miércoles, 17 de diciembre de 2008

¿Qué es la biblioterapia?

Biblioterapia, en su acepción general, quiere decir "sanación a través de los libros". Pero tiene muchos enfoques y definiciones, según la persona que maneje dicho concepto: sacerdotes, psicólogos, psiquiatras, maestros, bibliotecarios o padres.

Comenzó en 1949, en Europa, como una técnica usada por los psicólogos para tratar pacientes. Luego se usó con prisioneros y, en los años 50, comenzó a ser aplicada por maestros para tratar desajustes en los niños. Con el boom de la literatura realista en los años 80, se consideraba que existían libros específicos para problemas específicos y que éstos debían ser tratados con literatura realista que tocara el problema concreto. Se hacían listas de problemas comunes: sexualidad, muerte, divorcio, etc.

Hoy en día la biblioterapia ha dado un vuelco y ahora es vista de manera menos clínica. En el Banco del Libro creemos más en esta tendencia y concebimos la biblioterapia “no en su acepción clínica, sino más bien como la posibilidad de establecer una relación humana y sensible con los libros, para lograr algunos cambios en las vidas de las personas afectadas, y construir positivamente ciertas realidades; la biblioterapia nos ofrece la posibilidad de “sanar” a través de los libros, una posibilidad que sirve para toda la vida, en circunstancias diferentes” como señalara Carmen Diana Dearden en la ponencia presentada en la jornada Contemos Nuestros Cuentos. Estado Vargas. 2001. Joseph Gold, psicólogo y profesor de literatura, plantea en su libro Read for your Life (Fitzhery Whiteside, Toronto, 1993) que la “La literatura ayuda a reorganizar el pensamiento, a resolver problemas, a recordar el pasado, cuando se necesite hacerlo y mirarlo desde una perspectiva diferente. En otras palabras, la literatura puede ser un poderoso agente de cambio creativo y sano”.

Betsy Hearne, Presidenta de IBBY en E.E.U.U, en conversación con Carmen Diana Dearden, comenta: “después de haber leído las teorías principales sobre biblioterapia, sigo creyendo que la mejor biblioterapia es una buena historia de la cual los niños tomarán lo que encuentren y lo que necesitan. Puede ser un cuento folclórico de un héroe o un pícaro que sobrevive en contra de las posibilidades; puede ser una novela sobre un problema aparentemente no relacionado pero que, sin embargo, muestra que los problemas pueden ser encarados (aunque no siempre solucionados), no importa cuáles sean. Puede ser una obra de información. Creo que mucha de la biblioterapia, funciona simplemente porque el niño siente que a alguien le importa lo suficiente para leerle un libro o contarle un cuento. Y más allá, cualquier oferta de alternativas a trastornos y tristezas siempre provee alivio espiritual...”.

Compartimos con Betsy Hearne la idea de que la historia o el cuento que se utilice con fines terapéuticos no tiene que tratar específicamente el trauma o problema que el lector o el receptor esté sufriendo. Esto, algunas veces, se vuelve más didáctico que satisfactorio y se corre el riesgo de impactar indebidamente la privacidad del receptor. Es decir, libros sobre la muerte de una madre pueden no ser tan efectivos para un niño que pasa por una situación similar como sí podría serlo Charlotte’s Web, que trata sobre la muerte, pero a distancia del trauma inmediato del niño (en este caso se trata de la muerte de una araña). Esto es lo que hace tan efectivos a los cuentos de hadas; los conflictos son intensos y personales, pero distanciados en un tiempo y lugares remotos.

En la literatura encontramos un abanico de posibilidades pero lo esencial para iniciar cualquier tipo de biblioterapia es tener en cuenta una selección adecuada de libros y una atmósfera propicia a fin de procurar un encuentro afectivo entre los niños, adultos y los materiales de lectura. Es decir, muchos libros pueden ayudar en diversas situaciones: cuentos de hadas, libros de aventuras o de fantasía, cuentos de animales, romance, poesía. Es importante tener presente que un mismo cuento puede desatar reacciones diferentes en lectores diferentes, según la vivencia individual de cada uno.

