sábado, 5 de julio de 2008

SEMBLANZA


















Juan Bosch al cumplir sus 92 años
Leonel Fernández Lunes, 2 de julio de 2001


Al cumplir sus noventa y dos años, el pasado sábado, 30 de junio, el profesor Juan Bosch debe albergar la satisfacción de haber tenido una larga y productiva existencia al servicio del bien común y del engrandecimiento de la sociedad dominicana.Artista por vocación, especialmente en el ámbito de la literature de ficción, el profesor Bosch terminó convirtiéndose, sin embargo, en el más notable e influyente pensador político que ha dado la República Dominicana en toda su historia.
De todos los que se han dedicado al análisis, estudio y reflexión de la realidad nacional, Juan Bosch es el único que tiene un cuerpo organizado de ideas en forma de una teoría coherente y sistemática acerca de la sociedad dominicana.
Eso no quiere decir, por supuesto, que no haya habido otros pensadores sociales de importancia en la República Dominicana. Sin duda que los ha habido, como nos lo recuerdan los nombres de Ulises Francisco Espaillat, Pedro F. Bonó, José Ramón López, Américo Lugo, Manuel Arturo Peña Batlle y Joaquín Balaguer, para solo mencionar algunos, tanto de tendencia democrática liberal como de inclinación conservadora.
Lo que hemos querido significar, más bien, es que Juan Bosch es el único que ha llegado a elaborar, en forma racional y lógica, un conjunto de ideas explicativas en torno al alma nacional dominicana.
Esa capacidad de desarrollar una teoría de la sociedad dominicana se produjo en el fundador del Partido Revolucionario Dominicano y del Partido de la Liberación Dominicana, debido, en primer término, a sus condiciones naturales de agudo observador de todas las manifestaciones de la realidad nacional, en segundo, a sus grandes conocimientos y erudición adquiridos a través de una ávida lectura de textos tanto literarios como científicos, y en tercer lugar, a sus facultades creativas e imaginativas, que le permitían presentar una perspectiva analítica innovadora de todo el drama del devenir histórico de la República Dominicana.

La capacidad de observación de Juan Bosch se puso de manifiesto, por vez primera, con la publicación de su novela, La Mañosa, en el 1935, en la que a través del manejo simbólico de una mula (a la que denomina, precisamente, la mañosa), y de la figura del general Fello Macario, otro personaje ficiticio de la obra, presenta las causas que condujeron al país a una situación de caos perpetuo como consecuencia de las luchas intestinas que se desataban entre distintos caudillos regionales por razones de ascenso o de movilidad social.
Pero es a partir de la publicación de un conjunto de textos que en la actualidad constituyen una referencia ineludible de nuestra literatura sociológica e histórica, como son, por ejemplo, Trujillo: Causas de una Tiranía sin Ejemplo, Crisis de la Democracia de América, Composición Social Dominicana, Dictadura con Respaldo Popular, Pentagonismo, Sustituto del Imperialismo y De Cristóbal Colón a Fidel Castro, que Juan Bosch desarrolla el instrumento analítico y conceptual que le sirve de fundamento para exponer algunas de las más agudas e inteligentes interpretaciones que se hayan elaborado acerca de la República Dominicana.
En el libro sobre Trujillo, hace un recuento de toda la historia nacional, desde la época del descubrimiento, la conquista y colonización, hasta la llegada del sátrapa al poder, para poner en evidencia que, desde el punto de vista biológico, psicológico, político y militar, el régimen de Trujillo fue el resultado de la acumulación de todos los males históricos de nuestro país.
Era, obviamente, una interpretación audaz, de un valor político incalculable.
Más adelante, durante la época en la que se estaba bajo la influencia de algunos pensadores marxistas ortodoxos nacionales, Juan Bosch fue capaz de desafiar todo su andamiaje teórico, al formular la tesis de que la sociedad dominicana no era una sociedad típicamente capitalista sino precapitalista, así como de que en lugar de una burguesía, el sector social que había regido los destinos nacionales, desde nuestra fundación como República, había sido una oligarquía, obstáculo principal al desarrollo capitalista del país.
Todo eso resultaba novedoso. Nunca antes se había abordado el estudio de la historia nacional desde una perspectiva semejante. Nunca se había trascendido la mera narración descriptiva de nuestra relidad, y todo eso, además, era estimulante desde el punto de vista intelectual, pues no solo se exponía con nuevos conceptos y criterios, sino con un nuevo lenguaje, el cual, sin perder su rigor analítico, estaba impregnado de una notable elegancia artística.

Juan Bosch elaboró muchos otros conceptos. Algunos sobre la naturaleza imperial de la sociedad norteamericana, la cual llegó a bautizar con el nombre de sociedad pentagonista, otros sobre las distintas capas de la pequeña burguesía dominicana, sobre su psicología social y sus formas de comportamiento. Sin embargo, lo más esencial es que con sus escritos y sus prédicas contribuyó a enseñarnos a pensar en forma analítica acerca de nuestra realidad nacional así como de nuestro contexto internacional, a derivar lecciones de ese razonamiento y a diseñar planes concretos para una acción política honesta y responsable que tuviese como resultado final la realización del bien común para beneficio de la sociedad dominicana.
Su pensamiento y enseñanzas trascendieron las fronteras nacionales y lo han convertido en un ineludible punto de referencia de todo el ámbito iberoamericano.
No todos los pueblos tienen el privilegio de contar entre sus hijos a un gigante de las ideas y de la acción como lo es el profesor Juan Bosch. Por eso, al cumplir sus 92 años nos inclinamos en forma reverente, como acto de reconocimiento a una figura ilustre que ha aportado lo mejor de su talento para brindarnos a los dominicanos un lugar de honor y un motivo de orgullo.
¡Felicidades, profesor!
fuente> ANALITICA.COM
Venezuela
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Euclides Gutierrez Feliz

Este es tal vez en esa ya larga cadena de actos en homenaje a Juan Bosch, aún en vida, uno de los más emotivos y de los que tendrá a la larga mayor significación, como señaló Diómedes (Núñez Polanco) en su intervención con mucha propiedad.

En este lugar llamado originalmente Plaza de la Independencia y después Parque Independencia cuando se construyó este lugar de distracción y esparcimiento, ahí en esa construcción colonial que data de los siglos XVI y XVII nació la República; ahí se enhestó en la noche del 27 defebrero de 1844 la bandera tricolor, al momento en que las manos juveniles de Francisco del Rosario Sánchez invocaba bajo el lema de “Dios, Patria y Libertad”, el derecho del pueblo dominicano a ser libre e independiente y constituirse en una república. Aquí nació la república y aquí en esta plaza reposan hoy en este mausoleo los restos venerados eternamente por el pueblo dominicano de Duarte, Sánchez y Mella, que representan ese movimiento precioso, republicano, anticolonialista, liberal, democrático, que quedó plasmado esa noche con la invocación de Francisco del Rosario Sánchez.

Esa república que crearon los Trinitarios fue dignificada, honorablemente dignificada, por Juan Bosch, a partir del 27 de febrero de 1963, cuando asumió la presidencia de la República. Y aquí en este lugar, señoras y señores, ciudadano Presidente, adolescente trabajó Juan Bosch cuando se trasladó de La Vega, su provincia natal, a la ciudad de Santo Domingo. A mano izquierda del Baluarte, en el tramo comprendido entre la calle El Conde y Las Mercedes, estaba el establecimiento comercial del señor Lavandero, y a este lugar vino Juan Bosch en su adolescencia, con a penas diecisiete años de edad, a trabajar bajo las órdenes directas del señor Ernesto Vitienes, junto a otro joven de su edad que era el señor Manuel Corripio, padre de ese gran empresario de la época presente de nuestro país conocido popularmente con el nombre de Pepín Corripio.

Aquí en este lugar, señoras y señores, hasta las dos y las tres de la madrugada con una lámpara de gas y a veces con velas prendidas, leía don Juan, leía intensamente, para ir fraguando en su conciencia y en su inteligencia excepcional a esa figura que años después pasaría a ser una de las primeras figuras intelectuales de la nación, y luego al irse al exterior, al exilio voluntario, convertirse en un proceso de diez años, no solamente en el gran maestro y artífice del cuento antillano, sino en una figura de extraordinaria e inimitable influencia política en la vida de Cuba, Venezuela, Costa Rica, México y también de Chile. Por eso Juan Bosch comenzó a ser una ciudadano universal, primero regional, luego continental y después universal, hace más de cincuenta años.

Hoy nosotros no estamos conmemorando el nacimiento de Juan Bosch, nosotros estamos celebrando el nacimiento de Juan Bosch, en esta parte de la isla de Santo Domingo, que dignificó con su presencia y su sabiduría y que sentó las bases de una escuela política que por suerte para la República hoy gobierna a este país.

