Mientras descansaba en mi mueble, tenia sintonizada un canal del cable que iniciaba una película, por el inicio de los créditos, me alegre doblemente, porque se trataba de una película latinoamericana. Volví alegrarme porque era de nacionalidad colombiana. La visione desde un punto de vista de espectador no de critico.Despues de pasar los 85 minutos, me hizo reflexionar sobre ella. Quiero confesar que estoy viendo cine desde el año 1968 y mi única pasión ha sido el cine latinoamericano desde el brasileño hasta el haitiano, en el año 1992, realizamos un festival de cine latinoamericano en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y participo el hermano país de Colombia, no me acuerdo cual fue la muestra cinematográfica con la que participo, pero fue una excelente película que entusiasmo al publico.que asistió a dicho festival.
Ustedes se preguntaran cual fue la película que observe en el cable, se trata de: Como el Gato y el Ratón del director Rodrigo Triana. Mi segunda confesión con sinceridad, no conozco la filmografía de este director. Pero si lo investigue en mis archivos, solamente encontré su padre, si el arte se hereda, entonces el es buen cineasta, luego lo busque en Internet, oh sorpresa, lo de siempre, una critica complaciente a favor del susodicho, recordé que las épocas sensesiana y setentiana pasaron, las bellas épocas del cine latinoamericano, el cine por el cine, sino el cine por el Oscar. Todas las ilusiones fueron muertas por el nuevo cine latinoamericano.
La argumentación de este film me avergüenza, me apenas y me ira, medite sobre esto y me pregunte en mano de quien esta el cine colombiano y me contesté:, ese no es el cine colombiano que yo conozco. Ahora quieren vender el cine colombiano como un cine de violencia, de macheteros sin conciencias, de chusmas, crápulas..
Voy a citar a Sandra Ruiz* quien comenzo una investigación sobre las narrativas cinematograficas del conflicto armado colombiano, ella en su propuesta afirma los siguientes:
Las realidades y vivencias de una sociedad son expresadas en forma colectiva de diferentes formas culturales, artísticas o mediáticas. Es por eso que la presente investigación pretende estudiar una de las grandes realidades del país como lo es el conflicto armado, a partir de lo narrado por una de las formas expresivas de nuestra sociedad, el cine.
La pregunta principal se refiere justamente a ¿De qué forma ha abordado el cine colombiano los diferentes elementos del conflicto armado? Para lo cual la investigación debe entrar a revisar tanto los elementos de la narrativa audiovisual, como los del conflicto armado colombiano, para construir una sola unidad de criterios de análisis a través se descubran los imaginarios que el
cine ha expresado y construido respecto de esta realidad.
Observen como Sandra Ruiz plantea el problema de la realidad colombiana con el cine de una manera seria, ese debe ser el paradigma del cine de Colombia.
Quiero aclarar que no estoy en contra de la película ni de su director, su estructura filmica es buena, lo que no me place ni lo acepto, es su discurso, disociador y barato.
Permítame ser mas sincero, lo único que salva esta película es la magnifica actuación de los actores y actrices principales y secundarios, pero de eso hablaremos mas adelante.
Le prometo que escribiré mas adelante sobre ella, pero mas calmado, usando los canones de la metodología de la critica cinematografica, que parece, muchos desconocen, como tambien desconocen la verdadera historia del cine de Colombia.
Viva el cine genuino y combativo colombiano.
Sandra Ruiz (*) Universidad de La Sabana, Bogotá, Colombia
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