El volcán Llaima, considerado uno de los más activos del país, entró en erupción, pasadas las 18:00 horas, expulsando material sólido y una fumarola que se eleva por sobre los 500 metros del cráter y que se puede observar incluso desde la ciudad de Temuco.
Más de 200 personas fueron evacuadas en las últimas horas, la mayoría de ellas turistas que se encontraban en el Parque Nacional Conguillío que tiene en su interior al Llaima, de 3.210 metros de altura, como una de sus principales atracciones.
La comunidad de Melipeuco ha salido a las calles para observar la actividad que muestra el Llaima, considerado uno de los volcanes más activos de Latinoamérica, que en su historia ha hecho al menos 60 erupciones (la última en 1994), siendo las más dramáticas las de 1927 y 1957.
LEYENDAS
Según las creencias mapuches, los volcanes constituían el hogar del Pillán, que era el padre fundador de las razas y linajes, y cuando entraba en erupción era porque desataba su ira por algún comportamiento inadecuado de ellos. No le temían realmente, sino que le profesaban un respeto natural como de hijos a su padre y lo invocaban con sacrificios y ofrendas para hacerle peticiones de diversa índole. Además de humo, temblores y lava, el Pillán expresaba su ira con los truenos y los relámpagos.
Los incas, por su parte, tenían la costumbre de ofrecer cada año el sacrificio de diez doncellas para evitar la furia del volcán.
El Parinacota y el Pomerape, según las leyendas, corresponderían a dos amantes, cuya relación fue prohibida y castigada por alguien que se oponía a su unión, transformándolos en cerros gemelos, que están siempre cerca, mirándose, pero sin poderse tocar. Los signos de actividad que a veces presentan, serían intentos de comunicación entre ellos.
CARACTERÍSTICAS DE LA ERUPCIONES
Todos los registros sobre erupciones volcánicas en Chile presentan un cuadro más o menos similar, en el cual se consigna la ocurrencia de algunos fenómenos premonitorios como la emanación de humo en un cráter que parecía inactivo o la aparición de un nuevo cráter. Esto puede durar algunos días, semanas e incluso años, hasta que una serie de temblores y ruidos subterráneos preceden a la salida de cenizas y lava, la que escurre entre 5 y 100 km/h, dependiendo del desnivel geográfico, siguiendo habitualmente las quebradas del área y desembocando en cauces de ríos o lagos. La fase eruptiva ha durado desde algunas semanas, hasta cinco o más años.
Los daños en cuanto a vidas humanas, por lo tanto, no han sido tan trágicos como en el caso de los terremotos o tsunamis, ya que la población usualmente alcanza a ponerse a salvo. Dependiendo de la estación en que la erupción ocurra, se pueden producir deshielos acelerados y avalanchas, que son los que han provocado más víctimas que la lava misma.
Los daños materiales, en cambio, suelen ser cuantiosos, tanto en la agricultura como en la ganadería. El ganado puede sufrir una gran mortalidad por no alcanzar a huir de la lava o porque la lluvia de cenizas cubre la tierra, provocando ya sea la asfixia de los animales o su muerte por incapacidad de alimentarse.
Los daños en cuanto a vidas humanas, por lo tanto, no han sido tan trágicos como en el caso de los terremotos o tsunamis, ya que la población usualmente alcanza a ponerse a salvo. Dependiendo de la estación en que la erupción ocurra, se pueden producir deshielos acelerados y avalanchas, que son los que han provocado más víctimas que la lava misma.
Los daños materiales, en cambio, suelen ser cuantiosos, tanto en la agricultura como en la ganadería. El ganado puede sufrir una gran mortalidad por no alcanzar a huir de la lava o porque la lluvia de cenizas cubre la tierra, provocando ya sea la asfixia de los animales o su muerte por incapacidad de alimentarse.
ERUPCIONES RELEVANTES
La primera información sobre erupciones volcánicas desde la era post hispánica corresponde a la crónica del Volcán Antuco, llamado volcán Angol por el sacerdote historiador jesuita Diego Rosales ("Historia General del Reino de Chile"), cuya erupción ocurrió en 1624, alertando a la población con sus emanaciones de humo y lava, así como por los temblores que lo acompañaron durante los ocho días que duró el fenómeno.
Volcán Llaima
Los volcanes que registran más episodios de erupción han sido el Llaima (8), el Villarrica (6) y el Antuco (4), seguidos del Peteroa (3), Lonquimay (3) y Calbuco (3). Las crónicas de los siglos XVI y XVII no siempre consignan con certeza el volcán en erupción, por lo que puede haber discordancia en las cifras.
Entre los volcanes cuya erupción provocó víctimas considerables, el primero que resalta es el Huaina Putina, ubicado en Perú, cerca de la frontera chileno-peruana, que el 14 de Febrero de 1600 afectó las ciudades de Arequipa por el norte, hasta Arica. Muchos pequeños pueblos en la senda de la lava fueron destruidos, cobrando muchas víctimas fatales. Se relata que muchos más murieron ya sea suicidándose en la desesperación (colgándose de un árbol o arrojándose al cráter) o como sacrificio para aplacar la furia del volcán (no menos de ochenta habrían sido arrojados al interior del cráter).
El volcán Yate, debido a una avalancha, habría provocado ocho víctimas muertos en un potrero de la desembocadura del Reloncaví, el 14 de Julio de 1896.
El volcán Riñinahue, en Abril de 1907, causó también una avalancha al obstruir el río Pupuhuin, provocando un taco que, al ceder, arrasó casas, bosques y ganado en las zonas de Llifén y Riñinahue, causando más de diez muertes.
En Febrero de 1908 el volcán Llaima hizo erupción provocando una avalancha que llegó hasta Lonquimay, matando una mujer.
En Abril de 1930, aunque el climax ocurrió en 1932, en una de las erupciones más violentas de que se tenga recuerdo, el volcán Quizapú, ubicado al oriente de Linares, arrojó cenizas que cubrieron desde Rancagua a Chillán. También provocaron daños en la agricultura en Mendoza, e incluso cayó ceniza en lugares tan alejados como Buenos Aires, Montevideo y el sur de Brasil. Se formó un enorme hongo de humo que oscureció Rancagua y Curicó, obligando a usar el alumbrado público en pleno día. Los ruidos subterráneos fueron sentidos en un radio de 500 km. No se informó de víctimas fatales.
En Febrero de 1937, la lava del volcán Llaima llegó hasta un sector denominado Santa María de Llaima, matando a dos personas y provocando grandes daños materiales.
Nuevamente el Llaima, en Marzo de 1945 entró en erupción, dañando numerosos poblados vecinos y provocando una avalancha cerca del lago Colico, matando a ocho personas.
1948 fue el turno del volcán Villarrica. En Abril comenzó a aumentar su actividad, y en Octubre hizo crisis con una gran explosión y con la formación de un enorme hongo, a la vez que millones de toneladas de lava comenzaron a bajar invadiendo las quebradas y llegando a los lagos Villarrica (su nivel subió un metro) y Calafquén. Voipir y Molco Alto, donde residían comunidades indígenas, fueron las más afectadas. El refugio del Sky Club, en los faldeos del volcán, fue totalmente arrasado con dos de sus cuidadoras en su interior. Hubo cerca de 100 víctimas entre muertos y desaparecidos y otros tantos heridos.
Nuevamente el Villarrica, en Marzo de 1964, esta vez de manera violenta, hizo erupción asolando el poblado de Coñaripe. Una avalancha barrió, durante dos horas, casas, hoteles, ganado, sembrados, vehículos y maquinarias de este pueblo de mil habitantes. Sólo dos cadáveres, de las 22 víctimas reportadas, fueron recuperados. Toda la zona de Pucón y Villarrica quedó aislada.
En Agosto de 1971, el Cerro de los Ventisqueros o Cerro Hudson, como era denominado hasta entonces, demostró que era en realidad un volcán y despertó destruyendo el valle Huemules, pequeña localidad de la montaña patagónica de Aisén. Coyhaique, Puerto Aisén, Puerto Cisnes, Balmaceda, Chacabuco, e incluso Comodoro Rivadavia en el lado argentino, fueron invadidos por una espesa nube de cenizas que provocó trastornos oculares y gastrointestinales a la población, además de importantes daños en la agricultura y ganadería.
Volcán Hudson
Ese mismo año, a fines de Diciembre, el volcán Villarrica provocó la peor tragedia en cuanto a víctimas personales, de que se tenga registro. Más de 200 muertos y desaparecidos fue la secuela de muerte y destrucción que dejó un torrente de lava de diez metros de espesor y 200 de ancho que bajó hacia el lago Calafquén arrasando todo a su paso. Pequeños poblados como Coñaripe, Pocura, Traitraico, Quilentué, Llauquén, Chaillupén y parte de Licanray y Llanahue sufrieron sus consecuencias. Pucón y Villarrica fueron invadidos por una nube tóxica que hacía irrespirable el aire. Miles de personas fueron evacuadas.
La primera información sobre erupciones volcánicas desde la era post hispánica corresponde a la crónica del Volcán Antuco, llamado volcán Angol por el sacerdote historiador jesuita Diego Rosales ("Historia General del Reino de Chile"), cuya erupción ocurrió en 1624, alertando a la población con sus emanaciones de humo y lava, así como por los temblores que lo acompañaron durante los ocho días que duró el fenómeno.
Volcán Llaima
Los volcanes que registran más episodios de erupción han sido el Llaima (8), el Villarrica (6) y el Antuco (4), seguidos del Peteroa (3), Lonquimay (3) y Calbuco (3). Las crónicas de los siglos XVI y XVII no siempre consignan con certeza el volcán en erupción, por lo que puede haber discordancia en las cifras.
Entre los volcanes cuya erupción provocó víctimas considerables, el primero que resalta es el Huaina Putina, ubicado en Perú, cerca de la frontera chileno-peruana, que el 14 de Febrero de 1600 afectó las ciudades de Arequipa por el norte, hasta Arica. Muchos pequeños pueblos en la senda de la lava fueron destruidos, cobrando muchas víctimas fatales. Se relata que muchos más murieron ya sea suicidándose en la desesperación (colgándose de un árbol o arrojándose al cráter) o como sacrificio para aplacar la furia del volcán (no menos de ochenta habrían sido arrojados al interior del cráter).
El volcán Yate, debido a una avalancha, habría provocado ocho víctimas muertos en un potrero de la desembocadura del Reloncaví, el 14 de Julio de 1896.
El volcán Riñinahue, en Abril de 1907, causó también una avalancha al obstruir el río Pupuhuin, provocando un taco que, al ceder, arrasó casas, bosques y ganado en las zonas de Llifén y Riñinahue, causando más de diez muertes.
En Febrero de 1908 el volcán Llaima hizo erupción provocando una avalancha que llegó hasta Lonquimay, matando una mujer.
En Abril de 1930, aunque el climax ocurrió en 1932, en una de las erupciones más violentas de que se tenga recuerdo, el volcán Quizapú, ubicado al oriente de Linares, arrojó cenizas que cubrieron desde Rancagua a Chillán. También provocaron daños en la agricultura en Mendoza, e incluso cayó ceniza en lugares tan alejados como Buenos Aires, Montevideo y el sur de Brasil. Se formó un enorme hongo de humo que oscureció Rancagua y Curicó, obligando a usar el alumbrado público en pleno día. Los ruidos subterráneos fueron sentidos en un radio de 500 km. No se informó de víctimas fatales.
En Febrero de 1937, la lava del volcán Llaima llegó hasta un sector denominado Santa María de Llaima, matando a dos personas y provocando grandes daños materiales.
Nuevamente el Llaima, en Marzo de 1945 entró en erupción, dañando numerosos poblados vecinos y provocando una avalancha cerca del lago Colico, matando a ocho personas.
1948 fue el turno del volcán Villarrica. En Abril comenzó a aumentar su actividad, y en Octubre hizo crisis con una gran explosión y con la formación de un enorme hongo, a la vez que millones de toneladas de lava comenzaron a bajar invadiendo las quebradas y llegando a los lagos Villarrica (su nivel subió un metro) y Calafquén. Voipir y Molco Alto, donde residían comunidades indígenas, fueron las más afectadas. El refugio del Sky Club, en los faldeos del volcán, fue totalmente arrasado con dos de sus cuidadoras en su interior. Hubo cerca de 100 víctimas entre muertos y desaparecidos y otros tantos heridos.
Nuevamente el Villarrica, en Marzo de 1964, esta vez de manera violenta, hizo erupción asolando el poblado de Coñaripe. Una avalancha barrió, durante dos horas, casas, hoteles, ganado, sembrados, vehículos y maquinarias de este pueblo de mil habitantes. Sólo dos cadáveres, de las 22 víctimas reportadas, fueron recuperados. Toda la zona de Pucón y Villarrica quedó aislada.
En Agosto de 1971, el Cerro de los Ventisqueros o Cerro Hudson, como era denominado hasta entonces, demostró que era en realidad un volcán y despertó destruyendo el valle Huemules, pequeña localidad de la montaña patagónica de Aisén. Coyhaique, Puerto Aisén, Puerto Cisnes, Balmaceda, Chacabuco, e incluso Comodoro Rivadavia en el lado argentino, fueron invadidos por una espesa nube de cenizas que provocó trastornos oculares y gastrointestinales a la población, además de importantes daños en la agricultura y ganadería.
Volcán Hudson
Ese mismo año, a fines de Diciembre, el volcán Villarrica provocó la peor tragedia en cuanto a víctimas personales, de que se tenga registro. Más de 200 muertos y desaparecidos fue la secuela de muerte y destrucción que dejó un torrente de lava de diez metros de espesor y 200 de ancho que bajó hacia el lago Calafquén arrasando todo a su paso. Pequeños poblados como Coñaripe, Pocura, Traitraico, Quilentué, Llauquén, Chaillupén y parte de Licanray y Llanahue sufrieron sus consecuencias. Pucón y Villarrica fueron invadidos por una nube tóxica que hacía irrespirable el aire. Miles de personas fueron evacuadas.
El Volcán Llaima es uno de los más activos de Chile"
Universidad de Chile
El experto en Geología de la Universidad de Chile Alfredo Lahsen analizó el comportamiento de este fenómeno natural e hizo un llamado a la calma y la rigurosidad de los medios de comunicación para tratar este tema. Asimismo destacó la contribución que est
El vulcanólogo de la Universidad de Chile, Alfredo Lahsen, aseguró que en la historia del Volcán Llaima "ha habido erupciones mucho mayores que ésta", y que no hay que olvidar que "es uno de los más activos del país". En este sentido, fue enfático en decir que los medios de comunicación "están exagerando en torno al tema", por lo que hizo un llamado de atención y seriedad al momento de tratar periodísticamente este fenómeno natural, dado el estado de alarma que despierta en la población. Ahora, "si como Universidad de Chile vamos a decir algo, debemos ser cautos y dar cuenta de la realidad: en Chile estamos llenos de volcanes", precisó. Añadió que éstos son muy activos, por lo que el académico recomendó a lo lugareños de la zona tener calma, agregando que el Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile ya está colaborando con la investigación en el lugar, puesto que hoy hizo envío de tres equipos de medición sísmica hacia La Araucanía. Estas tres estaciones permitirán la medición sísmica de Volcán Llaima. Esto es, observar si hacia el interior del volcán está ocurriendo movimiento de carácter magmático (de la masa ígnea en fusión existente en el interior de la tierra), lo cual "nos permitiría anticiparnos a los hechos", mencionó el experto. Los instrumentos de alta precisión aportados por la casa de estudios, vendrían a complementar y apoyar la labor realizada por dos equipos ya existentes en la zona y que estarían a cargo del Servicio Nacional de Geología y Minería. Cese de la actividad volcánica Ahora bien, según Lahsen el cese de la erupción del Llaima puede tener dos interpretaciones. Por una parte, podría significar que ya se acabó toda la actividad, como "puede ser también que tengamos un pequeño período de quietud y que se reinicie nuevamente, eso aún no lo podemos saber". Sin embargo, señaló que hay que estar atentos a los registros que arrojen los equipos de monitoreo, es decir, los ruidos subterráneos que éstos miden, como también valorar la experiencia de los pobladores de las localidades aledañas. "Ellos conocen la actividad, la gente que ha vivido ahí siempre sabe bastante", puntualizó. "No creo necesario evacuar a la población, para nada. Hay que tener presente que los antiguos poblados siempre están bien ubicados, los asentamientos recientes son los que peligrarían", pero reiteró que es improbable que eso suceda. Ahora, "un lugar que podría sufrir ciertos riesgos sería Melipeuco, pero lo veo difícil". Por otra parte, recordó a la ciudadanía que es bueno que el Llaima vaya liberando energía y material de a poco, puesto que esto es menos peligroso. Explicó que cuando el cráter del volcán está taponeado acumula demasiada presión y por tanto, revienta con flujos incandescentes de ceniza, provocando avalanchas de nieve y barro, "que es lo peligroso, pero este no sería el caso. No veo ninguna posibilidad de que eso ocurra". También, indicó que la erupción del Llaima no sería causal de un posterior terremoto, "nada que ver una cosa con otra. Muchas veces los terremotos, que son de carácter tectónico, facilitan la actividad volcánica, pero no al revés", recalcó. Finalmente, afirmó que la U ha jugado un rol "inconmensurable" en todo este proceso de colaboración en el sector de la erupción, "por toda la investigación vulcanológica que hemos hecho en este país, y el haber formado en su mayoría a los actuales vulcanólogos que hoy están trabajando en terreno".
Alfredo Lahsen: Estudió la carrera de Geología, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas entre los años 1959 y 1964. Fue becado por UNESCO en el diplomado en Energía Geotérmica, en el International Institute of Geothermal Research, Pisa, Italia. En su constante perfeccionamiento ha pasado por diversos Centros de Investigación y Desarrollo de Energía Geotérmica de Japón, U.S.A., Nueva Zelandia, México, El Salvador, entre otros (1970-1971). Planificación y desarrollo de proyectos geotérmicos. Becado por CORFO y PNUD. Entre los años 1965 y 1966 se desempeño en Instituto de Investigación de Recursos Naturales (IREN-CORFO), como investigador en Geología Regional y Económica en Aysén y Magallanes. Desde 1969 hasta 1973 se desempeñó como jefe del Comité para el Aprovechamiento de la Energía Geotérmica - CORFO.Geología regional, planificación y coordinación de estudios geofísicos y geoquímicos en áreas termales. Desde 1974 hasta la fecha es académico Departamento de Geología de la Universidad de Chile. Además, es mimbro fundador de sociedades científicas como la Sociedad Geológica de Chile, el Colegio de Geólogos de Chile y International Geothermal Association. Edición: Universia /
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