sábado, 7 de febrero de 2009

CONSULTA

















El nacimiento del caníbal:

Un debate conceptual


El artículo propone un debate teórico alrededor de los orígenes del canibalismo, principalmente cómo nace en los escritos de Cristóbal Colón y cómo en pocos años se difundirá entre cronistas, navegantes y pensadores. La construcción del caníbal en los textos de Colón será de vital importancia para entender los argumentos, que posteriormente vendrán a justificar no sólo la conquista del Caribe, sino también la del Nuevo Mundo durante las décadas siguientes, y también legitimar la estigmatización a determinados grupos amerindios acusados de consumir carne humana. En esta reflexión de corte historiográfico se busca aclarar categorías conceptuales y cuestiones teóricas alrededor de las cuales sigue existiendo mucha confusión.

En el año 2006, Hollywood trajo nuevamente a la escena mundial el mito de los comedores de carne humana en el Caribe con la superproducción: Piratas del caribe 2: El cofre del hombre muerto1, protagonizada por Johnny Depp, Orlando Bloom y Keyra Knightley. La película está ambientada en el siglo XVIII y presenta escenas donde

los protagonistas tienen que enfrentar una tribu caníbal en la isla caribeña de Pelegosto2

Vale la pena recordar que el canibalismo famoso en los relatos de viaje del siglo XVIII ya no era el del Nuevo Mundo, el Caribe o Brasil; era principalmente el practicado por las tribus que habitaban el Pacífico Sur, la nueva frontera para el siglo XVIII y la zona menos conocida. Es precisamente a partir de los relatos de exploración del capitán Cook y especialmente el episodio de su muerte a manos de los hawaianos, el 14 de febrero de 1779, la que marcará al Pacífico como la nueva región del mundo donde habitaban los caníbales.

Una de las versiones de la muerte del capitán Cook cuenta que durante la celebración religiosa del Makahiqui el capitán es sacrificado por los hawaianos que lo identificaron con el dios de la fertilidad Akua Lono, quien había regresado. La muerte ritual del capitán de la expedición generaría un gran impacto en la memoria de la sociedad europea de su época3. Este episodio es adaptado en una secuencia de la película

Piratas del Caribe 2, en donde el capitán pirata Jack Sparrow, interpretado por Depp, es prisionero de los aborígenes Pelegosto, quienes lo consideran un rey-dios y lo están preparando para sacrificarlo y después devorarlo.

. Sparrow sólo consigue escapar de milagro, aprovechando la confusión generada por su tripulación en la isla. La referida escena de los caníbales en Piratas del Caribe sigue los estereotipos y clichés del canibalismo del Pacífico: cómo la tribu nombra a su víctima rey-dios hasta el día del sacrificio, cuando deberá ser cocinado y devorado o cómo, en otras versiones, sacrificado siendo lanzado en un volcán.

El mito del canibalismo en el Caribe se remonta al siglo XV, cuando los europeos arriban a las Antillas; para entonces ésta es la frontera más occidental a la que ellos habían llegado.

La Carta de Colón de 1493 ya describía las maravillas de las nuevas tierras descubiertas -por lo menos para el europeo-, la variedad de la naturaleza y el clima templado. Aunque las antípodas y los monstruos que se pensaban habitaban más allá de las columnas de Hércules, en el Océano Occidental según la tradición antigua y medieval no fueron hallados, tal vez sólo exceptuando las supuestas sirenas que Colón observó a lo lejos, que “[…] no eran tan bonitas como las pintan, y que, de cierto modo, tenían cara de hombre […]”4, en su lugar, el navegante registró una costumbre entre los indios que la tradición occidental abominaba y temía: el consumo de carne humana.

“[...] En estas islas adonde hay montañas grandes ahí tenia fuerza el frío este invierno; mas ellos lo sufren por lacostumbre [y] con la ayuda de las viandas; comen con especias muchas y muy calientes en demasía. Asi que mostruos no he hallado, ni noticia, salvo de una isla que es aquí en la segunda a la entrada de las Yndias, que es poblada de una gente que tienen en todas las islas por muy feroces, los cuales comen carne humana.

