jueves, 23 de abril de 2009

De Sumo Interes

Lluvias sobre el Sahara

¿El desierto será nuevamente un vergel? Los científicos pronostican lluvias torrenciales en ese gigantesco arenal. ¿Por qué?

Por: ROBERTO CORREA WILSON
inter@bohemia.co.cu

(24 de agosto de 2007)

Desde siempre usted ha sabido que el desierto del Sahara es la mayor inmensidad de arena del planeta. Ha conocido en diferentes textos o visto en cintas cinematográficas las enormes dunas que forman el fino polvo y las tempestades que en cuestión de minutos son capaces de arrastrar y sepultar todo lo que encuentre a su paso. Pero jamás ha pensado en lluvias torrenciales en ese gigantesco arenal. Y eso es lo que pronostican los científicos, ¿por qué?

 Desierto del Sahara
El Sahara. Un paisaje que puede desaparecer

Lo que ahora es el desierto del Sahara, hace siete-ocho mil años era una región de bosques con un óptimo clima, algo que queda demostrado en las pinturas rupestres que representan escenas de caza y cultivo en las montañas de Tassili, en pleno centro del hoy candente arenal

En la zona más fértil se cultivaba mijo. Pero los agricultores abandonaron sus tierras a medida que la zona se fue volviendo más seca y apareció el fenómeno de la desertización. El clima del Sahara es uniformemente seco en la mayoría de las zonas. La precipitación media anual es inferior a los 127 milímetros, y algunos lugares no reciben absolutamente nada de lluvias durante años.

¿Las lluvias volverán al desierto?

Pero toda esa situación puede variar como resultado del cambio climático. ¿Qué sucederá en África a medida que nuestro planeta se está calentando?, se preguntan los científicos. África es, en gran medida, la región climática menos estudiada del mundo y se han hecho pocas proyecciones sobre su futuro. Nuevos datos, sin embargo, revelan que el Sahara registrará una gran cantidad de lluvias.

Escombros y basura en una zona desértica

Las recientes lluvias en el Sahara Occidental desataron una crisis humanitaria

Las precipitaciones torrenciales y las inundaciones recientes en el Sahara Occidental pudieran ser una muestra de lo que acontecerá en el futuro en el desierto mayor del orbe, a medida que en el planeta se sigue elevando el termómetro. La temperatura global se ha incrementado en 0,7 grados en los últimos cien años, debido al conocido efecto invernadero y, además, subrayan los especialistas, el calentamiento producirá considerablemente más lluvias en el gran desierto. Pero el mismo proceso también conllevará altas temperaturas en esa inmensidad de arena.

Según el Informe climático en África, realizado por científicos británicos, el resultado más claro de los modelos climáticos, donde todos obtuvieron las mismas respuestas, fue en el caso del Sahara: habrá un aumento de las precipitaciones en el desierto en los meses de junio a agosto. La elevación de la temperatura también será mayor durante todo el año en comparación con el promedio global. Estos resultados para el Sahara también coinciden con las anteriores conclusiones a las que llegaron los especialistas en el estudio climático de épocas prehistóricas. Con estas predicciones, el mijo quizás pueda volver a reverdecer... si el cambio climático lo permite.

¿Y en el resto de África ?

Los científicos estiman que África será la zona geográfica donde las temperaturas aumentarán más. Fuertes lluvias seguidas de una rápida evaporación no pueden significar precisamente una ventaja para la agricultura en un continente donde ese sector es el principal de la economía. Sin embargo -aducen los expertos- hay nuevas posibilidades si se aplica una buena administración de los recursos que representa la lluvia, por ejemplo, si se piensa en la forestación y en la sombra de los árboles. Si África sigue dependiendo de la agricultura de subsistencia por nuevas décadas, la alteración climática impondrá renovados desafíos.

Campo cubierto de flores

De producirse grandes precipitaciones, la imagen del Sahara podría ser la que exhibieron los desiertos chilenos azotados por fuerte lluvias años atrás

Para el este y el oeste de África los modelos climáticos predicen también cambios, aunque tal vez menos radicales. Se considera que allí puede producirse un aumento pequeño de las precipitaciones, entre un 5 y un 20 por ciento, en ambas regiones, y entre los meses de diciembre y enero.

En el oeste de África, las temperaturas también se elevarán durante el mismo período del año, mientras que no hay predicciones constantes de temperaturas para el este. Dejando a un lado las áreas costeras y los Estados isleños -que quedarán probablemente inundados al elevarse el nivel del mar-, África austral parece convertirse en la parte más afectada del continente con respecto a los efectos del calentamiento del planeta.

Allí los modelos predicen una disminución pequeña de las precipitaciones entre los meses de junio y agosto, acompañada de un aumento significativo de las temperaturas. Es decir, que mientras en el desierto del Sahara serán altas, en el desierto de Kalahari en Namibia, pueden aumentar notablemente su gradación.

De todas formas, sobre las futuras precipitaciones en África hay poco consenso. Dada la incertidumbre de los pronósticos, las predicciones sobre su impacto en la agricultura son aún más inciertas. Por ejemplo, mientras la mayoría de los estudios hablan de una reducción de las producciones, incluso hasta en un 98 por ciento, otros opinan de forma diferente. Por ejemplo, en el caso del maíz, algunos auguran cierto aumento.

Y mientras el tema todavía sigue muy mal estudiado, ni la población africana ni sus gobiernos están preparados ante estos posibles cambios.

Lo cierto es que una de las grandes causas de lo que puede avecinarse radica en el hecho de que las naciones más industrializadas no cumplen lo establecido en el Protocolo de Kyoto sobre el calentamiento global. La mayoría de los Estados del Primer Mundo han saqueado sin pausa los recursos naturales africanos o han basado su comercio con el área en el intercambio desigual. Muy pocos de esos Estados ha cumplido con el aporte de una modestísima parte de su producto interno bruto (PIB) para ayudar al desarrollo de los más pobres, y muy al contrario, el aporte de los ricos se ha reducido entre un tres y un 12 por ciento entre 1995 y 2005, lo que ha favorecido el retraso socioeconómico del continente y otras áreas del mundo.

Los Estados Unidos, el país más contaminante de todo el orbe, siguen manteniendo su rechazo a ratificar todo convenio que intente mejorar la situación en el campo del medioambiente y del clima.

De todas formas, el director general del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), Klaus Toepfer, alertó que África corre el riesgo de ser la mayor víctima de una evolución sin control del planeta debido al desarrollo de las actuales alteraciones climáticas. Es en África -afirmó el funcionario- donde el calentamiento global, si no es controlado, será más fuerte y retrasará los esfuerzos de desarrollo del continente más pobre del mundo.

CONSULTA: Revista Bohemia/Cuba

No hay comentarios: