Bonó: Precursor de la Historia Social Dominicana 2)
José Guillermo Guerrero Sánchez.
Olvidado, “perseguido por
muchos y desconocido por todos”, asqueado de la sociedad, de la política y del
clientelismo popular. Criticó a las clases dirigentes, pero también a las
costumbres viciosas e infuncionales del pueblo. Fue restaurador, pero también
el primer crítico de la Restauración.
Vivió y murió decepcionado
y con la única esperanza, al final de su vida: Jesucristo. No le importaba el
precio a pagar por su vida y posturas; al final y al cabo
el objetivo de análisis no era ni siquiera la sociedad, sino él mismo:
“Déjenme pobre y luchando
con mi trabajo para probarse
a mí mismo”.
Dominaba el francés desde
niño por su abuela materna que era de una familia francesa rica procedente de
SaintDomingue, el actual Haití. Afrancesaba su apellido como Bonnau, Bonneau,
Bonenaux, hasta que su padre le advirtió que era italiano y que su abuelo firmaba
Bonó. Nació en la calle de El Sol esquina San Luis en Santiago de los
Caballeros y su padre, José Bonó, comerciante en San Francisco de Macorís, tenía
una casa en esta villa desde 1831, en la cual nuestro autor vivió y murió desde
que se trasladó en 1864 por circunstancias aciagas de su vida.
Se enfrentó a Gaspar Polanco,
presidente del Gobierno Restaurador, por su decisión de pegarle fuego a
Santiago –“el fuego liquidador”– y por el fusilamiento de Salcedo, hechos
injustificados y realizados de manera inconsulta, que pronosticaban crisis y
anarquía, no revolución. Polanco no le fusiló por su prestigio.
Entonces, juró no volver a
Santiago y separarse de la política mientras viviera. Relata Pedro Archambault
que: “montó a caballo en la puerta de la Casa de Gobierno y sin despedirse de
sus amigos ni hermanas se marchó por la Cuesta de las Piedras para San
francisco de Macorís y desde Nibaje volvió el rostro para admirar por última
vez la ciudad de sus amores”.
Fue abogado, político,
legislador, economista, comerciante, agricultor, artesano, industrial, patriota,
civilista, periodista, médico naturalista, boticario y alambiquero.
Actualmente, los intelectuales dominicanos le consideran el primer gran intelectual
o sociólogo, sin embargo no era intelectual académico, sino como bien dice
Eliseo Grullón, hombre de ideas prácticas. No se consideró intelectual, ni siquiera
de vanguardia. Según él, tenía ideas más atrasadas que el lugar donde vivía. Su
condición social le acercaba más al trabajador y al obrero. Criticó a los sabios
de su época “entretenidos en cuestiones de detalles insignificantes”.
Murió, como todo mortal, pero
según su estilo. No se cree que la muerte –la gran niveladora como le llamó
Eliseo Grullón en su panegírico– le hubiera sorprendido. Al fin y al cabo lo importante
no es morir, sino vivir bien, libre y descansado. O acaso ¿no había afirmado que
el objetivo de toda sociedad, tribu, Estado o familia, era la felicidad? La
mayor crítica a los gobiernos del país –con vigencia actual– es que son
incapaces de llevar la felicidad al pueblo aún realizando proyectos de progreso
social.
Continuará…
Cortesía: Revista Clío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario