Cada cierto tiempo, se añade a nuestros relojes un segundo intercalar o "bisiesto" para que la hora GMT (basada en la rotación de la Tierra) se mantenga sincronizada con los estándares que marcan los 400 relojes atómicos distribuidos en 70 laboratorios de todo el mundo. El tiempo atómico (que implica que, por vez primera, la unidad de tiempo, el segundo, no está ligada a un fenómeno astronómico) tiene la ventaja de ser mucho más preciso, aunque difiere en unas fracciones de segundo del tiempo marcado por la rotación de la Tierra, por lo que para mantener la relación con la rotación de la Tierra, se añade cada cierto tiempo este "segundo bisiesto". Por ejemplo, el 31 de diciembre del 2008, a las 23h 59m 59s, se intercaló un segundo bisiesto positivo en la escala de Tiempo Universal Coordinado.A corto plazo, la mencionada diferencia resulta inapreciable, pero si no se añadiera el segundo extra, en 60 años la diferencia sería de un minuto; y en 600 años, de una hora. Recientemente, algunos miembros de la Unión Internacional de Telecomunicaciones han propuesto añadirle una hora al reloj cada 600 años y abolir este tiempo intercalar. Sin embargo, tras la reunión celebrada a principios de 2012, los expertos no han sido capaces de llegar a un consenso, por lo que se han emplazado a una nueva reunión en 2015.
Fuerte: MuyInteresante.
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