martes, 11 de marzo de 2008

CONSULTA ESTUDIANTIL







ÁFRICA Y LA HISTORIA
Luis César Bou



El que controla el pasado controla el futuro;y el que controla el presente controla el pasado. George Orwell, 1984

La cuestión de la historicidad de las culturas del África subsahariana es algo que ha entrañado un largo debate en Occidente. Desde ya que todas las culturas humanas son culturas históricas, pero la propia humanidad del negro africano es algo que ha sido puesto en cuestión. Y aún cuando ese no fuera el caso, las culturas negras fueron consideradas como ahistóricas en tanto ágrafas, perspectiva ésta de dudosa legitimidad, no sólo por la frecuente existencia de documentación escrita, sino también porque, de ninguna manera, puede considerarse a la escritura como el único elemento productor de historicidad.

Así, hasta épocas recientes, África negra fue considerada como el coto exclusivo de la etnografía primero y de la antropología después. Y no faltan quienes perseveran en esa caracterización. Por ejemplo, el antropólogo norteamericano Erik Wolf, quien titula uno de sus libros “Europa y la gente sin historia” (Wolf, 1987), rótulo bajo el cual caracteriza a muchas culturas con una mayor tradición histórica que aquella a la que el propio autor pertenece.

Pero vayamos al grano. Esta consideración de las culturas del África negra no es fruto solamente de la ignorancia. Todo etnocentrismo tiene una racionalidad económica que, en última instancia, lo justifica y sostiene. Así, los negros no fueron considerados humanos en la época en que eran objeto de la trata esclavista. El asimilarlos al ganado era condición básica para negociarlos y utilizarlos como tal.

Superado el inmenso y bárbaro genocidio de la trata, los negros fueron considerados seres pueriles, necesitados de la tutoría de la colonización europea. Superada la colonización, nuevas consideraciones xenófobas y racistas toman el relevo, para legitimizar la explotación de la mano de obra inmigrante y el saqueo descarado de las riquezas africanas. Es en este sentido,que la lucha de los pueblos africanos por su historia, iniciada por Cheik Anta Diop hace ya más de cincuenta años, es también la lucha por su libertad.

Lo que aquí propongo es un breve recorrido por este debate, como ejercicio intelectual que nos permita , por una parte, entender el sentido de esta negación de las culturas africanas, y por otra, comprender cómo ha funcionado la producción de conocimiento en esta materia.

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