Todo lo que se diga aquí sobre la literatura, en el caso de los libros para niños, también se aplica a la imagen, puesto que es un componente integral del libro ilustrado. Las ilustraciones pueden ser evocativas, calmantes, emocionantes, llenas de humor, desgarradoras, tristes. Allí hay un doble juego entre texto e imagen, y por ello una doble sanación. Es muy factible intentar la sanación de adultos con libros para niños, gracias a esa profundidad combinada con lo simple y directo de sus mensajes. Muchos libros para niños contienen un ingrediente fundamental para cualquier sanación: el humor. Hace ya algún tiempo que los terapeutas y médicos descubrieron lo que casi todas las madres han sabido desde siempre: la risa es una de las mejores medicinas.

Gold dice que la manera más conveniente de experimentar catarsis es a través de la lectura. “La literatura nos ayuda a re-escribir nuestras propias historias. En realidad el sumergirse en la literatura, en el cuento de otras personas, es un ejercicio de nuestra imaginación, sentimientos y lenguaje. La lectura de cuentos nos ofrece un alivio necesario en la lucha diaria de la vida: nos alivia del caos”.

La escritora Katherine Paterson intercedió en USIBBY a fin de realizar el donativo de los fondos con los cuales realizamos la adquisición y conformación de las colecciones. Una de las novelas de esta autora, titulada Un puente hasta Therabitia, encajó adecuadamente en el desarrollo del proyecto.

Paula Cadenas, una voluntaria que participó de este proyecto, comentó en uno de sus registros: “Este trabajo me ha sacado de mí y me ha puesto en una realidad que golpea el inconsciente. Creo que el trabajo con ellos resultó ser una terapia sobre todo para mí, y no sé si para ellos. Todavía me pregunto si hago algo al bajar a narrarles cuentos. Pero más allá de querer dar soluciones, sé que pude contar cuentos a una cantidad de ojitos atentos y bracitos dispuestos a guindarse al primer cuello cercano”.

Encontramos los orígenes de la biblioterapia en la Antigüedad y en la Edad Media. En ambas épocas se incluía la biblioterapia entre las recomendaciones a seguir para llevar una vida saludable.

El Faraón Rammsés II, en el antiguo Egipto, mandó grabar en el frontispício de su biblioteca la frase "Remedios para el alma". En el caso de los egipcios, sus bibliotecas se localizaban en templos denominados "Casas de vida", que eran considerados centros de conocimiento. y espiritualidad.

Podríamos destacar de la cultura romana a Aulus Cornelius Celsus quien también relacionó la lectura con el tratamiento médico recomendando la lectura y discusión de las obras de grandes oradores como recurso terapéutico en el desarrollo de la capacidad crítica de los pacientes.

Los griegos consideraban los libros como una forma de tratamiento médico y espiritual. Concebían las bibliotecas como la "medicina del alma". No resultaba extraño en la Edad Media que en el transcurso de una operación se leyeran textos sagrados. El objeto de dichas lecturas no tenía, como se puede pensar, fines religiosos sino biblioterapeúticos. Durante las operaciones las lecturas a las que recurríanpodían ir desde la Biblia, vida de santos, hasta epopeyas, tragedias y otras historias profanas, cumpliendo todas ellas fines terapéuticos.

En la actualidad consideramos la biblioterapia bien como un proceso de desarrollo personal o bien como un proceso clínico de cura. Durante este proceso, sus participantes que deben estar reunidos en grupos homogéneos y guiados por un profesional, llevan a cabo discusiones con objeto de promover la integración de sentimientos y pensamientos para promover la autoafirmación, el autoconocimiento o la rehabilitación.



No hay comentarios: