Desde hace más de cien años León Tolstoi es uno de los escritores más famosos y leídos en el mundo entero. Su nombre ocupa casi siempre, uno de los primeros lugares de la lista del Index Translationum de la UNESCO. En 1910 Lenin escribió que Tolstoi "supo plantear tantos problemas importantes y elevarse a una altura artística tan intensa que sus obras ocupan uno de los primeros lugares en la literatura mundial"2
La gloria de Tolstoi novelista ocultó en cierta medida sus ideas pedagógicas. Pero la intervención de Tolstoi en el campo pedagógico dio lugar a múltiples controversias, que aún no se han cerrado. Algunos de sus contemporáneos, pedagogos de profesión, llegaron a poner en duda su competencia en temas educacionales y consideraron que la labor que realizaba la escuela fundada por él no era más que un mero entretenimiento para un aburrido aristócrata ruso. Sin embargo, la historia de la pedagogía contemporánea demuestra lo contrario. Así como la creación literaria de Tolstoi constituye un aporte esencial a la cultura de la humanidad, su doctrina pedagógica ha contribuido al progreso de la ciencia de la educación.
Contrariamente a la opinión del mundo literario, el propio Tolstoi atribuía más valor a sus trabajos pedagógicos que a los artísticos y literarios, como él mismo lo señaló repetidas veces.Para decidir quién tiene razón en este caso, el propio autor o los intérpretes de su obra, hay que analizar el lugar que ocuparon la pedagogía y los problemas de la educación en la vida y la obra de Tolstoi así como sus innovaciones en esta esfera y las influencias que ejercieron sus opiniones en el desarrollo de la escuela y del pensamiento pedagógico.
El camino de la pedagogía
Desde su juventud, León Tolstoi se esforzó por contribuir de manera práctica a la instrucción pública. la idea que inspiró su primer libro Las cuatro épocas del desarrollo es profundamente simbólica. En dicha obra se propuso describir el proceso de formación del carácter del hombre, desde los primeros años, cuando comienza la vida espiritual, hasta la juventud, cuando esa vida ha adquirido su forma definitiva.
Entre 1852 y 1857 publicó una serie de relatos autobiográficos - Niñez, Adolescencia, Primera juventud- en los que estudia el mundo espiritual del niño, del adolescente y del joven, sus emociones, su actividad cognoscitiva y su desarrollo moral. En todos los relatos está presente la convicción de que es necesario respetar la personalidad del niño. Este concepto será el fundamente de la labor pedagógica de Tolstoi.
Aunque el cuarto y último relato –El hombre adulto- quedó sin escribir, el tema se trata en otras obras del joven Tolstoi, por ejemplo, en el relato Los Cosacos y en La mañana del terrateniente. El personaje principal de este cuento, también en gran medida autobiográfico, abandona la universidad antes de haber concluido los estudios. Estima que su concepción del mundo ya está determinada, que ha comprendido el sentido de la vida y ha decidido la orientación de su existencia futura. Ha llegado a la conclusión de que lo más importante en la vida es hacer el bien a las personas con las que uno ha de vivir. La felicidad personal depende del bienestar de los demás, y mientras la más numerosa de las clases populares, la de los campesinos, siga vegetando en la miseria y la ignorancia, no es posible el bienestar social y, por ende, el propio: "Trabajar para esta clase popular, sencilla, sensible, liberarla de su pobreza, darle algunas satisfacciones, impartirle la educación de la que, por fortuna, yo gozo, corregir los defectos que nacen de la ignorancia y de la superstición, desarrollar su sentido moral, impulsarla a amar el bien. !Qué futuro extraordinario y venturoso!"3
Como el héroe de su cuento, a los 21 años Tolstoi creó una escuela en Iasnaia Poliana, su propiedad familiar, e intentó educar a los hijos de los campesinos. Esta primera experiencia fue breve ya que la enseñanza se transformó en una labor demasiado ardua para él, quizás debido a que carecía de conocimientos profesionales o a que emprendió esa tarea sin mayor convicción, en búsqueda de nuevos campos de actividad. Durante la primavera de 1851, Tolstoi se enroló en el ejército, primero en el Cáucaso, y luego participó en la defensa de Sebastopol. Poco después del fin de la guerra de Crimea (1853-1856), pidió su baja y retornó a Iasnaia Poliana donde reanudó su labor docente, pero esta vez con un gran número de niños campesinos. Es interesante notar que Tolstoi, en una carta al poeta Afanasyi Fet en la que le explica los motivos de esta actividad nueva para él, decía: No somos nosotros los que debemos aprender, sino que debemos enseñar a esos niños aunque sólo sea una pequeñísima parte de lo que sabemos4
Sus observaciones como escritor sobre la conducta de los niños, los adolescentes y los jóvenes, y sus experiencias docentes permitieron a Tolstoi darse cuenta de que la instrucción no es una tarea simple ni fácil y que sin conocimientos profesionales es imposible practicarla con éxito. Tolstoi comenzó a leer obras especializadas en la materia, entró en contacto con profesionales de la docencia y comenzó a interesarse en la experiencia de otros países. En 1857 hizo su primer viaje a Europa y visitó Alemania, Francia y Suiza. Allí entró en contacto directo con cultura europea y estudió en la práctica las instituciones educativas de esos países.
