Las acciones necesarias para aportar soluciones a la crisis climática en la cual estamos inmersos globalmente deben pasar por cambiar el comportamiento de cada ciudadano, pero deben ir mucho más allá de eso hacia el involucramiento en la politización del calentamiento global. Y ¿por qué la politización?, sencillamente porque el cambio climático en el pasado era un hecho meramente ténico-científico, y allí se estaba quedando erróneamente, hoy día debe verse como lo que es, un hecho además de investigación técnico-científico, un sistema real conformado por los ámbitos social y político también.
Muchos son los factores que hacen ver hoy día al calentamiento global como un problema sociopolítico con toma de decisiones fundamentales en el ámbito público, toma de decisiones que en ocasiones marcan la diferencia entre la muerte masiva de seres humanos o la exitosa preservación masiva de la vida. Esto hace primordial el darle orientación y contenido político-social a pensamientos y acciones que antes no lo tenían y que se quedaban encerradas en las paredes de un laboratorio, de un centro académico o de un club de amigos interesados en el desarrollo de nuevos hallazgos naturales.
Por su parte ubicándonos en el lado de la construcción de políticas públicas para afrontar al calentamiento global, desde hace rato es inviable y poco ético centrarnos solo en invertir en palear o mitigar los efectos masivos de los cambios, sin darle un boche certero a la bola de las causas que originan el calentamiento, o adentrarnos en el campo de las soluciones estructurales, reordenamiento de nuestras costumbres, acciones, patrones de ocupación del territorio entre otros.
La politización del calentamiento global
El hecho del calentamiento global es una piedrita en el zapato para todo el mundo, pero es un hecho real, existe, tiene montones de oportunidades encerradas y habla por sí solo cuando quiere, como quiere, en la magnitud que quiere y en un marco de incertidumbre cada vez más predecible. Parece ilógica esta última aseveración, pero es así, una de las cosas que cada vez tenemos más clara es el marco de incertidumbre y complejización alrededor del cambio climático.
Si queremos ser exitosos tenemos que empezar por derribar las barreras de resistencia al cambio, barreras que solo se ablandan y flexibilizan con conocimiento, con información, con voluntad, con un discurso y acciones desde la academia y desde las instituciones públicas que sea fácilmente metabolizable por las comunidades, por el individuo de a pié, por el individuo común y corriente. Promover acciones traducidas en cambios medibles a través del tiempo que puedan partir desde, ¿Cuánto se invierte en los presupuestos públicos en materia ambiental y en particular en educación y prevención de la generación de gases con efecto invernadero? ¿Tenemos políticas, planes y programas públicos, estructuras tendientes a facilitar el ahorro energético y el desarrollo sustentable?, hasta, ¿Cuántos Kw -medida del consumo de electricidad- he ahorrado en mi casa, ¿Cuánta basura he dejado de generar?, ¿Cuántos km he caminado o recorrido con mi bicicleta en vez de usar mi vehículo? ¿Qué consideraciones y cambios hemos introducido en nuestros métodos constructivos para usar materiales eco-amigables y gastar menos energía en nuestras casas?.
Todos estos cambios demandan un esfuerzo, una inversión de tiempo, de energía y de recursos, pero mientras más no tardemos en cambiar, mayor será la inversión y los impactos negativos sobre la población, bienes y servicios ambientales. Al final, hasta para los grandes intereses multinacionales será más rentable invertir en prevención y cambios que en mantener modelos no sustentables, cerrados, autocensurar información, o en sembrar confusión y dudas que solo consiguen retrasar la toma de decisiones estratégicas ambientales, la pérdida de la gobernabilidad ambiental y la inestabilidad social.
También los cambios demandan una voluntad política que pareciera sigue estando supeditada a intereses personales, locales, transnacionales y político partidistas que alcanza una expresión poco ética y casi que cínica cuando los decisores se exculpan de tomar decisiones acertadas para el bien de la humanidad diciendo: eso no lo veré yo, le tocará a otro arrear con la situación, disfrutemos ahorita no sabemos hasta cuando nos durará la bonanza, como lo evidencian autores entre ellos Al Gore (2007); de allí la gran importancia de democratizar el concepto, el conocimiento y coordinar acciones hacia el cambio de paradigma y comportamiento humano ante la realidad del calentamiento global.
Convirtiéndonos en factor de cambio
Efectivamente no hay cambio global hasta tanto no haya cambio en el accionar del ciudadano en su día a día, desde su convicción y en su conciencia sobre la fuerza que tiene su voto, hasta que no se democratice el tema. Por eso la aceleración del cambio debe ser más efectiva que la aceleración en la aparición de los impactos socio-ambientales del calentamiento global. Podemos ser como un virus muy eficaz en contaminar a otros en nuestro entorno con el tema del calentamiento global para promover ideas o acciones, para formar parte de los cambios y para elegir bien con quien y como vamos a realizar esos cambios de conductas y políticas ambientales responsables.
Escojamos ser parte de la solución y cambiar hábitos de consumo que generen presión sobre las causas del cambio climático, eduquémonos y ayudemos a otros a educarse, organicémonos en grupos de cambio y comencemos por pequeñas acciones; podemos comenzar por nuestras familias, extendernos a nuestras comunidades educativas y círculos sociales. Participemos activamente en los espacios políticos que disponemos, asambleas, cámaras municipales, consejos comunales, asociaciones de vecinos, comisiones especializadas, grupos de interés en el tema. Participemos activamente en la estructuración de los presupuestos participativos, de los consejos locales de participación pública, de los consejos estadales de planificación y coordinación de políticas públicas. Participemos con otros grupos de interés internacionales, hoy día no hay excusas ya que los medios de comunicación son muchos, accesibles, expeditos, la tierra es plana comunicacionalmente hablando. Incorpora activamente a tu centro de estudios, al de tus hijos, a tu oficina a disminuir las emisiones contaminantes y con efecto invernadero, al fin y al cabo eso redundará también en economías presupuestarias. Apoya selectivamente a empresa cuyos productos obedecen a procesos eco-eficientes y de producción limpia, educa a las empresas o industrias que no producen de esta forma enviando al menos sugerencias e información. Involúcrate en las decisiones políticas que tienen impacto sobre la crisis climática, plantéate interrogantes de escenarios: ¿que pasaría si la decisión de mi gobierno fuese esta en vez de esta otra? En fin, apoya las acciones climáticas que consideres favorable para tu hábitat.
Tenemos solamente una tierra, todos vivimos en ella y compartimos un mismo destino, construyámoslo asertivamente juntos. No escatimaremos en recordarte que la fuerza del cambio eres tu, súmate al cambio!
No hay comentarios:
Publicar un comentario