Estos tienen muchas canoas, con las cuales corren todas las islas de India [y]roban y toman cuanto pueden [...]”5. En el Diario de Colón, en el episodio del viernes 23 de noviembre de 14926 sería registrado el nacimiento del término caníbal:

“[...] El Almirante navegó todo el día para la tierra, siempre al sur. Sobre ese cabo se sobrepone otra tierra o cabo, que también va para el este, y que aquellos indios que llevaba la llamaron de “Bohio”. Decían que era muy grande y que allá había una gente que tenía un ojo en la frente, y otros que los llamaban de caníbales, de quién demonstraban tener mucho miedo [...]”7. Efectivamente, era la primera vez que, en un documento europeo se hacía mención al término caníbal, que vendría a estigmatizar a los habitantes de las Antillas y de las actuales costas de Colombia y Venezuela, que no se sometieron al dominio ibérico y que finalmente justificarían la Conquista.

Estos indígenas que informaron a Colón sobre la isla “Bohio” eran arawak y usaron el término caniba para referirse a sus enemigos los caribes. Fue por ese intermedio que Cristóbal Colón, durante su viaje inaugural en 1492, la recogió y la difundió en Europa, él es, antes que todo, el inventor del caníbal8.


Dos pueblos disputaban el dominio de las Antillas a la llegada de los españoles -los arawak y los caribes-, estos últimos ya controlaban las Antillas menores, ninguno era autóctono de la región: ambos habían invadido las islas antillanas a partir de América del Sur y exterminado a los pobladores nativos (los ingerís y los arcaicos).

Tainos9 fue el nombre genérico que los arawak recibieron de los españoles, bajo el cual se reunían los diversos grupos indígenas que no pertenecían al grupo lingüístico caribe. El nombre taíno significa “bueno o noble” en arawak; eran agricultores y cultivaban maíz, papa, pimentón, yuca -de la que extraían el cazabe- y la planta del maguey, el “árbol de las maravillas”, que describiera Joseph de Acosta en su Historia Natural y Moral de las Indias. Fabricaban licores dulces y amargos, consumían frutas yalgunas variedades de animales como, por ejemplo, los perros; además cazaban fauna

salvaje y eran hábiles pescadores10.

También fueron ellos los más representados en la iconografía de los nativos del Caribe en los siglos XV y XVI (Imágenes No. 4 y 5). Los artistas de los grabados se inspiraron en su mundo cotidiano y en la tradición medieval para componer por analogía las escenas del Nuevo Mundo, siendo que los elementos que componían estas escenas ya existían antes de la llegada de Colón. Las primeras imágenes de la carta de Colón están basadas en los Insularios y en las tradiciones medievales de los viajes a Occidente: las Hespérides y los viajes de San Brendan11. A partir del contacto con los pueblos amerindios estos esquemas preconcebidos son proyectados, adaptados, repetidos y alterados. Las Imágenes 4 y 5 son dos versiones que representan el desembarco de Colón en la Española; las tierras al Occidente eran representadas como islas en los relatos de viaje medievales y estas influencias permanecen en los xilograbados. Las imágenes se van ajuntando y alterando a medida que el contacto con el Nuevo Mundo se va intensificando; por ejemplo, mientras en el xilograbado de la edición de Basel aparece una galera, en la Imagen No. 5 de Giuliano Datis ya aparecen las tres carabelas de Colón.

Los caribes, a su vez, se destacaron como un pueblo belicoso y cruel. Atacaban las islas habitadas por los tainos para capturar hombres y mujeres, y practicaban rituales antropofágicos, según las versiones de sus enemigos y las crónicas recogidas por los viajeros (Imagen No.6). En esta imagen el caribe es representado con características agresivas, armado, semidesnudo, con la típica deformación craneana, cabellos largos y con la cabeza de una víctima decapitada en su mano, retomando la imagen negativa del siglo XVI que reafirmaba la idea difundida de violencia, salvajería y antropofagia.

La familia lingüística caribe estaba compuesta por un elevado número de tribus, muchas de ellas expansionistas. Sus centros de dispersión fueron las costas del norte y los valles de Colombia, Venezuela, las Guayanas y las Antillas Menores; a la llegada de los españoles la expansión se dirigía a las Antillas Mayores ocupadas por los taínos. Es importante anotar que estas divisiones étnico-lingüísticas tradicionales, que diferencian a taínos y caribes, aún son muy discutibles, generando debates entre historiadores, arqueólogos y antropólogos12. Lo que sí es fundamental en esta división es que se establecen categorías geopolíticas fruto de la observación

etnográfica por parte de los españoles, que plantearonuna clara demarcación entre el indio bueno, edénico e inocente, bases del futuro ‘buen salvaje’, y el indio malo feroz y antropófago, el caribe salvaje13. Para entender las complejidades del origen y uso del termino caníbal se consultó el Diccionario de María Moliner, que al respecto define: “Caníbal: (de “caríbal”) 1. adj. y n. Antropófago de las Antillas. Antropófago en general. 2. adj. Se aplica al animal que come carne de los de su misma especie. 3. (inf.) Bruto o salvaje”14. Caníbal en el Diccionario se aplica al hecho de comer a un miembro de la misma especie y se presenta como un sinónimo o una variante de antropófago. La palabra caníbal como la conocemos hoy en día surge en 1492 de una corruptela del vocablo caribe, que significaba “osado, audaz”; en primer lugar por los arawak para los cuales significaba “enemigo” y después por los europeos, queriendo denotar “comedores de carne humana”. Esta confusión no deja de ser comprensible y factible, si el propio traductor de Colón, Luis de Torres, quien hablaba hebreo, árabe y arameo, no estaba preparado para los dialectos de los pueblos de las Antillas15.

Así, del mismo término se constituyen tres sentidos completamente diferentes para el vocablo caníbal: el caribe, el arawak y el europeo, siendo estos dos últimos, peyorativos. Caníbal estará sujeto a múltiples interpretaciones y reinterpretaciones: para el Caribe significaría osado y audaz; para el taino significará enemigo; para Colón significará coraje y astucia, y para la Corona castellana, antropofagia, barbarie, violencia y desafío16. ¿Pero cómo se llega históricamente a establecer el sentido de caníbal como sinónimo de antropófago? Cristóbal Colón, muy influenciado por los relatos de Marco Polo y Heródoto17, se negaba a creer en la existencia de hombres que se alimentaban de carne humana, prefiriendo creer que el término caníba venía de Khan, es decir súbditos del gran monarca mongol. El concepto positivo de caníbal acuñado por Colón no le sobreviviría, porque estaba vinculado a su mitología personal y a su creencia de haber alcan zado Oriente18. Antes del surgimiento del término caníbal Colón ya había usado el vocablo antropófago en el relato del domingo 4 de noviembre

1492, basado en las informaciones de los tainos sobre los caribes.

Así, la confusión ya estaba armada, antropófago y caníbal acabarían como términos similares. “[...] Entendió también que lejos de allí había hombres de un ojo y otros con hocicos de perros, que eran antropófagos y que, cuando capturaban a alguien, lo degollaban, bebiéndole la sangre y le cortan su natura [...]”19.

Es precisamente esa asociación entre antropófagos, cinocéfalos y aborígenes de las Antillas de Colón la que dio como resultado la famosa viñeta que Lorenz Fries hizo entre 1525 y 1527 para el cosmógrafo Martín Waldseemüller sobre los caníbales con cabeza de perro, representando a los habitantes del Nuevo Mundo (Imagen No. 7).

Estas imágenes sobre el canibalismo fueron realizadas en la primera mitad del siglo XVI y asociaron el consumo de carne humana a banquetes y festines, es decir, al placer gastronómico, como actitudes cotidianas de los amerindios. Tales imágenes no tenían en cuenta la etnografía, separando las costumbres de sus aspectos rituales.

Por lo tanto, cabría formular la siguiente cuestión: ¿cuáles serían las diferencias entre antropofagia y canibalismo? El Diccionario de María Moliner20 no tiene tanta suerte al momento de diferenciar dos conceptos próximos canibalismo y antropofagia, o caníbal y antropófago:

Caníbal: (de “caríbal”) 1. adj. y n. Antropófago de las Antillas. Antropófago en general. 2. adj. Se aplica al animal que come carne de los de su misma especie. 3. (inf.) Bruto o salvaje. Antropófago: (del lat. “anthropophagus”, del gr. “anthrophágos”) adj. y n. Que come carne humana; se aplica particularmente a los miembros de tribus primitivas que lo hacen. Sin o variante Caníbal. Antropofagia: (del gr. “anthropophagía) f. Hábito de comer carne humana. Cualidad del antropófago. Canibalismo: m. Cualidad del caníbal. Circunstancia de existir caníbales”21.

Como se puede observar, dicho diccionario considera los dos términos sinónimos y no establece muchas diferencias. A pesar de las similitudes de canibalismo y antropofagia, ambos consumen carne humana; el Diccionario vincula caníbal y canibalismo a brutalidad y salvajismo. Por lo tanto, si el consumo de carne humana ya es algo terrible, el caníbal gana nuevas connotaciones que amplían aún más su aspecto negativo.

El origen histórico de las palabras puede proporcionar nuevos elementos en esta discusión. En cuanto la palabra antropófago es originaria de la Grecia Antigua y era vinculada a los pueblos que vivían más allá del Mar Negro, que, según se creía, consumían carne humana. Los relatos antiguos sobre antropofagia inician con Ctésias

en Grecia y se difunden con autores latinos como Plínio “el Viejo”22 y Solino, quienes repiten incesantemente las descripciones sobre la existencia de pueblos y sociedades que se alimentaban exclusivamente de carne humana por gusto o por costumbre; mito que pasó a la Edad Media23 y que aún obsesiona a la tradición occidental24.

Por otro lado, caníbal es una palabra no europea, usada para designar un grupo de las Antillas: los caribes, que acabó identificando al individuo que práctica el consumo de carne humana25. La antropofagia se ha vinculado al bárbaro. Los griegos aplicaban el término indiscriminadamente a todos los pueblos que hablaban lenguas diferentes al griego, principalmente a los asiáticos26.

El concepto de bárbaro posteriormente tiene implicacionespeyorativas y acabó asimilado como un antónimo de civilización; de ese modo, la antropofagia, el consumo de carne humana estaría vinculada al peor nivel de barbarie, como lo destaca Claude Kappler “[...] Todos los pueblos considerados salvajes son sospechosos de antropofagia para los viajeros [...]”27.

El mito del caníbal como devorador de carne humana comenzó a ser forjado con Colón y Vespucio, y creció causando profundo espanto y horror en la sociedad europea. Estos comportamientos viciosos y salvajes de los aborígenes, desde la perspectiva occidental, sólo reforzaban la idea de la superioridad del europeo cristiano y justificaba la guerra justa, sus derechos como conquistadores y colonizadores para evangelizar y controlar los nuevos territorios, en la medida en que se necesitaban nativos para la conversión y para mano de obra. En la Real Cédula de 1503 se autoriza a los conquistadores españoles a esclavizar a los indios caribes bajo pretexto de su canibalismo y por haberse opuesto a sus requerimientos “pacíficos”.

Los intentos hechos al aplicar la concepción aristotélica de la esclavitud natural y la guerra justa contra los nativos llevaron a agitados debates en Europa, especialmente en España, porque se pensaba que esta clase de hombres, los indígenas, fue hecha por la Naturaleza para ser esclavos al servicio de señores nacidos libres de una vida de trabajo manual. Autoridades, como el jurista español Juan Ginés de Sepúlveda, no sólo sustentaban este punto de vista con gran tenacidad y erudición, sino que también concluían que los indígenas eran de hecho tan rudos y brutales que era “oportuna y legal” una guerra contra ellos para hacer posible su cristianización28.

Roberto Gambini29 y William Arens están de acuerdo al afirmar que muchos aborígenes que no practicaban rituales antropofágicos, pero que habitaban las áreas de frontera o resistían al europeo conquistador, acabaron catalogados como caníbales, quitándoles su condición humana para justificar su dominación y posterior esclavitud.

El canibalismo se saca del escenario ritual y se le considera como un hecho del que se tiene noticia por boca de terceros. Pero resulta adecuado para relacionar a los pueblos así denominados, en categorizaciones de bárbaros, bellacos, fieras, sepulturas de hombres, que los convertían, a ojos peninsulares, en seres inferiores30.

Antropólogos e historiadores cuestionan la creencia en la antropofagia y hablan de la existencia de un ritual mágico-religioso que enmarca estas prácticas. Así, el concepto de caníbal tendría un sentido ritual, que los europeos convirtieron en sinónimo de antropofagia, con la ingestión de carne humana por gusto, que se consideró un acto repugnante para la civilización occidental.

Esta situación en la práctica en nada se diferencia del animal carroñeroque se alimenta con los despojos de individuos de su propia especie, como un estado peculiar de las sociedades incivilizadas. El canibalismo sería una evidencia de que el grupo que la práctica se encuentra debajo del nivel humano, según el punto de vista del que transmite el episodio.

Uno de estos autores, Silva Galdames, cuestiona el pensar el concepto de antropofagia

como sinónimo de canibalismo basado en el estudio de diferentes contextos rituales de la América prehispánica: “El canibalismo […] tiene como propósito absorber el espíritu que habita en algunos órganos del cuerpo humano en la convicción que así se adquirirán las cualidades y destreza demostradas por un individuo en sus diarias actuaciones y, al mismo tiempo, se evitarán las temidas venganzas”31.

Claude Kappler, apoyado en Mircea Eliade, concuerda con la existencia de un canibalismo ritual, religioso de iniciación, y reconoce que los viajeros no estaban interesados en entender rituales de quienes eran vistos con vicios monstruosos, de costumbres salvajes32.


1. Pirates of the Caribbean: Dead Man’s
Chest. Director: Gore Verbinski.
Disney Pictures, 2006.
2. Pelegosto es el nombre ficticio de
la isla habitada por caníbales en
la película Piratas del Caribe 2. Las
escenas externas de la isla fueron
grabadas en la isla Dominica.

4. “...Ayer, cuando el Almirante iba al
Río del Oro, dice que vio tres sirenas
que saltaron bien alto, encima del
mar, más no eran tan bonitas como
las pintan, y que, de cierto modo,
tenían cara de hombre...” Miércoles, 9
de enero de 1493. Cristovão Colombo,
Diários da Descoberta da América: As
quatro viagens e o testamento (Porto
Alegre: L&PM, 2001), 111

5. Carta de Colón, anunciando la llegada
a las Indias y a la Provincia de Catayo
en: Francisco Morales Padrón,
Teoría y Leyes de la Conquista (Madrid:
Ediciones Cultura Hispánica/ Centro
Iberoamericano de Cooperación,
1974), 153. El resaltado es mío.
6. El Diario de Colón sería publicado
varios años después de la llegada del
primer viaje.
7. Cristovão Colombo, Diários da
Descoberta da América, 79. El
resaltado es mío.
8. Frank Lestringant, O Canibal. Grandeza
e decadência (Brasília: UNB, 1997), 27.
9. El origen étnico y las supuestas
diferencias entre taínos y caribes
forman parte de los debates actuales
que aún están por resolver; algunos
de sus exponentes son Roberto Cassa,
Sebastián Robiou Lamarch, Ercilio
Vento Canosa y Fernando Luna
Calderón, entre otros.

10. Guillermo Giucci, Viajantes do
Maravilhoso. O Novo Mundo (São
Paulo: Companhia das Letras, 1992),
113-114.
11. Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona,
“IMAGO GENTILIS BRASILIS. Modelos
de representação pictórica do índio
da Renascença”, vol. 1 (tesis de
Doctorado en Historia, Universidade
Federal Fluminense, UFF, 2004), 237.

12. Entre otros autores están:
Sebastián Robiou Lamarch, taínos
y caribes. Las culturas aborígenes
antillanas (Madrid: Editorial Punto
y Coma, 2003) y Roberto Cassa,
Los indios de las Antillas, Colección
Pueblos y lenguas Indígenas (Quito:
Editorial Abva Yala, 1995).

13. Paolo Vignolo, “Hic sunt canibales:
El canibalismo del Nuevo Mundo en
el imaginario europeo (1492-1729)”,
Anuario Colombiano de Historia Social y
de la Cultura 32 (2005): 162.
14. María Moliner, Diccionario de uso del
español (Madrid: Ed. Gredos, 1999), 495.
15. Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona,
“IMAGO GENTILIS BRASILIS” vol. 1, 218.
16. Guillermo Giucci, Viajantes do
Maravilhoso, 114.
17. Peter Hulme, Colonial Encounters.
Europe and the native Caribbean,
1492-1797 (Londres/Nueva York:
Routledge, 1992), 20-21.
18. Frank Lestringant, O Canibal, 32.
19. Cristovão Colombo, Diários da Descoberta
da América, 71. Traducción mía.
El nacimiento del Caníbal: un debate conceptual
historia


20. Fue seleccionado este Diccionario
para percibir cómo son
comprendidos y diferenciados
actualmente estos términos fuera del
ámbito académico y para un público
general.
21. María Moliner, Diccionario de uso del
español, 199, 200 y 495.
22. Cayo Plinio Segundo, Historia Natural
Libros VII y VIII (Madrid: Visor
Libros, 1999), 302-430.
23. Isidoro de Sevilla, Etymologiarum II. Libro
XVI (Madrid: BAC, 1982), 12-55. Agustín
de Hipona, La ciudad de Dios. (México:
Editorial Porrúa, 1985), 361-375.
24. Paolo Vignolo, “Hic sunt caníbales”,
151-188.
25. Así lo comenta Peter Hulme al hacer
un estudio semántico de los términos
antropofagia y canibalismo: “But the
histories of the two words are very
different. ‘Anthropophagi’ is, in its
original Greek, a formation made up
of two pre-existing words (‘eaters/
of human beings’) and bestowed by
the Greeks on a nation presumed to
live beyond the Black Sea. Exactly the
opposite applies to ‘Cannibals’, which
was a non-European name used to
refer to an existing people - a group
of Caribs in the Antilles. Through
the connection made between that
people and the practice of eating the
flesh of their fellow - creatures, the
name ‘Cannibal’ passed into Spanish
(and thence to the other European
languages) with that implication
welded indissolubly to it. Gradually
‘cannibal = eater of human flesh´
became distinguished from ‘Carib=
native of the Antilles’, a process only
completed (in English) by the coining
of the general term ‘Cannibalism’,
for which the first Oxford English
Dictionary´s entry is dated 1796”.
Peter Hulme, Colonial Encounters, 15.
26. “Long before the ancient Greeks
invented the word ‘barbarian’ to
describe the Scythians and other
peoples who different from them in27. Claude Kappler, Monstros, Demônios
e Encantamentos no fim da Idade Média
(Rio de Janeiro: Martins Fontes,
1994), 230.
28. Lewis Hanke, Aristóteles e os Índios
Americanos (São Paulo: Livraria
Martins, s/d.), 32.
29. Roberto Gambini, Espelho índio. A
formação da alma brasileira (São Paulo:
Axis Mundi/Terceiro Nome, 2000),
111-119.
30. Osvaldo Silva Galdames, “El mito
de los comedores de carne humana
en América”, Revista Chilena de
Humanidades 11 (1990): 72.
not subscribing to the ideals of Greek
culture, other civilized men had
expressed similar sentiments towardYobenj
alien peoples with whom they came
into contact”. W. R. Jones, “TheYobenj
image of the Barbarian in Medieval
Europe”, Comparative Studies in society


Yobenj Aucardo
Chicangana Bayona

Profesor Asociado del Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Humanas y Económicasde la Universidad Nacional de Colombia, Medellín, Colombia. Doctor en Historia de laUniversidade Federal Fluminense, Niterói, Brasil. Áreas de interés: la historia iberoamericanasiglos XVI-XVII, la historia de Colombia colonial, la historia del arte y las fuentes audiovisualespara el trabajo del historiador. Entre sus investigaciones principales están: “La pinturacolonial de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos (S.XVII)” y “Representación del indio enlas artes visuales del siglo XVI”. Compilador del libro Historia, cultura y sociedad colonial siglosXVI-XVIII. Temas, problemas y perspectivas. Medellín: Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín - La Carreta Editores, 2008; coautor de El ofício del pintor: Nuevas miradas sobre la obrade Gregorio Vásquez, editado por Constanza Toquita. Bogotá: Ministerio de Cultura - Museo deArte Colonial - Museo Iglesia Santa Clara, 2008. Entre sus artículos recientes se destacan: “DoApolo de Belvedere ao guerreiro tupinambá: etnografia e convenções renascentistas”. História.Revista de la UNESP SP: Brasil 25 (2006): 15-47; “El festín antropofágico de los indios tupinambáen los grabados de Theodoro de Bry, 1592”. Fronteras de la Historia 10 (2005): 19-72. yachican@
unalmed.edu.co; yobenj@gmail.comand history 13 (1971): 376.

Consulta: Revista Universidad de Los Andes

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