miércoles, 27 de enero de 2016


























Bonó: Precursor de la Historia Social Dominicana    4)

José Guillermo Guerrero Sánchez.

¡Pero más que intelectual de los pobres, fue el intelectual de la pequeña producción mercantil simple que lucha en contra del avance del capitalismo latifundista! Los campesinos y comerciantes tabaqueros del Cibao no eran pobres, sino la capa más rica de la pequeña burguesía. Tampoco era un defensor de las clases trabajadoras, sino de un sector de éstas: del pequeño propietario o productor campesino, dueño de un pequeño fundo que cultiva con trabajo suyo y de su familia, jornaleros, recueros, artesanos, pequeños hateros y labriegos de sitios comuneros, peones. Contrario a lo que muchos marxistas piensan, Bonó consideró la proletarización como un atraso y fuente de pobreza de la sociedad. ¿Quiénes eran los proletarios en su época? Mayoritariamente braceros de origen extranjero, cocolos y haitianos. De éstos decía que de continuar su flujo por el sur, esta región iba a convertirse en territorio haitiano.

Por eso le advirtió a su amigo y prócer Gregorio Luperón, cuando se embarcó en la ideología del progreso y se vinculó con los intereses del azúcar y la producción para la exportación, que era necesario defender al peón –no se refirió al trabajador proletario–porque éste era quien había hecho la Patria. De todas maneras se llamó a sí mismo “trabajador, obrero, el trabajo es mi caballo de batalla”.

En su época, Bonó no fue seguido por sus contemporáneos ni por los pensadores del siglo XX. Lejos de continuar su tradición intelectual, la historia desde las estructuras o la vida cotidiana, según Pedro de San Miguel, los intelectuales dominicanos regresaron a las principales líneas interpretativas iniciadas por Sánchez Valverde en el siglo XVIII. Pero no sólo fue respecto a Bonó, sino también al pensamiento progresista latinoamericano. En la mayoría de los países de América Latina y el Caribe entre 1920-1930 se reevaluaron los aportes de los sectores populares –en especial los de origen afroamericano e indoamericano– a la formación de las sociedades del continente. Si, por un lado, surgieron concepciones que recusaban los elementos no blancos y de cultura occidental de las sociedades americanas, por el otro surgieron corrientes intelectuales que reivindicaron sus troncos indígenas y africanos. Tal tipo de reivindicación desembocará en los movimientos culturales y políticos de la negritud y el indigenismo.18 Bonó sustentó un cosmopolistismo socio-racial, producto de la convivencia entre las clases y grupos que la pobreza produjo desde la colonia, opuesto al exclusivismo haitiano. La multiformación social y cultural del país, con su mulatismo generalizado, lo convierten en el asiento propicio para desarrollar el movimiento antillanista sustentado por Betances, Hostos, Martí y otros.

El uso de categorías como capital, trabajo asalariado, proletariado y clases trabajadoras han hecho pensar a muchos autores que Bonó conocía algunos trabajos de Carlos Marx como El manifiesto comunista (1848), Trabajo asalariado y capital (1849), Contribución a la crítica de la economía política (1859) o El Capital (1867). En su obra parecen encontrar eco frases de Marx como:

“Las relaciones jurídicas y las formas políticas no pueden comprenderse por sí mismas, sino que hunden sus raíces en las condiciones de la vida material. Estas condicionan el proceso social, político e intelectual de la vida”.

Esto amerita un estudio especial, pues es difícil pensar tanto en una influencia del marxismo como un pensamiento independiente. Seguramente, mayor influencia debió tener del positivismo, cuya escuela iniciada por Augusto Comte, tuvo gran repercusión en la política y la educación de América Latina, incluyendo a la República Dominicana.

Con Augusto Comte (1753-1857) surgió la noción de una ciencia positiva de los hechos sociales. Utilizando las mismas palabras de Saint-Simon, la llamó al principio física social. En 1838, propuso el neologismo Sociología para el estudio de las leyes de los fenómenos sociales no deducible del individuo.

Hasta entonces, los filósofos y escritores políticos, más que estudiar objetivamente la sociedad real, la describían tal como, según ellos, debería ser. Si Bonó fue sociólogo o científico al estudiar la realidad social, también fue filósofo al proponer reformas y normas ideales para la sociedad y el Estado.

En efecto, trató la sociedad dominicana de su tiempo, diagnosticó sus principales problemas u obstáculos de su desarrollo, los contextualizó en el pasado para seguir su trayectoria en el presente, presentó al público o lector sus tesis, hipótesis y argumentos y propuso algunas soluciones.

CONTINUARA.


Cortesía: Revista Clío.

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