sábado, 16 de junio de 2012






17 de Junio: Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía.

Celebración establecida el 19 de Diciembre de 1994 por Resolución Nº 49/155 de la Asamblea General de la ONU que busca sensibilizar a la opinión pública respecto de la necesidad de cooperación internacional para luchar contra la desertificación y los efectos de la sequía. Recuerda la firma de la Convención el 17 de Junio de 1994.
El problema de la desertificación surge por el desequilibro entre ecosistema natural y el sistema socio-económico que utiliza sus recursos. Aparecen entonces en juego el seguimiento del cambio climático, el respeto de la biodiversidad y el manejo sustentable de los recursos naturales. http://dsostenible.com.ar/calendario.html
Somos un gran peso para el planeta
Hemos colonizado todos los continentes excepto la Antártida, y extraemos nuestras riquezas (cultivo y ganado, petróleo y minerales, madera y pesca) de todos los rincones del planeta. Todas las decisiones que tomamos, desde los alimentos que comemos hasta el lugar donde vivimos o el medio que usamos para ir al trabajo o a la escuela, afectan al mundo que nos rodea. La demografía y la economía son los dos motores principales de la huella humana. Por término medio, la población de los países ricos usa más de diez veces los recursos que la de los países pobres. Puesto que la población y la riqueza continúan creciendo, harán falta mucha imaginación y una gran dedicación para lograr controlar el impacto humano sobre el medio ambiente.
La medida del impacto
Mediante datos sobre el uso del suelo, población, carreteras y red eléctrica, se ha cartografiado la intensidad de nuestro impacto en el mundo. Nuestra huella es especialmente profunda allí donde somos más numerosos y nuestro consumo es máximo.
La agricultura remodela el paisaje
Los cultivos ocupan más de 15 millones de kilómetros cuadrados en todo el mundo, (la extensión de América del Sur) y los pastos para el ganado cubren el doble de espacio. La demanda sigue creciendo, pero las praderas y sabanas con más potencial productivo ya están siendo cultivadas con cereales, algodón y otros productos. Los bosques, que ocupan un tercio de las tierras emergidas, son la siguiente fuente de nuevos terrenos para el cultivo.

La deforestación con fines agrícolas avanza con particular ímpetu en los trópicos, sobre todo en África  y en América Central y del Sur. La expansión agrícola incrementa la producción mundial de alimentos, pero sus efectos ecológicos pueden llegar a ser  devastadores para nuestro planeta.
“Obviamente, el problema Clave que se le planteará a la humanidad en el próximo siglo será cómo mejorar la calidad de vida…sin destruir por completo el medio ambiente en el Intento”

E.O. Wilson – Biólogo


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