Al retornar a Rusia amplió considerablemente su actividad docente, particularmente intensa de 1859 a 1862. como escribió el propio Tolstoi, fueron "tres años de un apasionado entusiasmo por esa causa". En esa época los temas educacionales no sólo entusiasmaban a León Tolstoi, sino a toda la sociedad culta y democrática de Rusia, donde se estaba preparando activamente la reforma escolar. La opinión pública discutía animadamente los proyectos ministeriales y desconfiaba de la política del gobierno zarista en materia de instrucción pública. Tolstoi, en particular, consideraba que los funcionarios no podrían crear un sistema que respondiese a los intereses de toda la población: "Para que la instrucción pública funcione bien es necesario encomendársela a la sociedad."5 Hizo gestiones en ese sentido y planificó la organización de una asociación cuyo objetivo sería "educar al pueblo; publicar una revista pedagógica; fundar escuelas donde no existen y donde se sienta la necesidad de las mismas: elaborar el contenido de la educación; formar profesores; suministrar a las escuelas los medios materiales; contribuir a la administración democrática de la educación, etc." Todos sus intentos de conseguir que los poderes públicos autorizaran la creación de esa asociación fueron vanos.
Sus observaciones como escritor sobre la conducta de los niños, los adolescentes y los jóvenes, y sus experiencias docentes permitieron a Tolstoi darse cuenta de que la instrucción no es una tarea simple ni fácil y que sin conocimientos profesionales es imposible practicarla con éxito. Tolstoi comenzó a leer obras especializadas en la materia, entró en contacto con profesionales de la docencia y comenzó a interesarse en la experiencia de otros países. En 1857 hizo su primer viaje a Europa y visitó Alemania, Francia y Suiza. Allí entró en contacto directo con cultura europea y estudió en la práctica las instituciones educativas de esos países.
Al retornar a Rusia amplió considerablemente su actividad docente, particularmente intensa de 1859 a 1862. como escribió el propio Tolstoi, fueron "tres años de un apasionado entusiasmo por esa causa". En esa época los temas educacionales no sólo entusiasmaban a León Tolstoi, sino a toda la sociedad culta y democrática de Rusia, donde se estaba preparando activamente la reforma escolar. La opinión pública discutía animadamente los proyectos ministeriales y desconfiaba de la política del gobierno zarista en materia de instrucción pública. Tolstoi, en particular, consideraba que los funcionarios no podrían crear un sistema que respondiese a los intereses de toda la población: "Para que la instrucción pública funcione bien es necesario encomendársela a la sociedad."5 Hizo gestiones en ese sentido y planificó la organización de una asociación cuyo objetivo sería "educar al pueblo; publicar una revista pedagógica; fundar escuelas donde no existen y donde se sienta la necesidad de las mismas: elaborar el contenido de la educación; formar profesores; suministrar a las escuelas los medios materiales; contribuir a la administración democrática de la educación, etc." Todos sus intentos de conseguir que los poderes públicos autorizaran la creación de esa asociación fueron vanos.
Leer texto completo: LEÓN NIKOLAIEVICH TOLSTOI
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Posdata:
El texto que sigue se publicó originalmente en Perspectivas: revista trimestral de educación comparada
(París. UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XVIII, n° 3, 1988, págs. 663-675
©UNESCO: Oficina Internacional de Educación, 2001
Este documento puede ser reproducido sin cargo siempre que se haga referencia a la fuente.
(París. UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XVIII, n° 3, 1988, págs. 663-675
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1 comentario:
hey crespo eso es muy interesante esmuy bueno grasias por darno la oportunidad de descubrir mas cosas atte:gandy antonio linares
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