Constantino.


Tradiciones cristianas
La costumbre del cristiano de ayunar es muy temprana. En el catolicismo antiguo esto se hacía durante toda la Cuaresma y no sólo el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, como lo plantea la iglesia.
Cien años atrás, los cristianos no comían carne ningún viernes del año, por respeto a Jesús, descrito en las escrituras como el cordero que fue llevado al matadero. Esta práctica se fue suavizando y derivó simplemente en no consumirla el Viernes Santo y en cambio ingerir pescados y mariscos, pero es más bien una costumbre popular, sin mucho sentido en realidad. La idea se supone que es la abstinencia o ayunar de plano, pero no reemplazar una cosa por la otra.


En el mundo
En Filipinas, país católico evangelizado desde el siglo XVI en adelante, en los vía crucis algunas personas se crucifican en forma voluntaria, ellos tienen una fe un tanto radical, arraigada en sus costumbres. Para la gente es incomprensible, pero obedece a una cultura y sus propias prácticas religiosas ancestrales, que forman una especie de sincretismo
En Sevilla, la Semana Santa se vive de forma absolutamente barroca. Con procesiones monumentales, que no tienen ninguna comparación al resto del mundo cristiano en general. El recuerdo de esta fecha se hace con sacrificio, con procesiones que duran entre ocho y diez horas. ‘El cachorro’, imagen de Cristo muy famosa del siglo XVII, es paseado toda la noche y es cargado por cuarenta personas que se van rotando, y miles lo siguen.


El conejito de pascua

Otra tradición ajena a la religiosidad ha existido desde tiempos imprecisos un conejo de pascua que esconde huevitos de chocolate para los niños. En un sentido estricto, estas dos actividades no tendrían relación alguna, pero de todos modos son realizadas juntas y la una está tan arraigada en las costumbres como la otra.

Lo de los huevitos de pascua es una tradición germánica, de Europa del norte. Posiblemente de la época medieval, pero no se tiene precisión. Lo más probable es que el origen no sea cristiano, pero se extendió en la sociedad así como el viejito pascuero y ahora se usa con fines comerciales.

La resurrección es una fiesta, el juego de los huevos de pascua puede ser positivo mientras no se pierda el sentido de la verdadera fiesta para los católicos donde Cristo debe ser el centro de la celebración.

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