Un desierto tapizado de flores.
El fenómeno de “El Niño” hace que el desierto de Atacama, el más
árido del mundo, aparezca cubierto bajo un manto de flores.
Una alfombra de flores tapiza el desierto más árido del mundo. Un
espectáculo que viste de colores las pálidas tierras del desierto de Atacama,
en el norte de Chile, que en esta época supera los 40 grados de temperatura.
Se lo debemos al fenómeno de “El Niño”, que aportó las lluvias
necesarias para que germinen los bulbos y los rizomas que se escondían bajo el
suelo agrietado.
“Hay un ecosistema que está latente, por lo tanto para que ciertas
condiciones se produzcan, se necesita el agua que se produce cada cierto
tiempo. Y esas especies que están en letargo esperando, se manifiestan cuando
se produce esto, que además incluye temperatura y humedad. Ahí de despierta
este mecanismo espectacular que es el desierto florido”, señala Raúl Céspedes,
especialista en desiertos de la Universidad de Atacama.
El fenómeno se suele producir cada cuatro o cinco años pero en esta
ocasión ha alcanzado una intensidad como no se había visto en décadas. Algo muy
beneficioso para la región, ya que los visitantes han aumentado en un 40%.
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