Yo le decía al ciudadano presidente que esta institución hermosa que hace un momento oímos interpretar música del más alto nivel calificativo de Europa, de España, de Italia, y música popular dominicana, que es un patrimonio de nuestro pueblo, y la interpretación de ese coro magistral, de primera categoría, son las instituciones que don Juan quiso que en el orden democrático fueran permanentes, eternas y de extraordinaria calidad para este país. Y que nosotros, encabezados por usted ciudadano Presidente, somos los guardianes de ese patrimonio que Juan Bosch quiso encausar y legar y dejar para elevar la cultura y los conocimientos del pueblo dominicano, en el cual él nació; y que muchas veces dijo que si volvía a nacer otra vez quería hacerlo en este territorio de esta media isla de la República Dominicana.

Y creo señores, que faltan dos años como anunció Diómedes para celebrar el centenario del nacimiento de Juan Bosch, y que será un acto de carácter oficial con presencia de figuras internacionales, de resonancia universal, como hablaba él de Gabriel García Márquez, quien llamaba maestro a Juan Bosch, que vino aquí en uno de esos homenajes merecidos que se celebraron a don Juan cuando cumplió setenta años; o de Carlos Fuentes. Porque Juan Bosch no es solamente un ciudadano universal por las letras, por lo que escribió; es el único dominicano cuyos libros son textos en más de veinte universidades de Europa y América.

Dice Diómedes que se va a traducir ahora Breve Historia de los Pueblos Arabes, que fue un ciclo de conferencias que Bosch dio en el Colegio Don Bosco hace ya muchos años. ¿Ustedes saben quién admira a Juan Bosch, y lo manifestó a dominicanos que en comisiones de las Naciones Unidas llegaron a su país? El presidente Nelson Mandela. Cuando Mandela supo que uno de los miembros de dicha comisión era dominicano, porque se lo presentó la hija de su esposa, que es la viuda de Samora Machelle, que había conocido a ese joven de apellido Abréu de La Vega, familia del doctor Antonio Abréu Flores que fue el primer secretario general de nuestro partido, que hoy es cónsul en París, Francia; cuando la joven le dijo al presidente Mandela, que es el esposo de su madre, que es la viuda de una notable figura política africana, que ese joven era de Santo Domingo, de la República Dominicana, le dijo: ¡Oh, la patria de Juan Bosch, qué bien escribe Juan Bosch, qué bellos son sus cuentos! Porque él (Mandela) tenía, porque se había editado en esos días, la traducción al francés de una selección de cuentos de don Juan, entre los cuales están esos cuentos que son los mejores del mundo en términos sociales, el de Luis Pie y La Nochebuena de Encarnación Mendoza.

Entonces, este personaje que fue como una marea crecida en la vida del pueblo dominicano, porque ha influido en todas las actividades de la vida de nuestro pueblo, aunque mucha gente no lo crea. Anoche decía Manuel Jiménez, compañero compositor, extraordinario compositor, diputado, que una canción muy bella de las tantas bellas que tiene, creo que aquí tocaban una hace un momento, don Juan le había señalado algunas correcciones en la composición musical de la canción. Y digo una marea crecida porque don Juan no es solamente el gran maestro de la literatura dominicana de todos los tiempos.

Decía el doctor Joaquín Balaguer, y lo voy a citar porque me lo dijo a mí en una larga conversación que sostuvimos, en la que me preguntó que cómo me llevaba con don Juan, “don Juan es difícil, Euclides”. Digo: Igual que usted, profesor, igual que usted. Me dice: Mira, yo estaba un día viendo a Juan en la televisión durante una entrevista, a la una y media de la tarde, y Fulano de Tal (de quien voy a reservarme el nombre porque es prudente, cortés) entró a mi despacho y me dijo¡Presidente!, y yo le hice con la mano (detenerse), entonces después que Juan terminó de hablar por más de veinte minutos, le dije qué quieres. –Yo vine a tratarle algo Presidente, pero, caramba, ¿y usted oye a Juan Bosch? –Oyeme, Fulano, el único político de este país y de América que cuando habla enseña como Hostos es Juan Bosch.

Y lo digo hoy cuando ya Balaguer ha desaparecido físicamente del escenario político dominicano como un reconocimiento a la admiración y respeto que él le tenía a don Juan.

