miércoles, 23 de junio de 2010

HOMENAJE A CARLOS GARDEL: Cambalache

El maestro del tango falleció en un accidente de avión en Medellín el 24 de Junio. Así surgió el mito.



El antológico tango Cambalache lo escribió el extraordinario compositor Enrique Santos Discepolo, quien además le puso música a su obra en el año 1935.

Es una de las letras que han marcado la historia del tango del siglo XX, manteniendo una gran vigencia más allá que han pasado más de 70 años desde su creación.

La primera vez que se cantó el tango Cambalache fue en el año 1935, con la interpretación de la actriz y cantante Sofía Bozán en el Teatro Maipo de la ciudad de Buenos Aires.

Más allá que esta canción ha sido grabada por varios cantores de primer nivel, la versión más famosa de todos los tiempos sigue siendo en la voz inconfundible del “Varón del tango” Julio Sosa.

Enrique Santos Discepolo escribió este tango para la película “El alma del Bandoneón” que se estrenó en el año 1936 y protagonizó de un modo magistral Libertad Lamarque.

Luego del film, el tango Cambalache se hizo sumamente popular y con el paso de los años se fue convirtiendo en uno de los clásicos de la música argentina.

Fue censurado por primera vez durante la dictadura militar del año 1943, tal como sucediera también durante todas las dictaduras posteriores que acontecieron en la historia de Argentina.

La censura del tango Cambalache en 1943 levantó una gran polémica, siendo prohibido tras el análisis realizado por parte del Ministro de Educación de la época por considerarlo sedicioso y con una mala interpretación del lenguaje por el abuso del lunfardo.

Fue recién en el año 1949 que Juan Domingo Perón permitió nuevamente que se interpreten estos tangos tal como fueron escritos originariamente.


La letra del tango Cambalache

Que el mundo fue y será Siglo XX y el tango Cambalache

una porquería, ya lo sé.

En el quinientos seis

y en el dos mil, también;

Que siempre ha habido chorros,

maquiavelos y estafaos,

contentos y amargaos,

barones y dublés.

Pero que el siglo veinte

es un despliegue

de maldá insolente,

ya no hay quien lo niegue.

Vivimos revolcaos en un merengue

y en el mismo lodo

todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo

ser derecho que traidor,

ignorante, sabio, chorro

generoso o estafador...

¡Todo es igual!

¡Nada es mejor!

Lo mismo un burro que un gran profesor.

No hay aplazaos ni escalafón,

los ignorantes nos han igualao.

Si uno vive en la impostura

y otro roba en su ambición,

da lo mismo que sea cura,

colchonero, Rey de Bastos,

caradura o polizón.

¡Que falta de respeto,

qué atropello a la razón!

cualquiera es un señor,

cualquiera es un ladrón...

Mezclao con Stravisky

va Don Bosco y La Mignon,

Don Chicho y Napoleón,

Carnera y San Martín...

Igual que en la vidriera

irrespetuosa

de los cambalaches

se ha mezclao la vida,

y herida por un sable sin remache

ves llorar la Biblia

junto al calefón.

Siglo veinte, cambalache

problemático y febril...

El que no llora no mama

y el que no afana es un gil.

¡Dale, nomás...!

¡Dale, que va...!

¡Que allá en el Horno

nos vamo´a encontrar...!

No pienses más; sentate a un lao,

que a nadie importa si naciste honrao...

Es lo mismo el que labura

noche y día como un buey,

que el que vive de los otros,

que el que mata, que el que cura,

o está fuera de la ley.



Cortesías Zorzal criollo.com



1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que hay otras opciones para homenajear al Mago que un tango que nunca cantó y todavía interpretado por un catalán.