Pues nosotros estamos, señores, celebrando el nacimiento de don Juan, hace noventa y ocho años. Juan Bosch sentó las bases de una escuela política que, reitero, para suerte del pueblo dominicano, compañero Presidente, ciudadano Presidente, hoy lo dirige con usted como Presidente de la República. Es el único líder político no de América, del mundo, que fundó dos fuerzas políticas que han gobernado sucesivamente y en ocasiones diferentes a su país. Y todos los presidentes que ha tenido este país después de la desaparición física de Trujillo, a excepción del doctor Balaguer, pasaron bajo la orientación y la dirección, en su vida política, aprendiendo política de Juan Bosch, todos. De don Juan, este acto tan hermoso, tan emotivo; y yo espero que en homenaje a él, permanente, militante, siempre, nosotros podamos dirigir con el compañero Leonel Fernández, ciudadano presidente de la República, a este pueblo que se lo merece por el esfuerzo de sus luchas, de una manera tan armónica, tan emotiva y tan profunda como interpretaron la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro Nacional la música dominicana.
Ese es el compromiso que tenemos con la memoria de Juan Bosch, que será eterno y que no defraudaremos jamás.

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Hay hombres verdaderamente únicos, irrepetibles, únicos en la existencia en la vida sociopolítica y artística de un pueblo. Hay hombres (como hay mujeres) que más que un manojo de músculos y flujo sanguíneo tienen un corazón fluvial, hecho de algo más trascendente que la carne. Tienen corazones de un espíritu indoblegable e inalienable ante la injusticia, ante el mal; tienen un corazón que solo ha sido hecho para amar, y que está ahí, en el ánfora del pecho presto a dar una lluvia de luz, de ternura y amor para los demás seres humanos. Así es el corazón de Don Juan, Príncipe Corazón de Lluvia.
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Príncipe Corazón de Lluvia

A Juan Bosch cuando se nos deja


Cuando te eleves sobre luces florecidas

Oh Príncipe

me vestiré de violetas

del luto más bello

para decirte adiós

entre guirnaldas y azucenas

corazán de lluvia
Por tu partida

una mujer llorará

sólo de amor

compañero

en una oleada dulce de recuerdos

llorará cubana y bella
En el espacio resonará tu nombre

se detendrán las alas del tiempo

y te llamarán padre

hasta de las aves

aquellos que te dañaron

cuando te eleves

se volverá honrado hasta el viento

la pureza seguirá contigo y con ella

hasta los confines del cielo

de donde un arcángel

de muchos azules

capitaneará con una corona de fuego

a mil ángeles que vendrán a tu encuentro
Quien se te parezca

no habrá en mil años

sin ti distinto

roto y turbio estará

quién sabe cuánto

el aire de Santo Domingo

el corazón de tus hijos

y de tu pueblo
Descansarás junto a tu maestro

por un tiempo y otro tiempo

sencillo grave y limpio

Oh príncipe corazón de lluvia

en el mismo lar en que naciste
Se llenará de honra la luna

en un beso nocturnal que dé a tu féretro

y el rocío

se llenará de celos y rabia

si no pudiere tocar tu osamenta
Después

tus hijos renovados recogerán con amor

el bravo sol de tus huesos

con manos fragantes y puras

así te llevarán en tu traje de madera

al Altar Primero

llenito de estrellas

y forrado Juan

de tu misma entereza
Bella Mujer

volverá a llorar

pero no estará ya triste

de sus ojos nacerán gemas de ternura

y de esperanza eterna

tú lleno de flores

y ella de duendes

que lavarán el último oprobio

que algunos de los tuyos y los otros

quisieron dar a tu dulce esqueleto

pero que no pudieron
Bella Mujer esperará paciente

tras ella tus hijos buenos

llorando dulzura

la que les pudiste enseñar con tu nobleza

corazón de lluvia

en este mar aún entristecido


Espérala

que como siempre

ella también

te espera con un beso en tus mejillas


24 de septiembre de 2001.



LITERATURA
Juan Bosch (Rep. Dominicana): Sus relatos en versión electrónica — Nos han hecho llegar los enlaces a los cuentos de Juan Bosch en versión electrónica. Bosch fue un multifacético escritor dominicano, cuya obra tiene repercusión en toda América Latina. Quizás por haber sido un hombre político muy importante en la historia de su país, inspirador de los dos principales partidos de la actual arena política dominicana, su obra literaria siendo digna de toda atención, pasa un tanto a segunda plana. PuntoLatino invita a conocer los textos literarios del escritor dominicano. — De parte del hogar electrónico del escritor Luis López Nieves nos han hecho llegar los enlaces para acceder a los cuentos con textos completos: «Dos pesos de agua», «La bella alma de Don Damián», «La mancha indeleble», «La noche buena de Encarnación Mendoza», «Los amos», «La mujer».

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