martes, 15 de enero de 2008

Breve reseña de la vida de Juan Pablo Duarte. 2da parte



La situación económica de la familia Duarte en Venezuela parece haber sido bastante buena del 1845 al 1867 porque Rosa Duarte en el 1865 compró una casa en Caracas, que diez años después vendió, y el propio Duarte al hablar de las diligencias que realizara para venir a la Patria, en el 1864, dice: "...a mi vuelta a Caracas vendí una casita en mil cien pesos::." Y en una acta notarial del 1867 aparece Duarte comprando una casita en Caracas. Parece que a partir del 1875, cuando los quebrantos de Duarte se agravaron, la situación económica de su familia se hizo sumamente mala. El Prócer pasó un año en lecho y con tal motivo sus hermanas tuvieron que hacer grandes sacrificios económicos y contraer deudas. Todavía en el 1879, o sea, tres anos despues de la muerte de Duarte, le decían al Ayuntamiento de Santo Domingo, en carta que le escribieran a éste, que "aun no habían podido pagar los gastos de su última enfermedad y entierro..." En el 1883, José Prudencio Diez, tío de las hermanas Duarte, se dirigió. al Congreso Nacional en solicitud de ayuda para ellas, alegando que se encontraban "solas en tierra extranjera, sin abrigo y sin pan, rodeadas de las sombras de la miseria con un hermano menor a quien el horrible golpe del 44 que hirió gravemente a toda la familia hizo de él víctima especial privándole del uso de la razón". En Agosto deI 1884, o sea, ocho años después de la muerte de Duarte, el Congreso Nacional dispuso que se les asignara a las hermanas Duarte, que ya eran unas ancianas, una pensión vitalicia de 45 pesos mensuales y se les diera la suma de dos mil pesos fuertes para que compraran una casa en Ia ciudad de Santo Domingo. Las ancianas Duarte agradecieron en eI alma el favor que se les hizo, pero no pudieron disfrutar del mismo porque al negarse Manuel, el hermano demente, a retornar a Santo Domingo, ellas como ya se dijo, prefirieron quedarse para no dejar desamparado en Venezuela a su desgraciado hermano. Cuando en el 1884 el Ayuntamiento de Santo Domingo envió una comisión a Caracas para traer a la Patria los restos del Patricio, esta comisión pagó las deudas de las las hermanas Duarte y en el recibo que le entregaron a la comisión se expresaron así: "Obligadas por las circunstancias e impulsadas por nuestro imprescindible deber, (aunque con pena) les manifestamos que éramos deudoras al Sr. Marcos A. Guzmán de la cantidad de seiscientos pesos sencillos que nos había suministrado para atender a los muchos gastos que por espacio de un año tuvimos que sufragar en la asistencia de la penosa enfermedad y mas después en el entierro de nuestro hermano el General Juan Pablo Duarte (Q.D.E.P.). En virtud de nuestra manifestación los honorables diputados del ilustre Ayuntamiento de nuestra patria en su nombre y representación de nuestros conciudadanos nos ofrecieron y entregaron dicha cantidad mas arriba expresada, la que nosotras altamente reconocidas aceptamos, y con la cual hemos pagado al Sr. Marcos A. Guzman, la sagrada deuda contraída por nosotras en el penoso y luctuoso lapso que tuvo por término vernos arrebatar (cuando menos lo esperábamos) el único bien que nos quedaba en la tierra. Con la muerte de Manuel Duarte en el 1890 se extinguió la familia del Apóstol habiéndose legado a la posteridad un vivo ejemplo de patriotismo, abnegacion y templanza.
No quedaría completo este estudio de la familia Duarte si omitiéramos a sus tíos maternos Mariano y José Prudencio Diez, que ayudaron generosamente a sus sobrinos en diferentes formas. Mariano Diez nació en Santa Cruz del Seibo el 24 de Septiembre del 1794. Se trasladó a Caracas muy joven y allí vivió varios años. En el 1844, cuando Duarte fue a Caracas ayudó a su sobrino en sus actividades patrióticas. En el 1844 regresó al país trayéndole a la Junta Central Gubernativa una cantidad de dinero que como donativo voluntario le remitieron varios dominicanos residentes en V enezuela. . Duarte comenta así lo anterior: "Y mientras yo rendía en mi inicuo destierro gracias a la Divina Providencia porque me habia permitido ver transcurrir el año sin menoscabo de esa independencia tan anhelada; en mi ciudad natal santificaban tan memorable día los galos cubriendo de sangre y lutos mis amantes lares arrastrando cuatro nobles víctimas a infando suplicio".
El Apostol permaneció algunos días más en Saint Thomas donde parece que se enteró de la expulsión de su familia y de la resolución de ésta de irse a residir a Venezuela porque se marchó a dicho país, el 6 de Abril de 1845 se reunió con ellos en el puerto de La Güayra. Todo parece indicar que Duarte volvió a Saint Thomas, por última vez, el 28 de Junio de 1864, para entrevistarse con Melitón Valverde, nombrado por el Gobierno Restaurador, al igual que él, Ministro Plenipotenciario de la Republica ante los gobiemos de Venezuela, Nueva Granada (Colombia) y Perú. Duarte permaneció esta vez varios días en Saint Thomas, y después de hacer algunas diligencias, se trasladó a Curazao a continuar sus gestiones diplomáticas. Saint Thomas ocupa un lugar señero en el via crucis de Duarte y es posible que en más de una ocasión rememorara los amargos momentos que pasó en esa tierra que fuera testigo de su desesperacion y su impotencia, al ver la Patria en manos de los enemigos de su Independencia.

Juramento Trinitario

En el nombre de la Santísima, augustíisima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente: juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano y e implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana; la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos, encarnados y azules, atravesados con una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales:
Dios, Patria y Libertad.
Asi lo prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja: y de no, me lo tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo
La Independencia Nacional Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantia de las libertades patrias, la Ley Suprema del pueblo dominicano es y será siempre su existencia política como Nación libre e independiente de toda domina- ción, protectorado, intervención e influencia extranjera, cual la concibieron los Fundadores de nuestra asociación política al decir el 16 de julio de 1838, DIOS, PATRIA Y LIBERTAD, REPUBLICA DOMINICANA, y fué proclamada el 27 de febrero de 1844, siendo, desde luego, asi entendida por todos los pueblos, cuyos pronunciamientos confirmados y ratificados hoy; declarando además que todo gobernante o gobernado que la contraríe, de cualquier modo que sea, se coloca ipso facto y por sí mismo fuera de la ley.

Patriotismo
Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria.
Mente sana en cuerpo sano.
Procuraré conservarme bueno, conservaré mi corazón y mi cabeza.

Patria libre

Dios ha de concederme bastante fortaleza para no descender a la tumba sin dejar a mi Patria libre, independiente y triunfante

Las ideas
Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atencion y atraen nuestras simpatias hacia los seres que las pronuncian.

Providencialismo

Los providencialistas son los que salvarán la Patria del infierno a que la tienen condenada los ateos, cosmopolitas y orcopolitas.

Justicia.

E1 buen dominicano tiene hambre y sed de la justicia ha largo tiempo, y si el mundo se la negase, Dios que es la Suma Bondad, sabrá hacérsela cumplida y no muy dilatado; y entonces, iay! de los que tuvieron oidos para oir y no oyeron, de los que tuvieron ojos para ver y no vieron...;la Eternidad de nuestra idea! porque ellos habrán de oir y habrán de ver entonces lo que no hubieran querido oir ni ver jamas.

Los libertos.

En lo que no estan de acuerdo nuestros libertos es en lo del amo que quieren imponerle al pueblo.

Trabajo.
Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos. Trabajemos, trabajernos sin descansar, no hay que perder la fe en Dios, en la Justicia de nuestra causa y en nuestros propios brazos.

Patriotismo

Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin Honor.
Aprovechar el tiempo
Aprovechemos el tiempo!.

Amistad.

Tienes amigos? Prepáralos, porque los días se acercan; procura que no se descarríen, pues va a sonar la hora de anularse para siempre, la hora tremenda del juicio de Dios, y el Providencial no será vengativo, pero si justiciero.

Enemigos de la Patria.
Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están todos muy acordes en estas ideas; destruir la Nacionalidad aunque para ello sea preciso aniquilar a la Nación entera .

Los orcopolitas.

No somos más que unos ambiciosos que independizamos nuestro pueblo por ambición y no tuvimos talento para hacer nuestra la riqueza ajena; mientras que ellos (los orcopolitas), son los hombres honrados y virtuosos pues han tenido la habilidad de hacerlo todo, hasta llamar al extranjero; muestra inequívoca de lo muy amado que serán por la justicia con que han procedido y procederán para con Dios y la patria y la libertad del dominicano.

La Ley.

Toda ley no declarada irrevocable es derogable y también reformable en el todo o en parte de ella. Toda ley no derogada clara y terminantemente, se considera vigente. La ley no puede tener, ni podrá jamás tener, efecto retroactivo. Ninguno podrá ser juzgado sino con arreglo a la ley vigente y anterior a su delito; ni podrá aplicársele en ningún caso otra pena que la establecida por las leyes y en la forma que ellas prescriban. Lo que la ley no prohibe, ninguna persona, sea o no sea autoridad, tiene derecho a prohibirlo. La ley, salvo las restricciones del derecho, debe ser conservadora y protectora de la vida, libertad, honor y propiedades del individuo. Para la derogación de una ley se guardarán los mismos trámites y formalidades que para su formación se hubieren observado. La ley es la regla a la cual deben acomodar sus actos, asi los gobernados como los gobernantes..

Poder.

Ningun poder en la tierra es ilimitado, ni el de la ley tampoco. Todo poder dominicano está y deberá estar siempre limitado por la ley y ésta por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho le pertenezca.

Soberanía

Toda ley supone una autoridad de donde emana, y la causa eficiente y radical de ésta es, por derecho inherente, esencial al pueblo e imprescriptible de su soberanía.

La delación

Se prohibe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade la traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.
Filantropía.
La Nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes sabias y justas la libertad personal, civil e individual así como la propiedad y demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen; sin olvidarse para con los extraños, a quienes también se les debe justicia de los deberes que impone la
filantropía.

Derechos y deberes La ley es la que da al gobernante el derecho de mandar e impone al gobernado la obligación de obedecer.

Autoridad ilegítima.

Toda autoridad no constituída con arreglo a la ley es ilegítima, y por tanto, no tiene derecho alguno a gobernar ni se está en la obligacidn de obedecerla.

La Nación.

La Nacion dominicana es la reunión de todos los dominicanos. La Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser jamás parte integrante de ninguna otra Potencia, ni el patrimonio de familia ni persona alguna propia ni mucho menos extraña.

Religión.

La religión predominante en el Estado deberá ser siempre la Católica, Apostólica, sin perjuicio de la libertad de conciencia y tolerancia de cultos y de sociedades no contrarias a la moral pública y caridad evangélica.

El proscripto

Arrojado de mi suelo natal por ese bando parri- cida que empezando por proscribir a perpetuidad a los fundadores de la República ha concluído por vender al extranjero la Patria, cuya independencia jurara defender a todo trance, he arrastrado durante veinte años la vida nómada del proscripto.

Vuelta a la Patria.

Sonó la hora de la gran traición... y sonó también para mí la hora de la vuelta a la Patria: el Señor allanó mis caminos.

Perseverancia.

No he dejado ni dejaré de trabajar en favor de nuestra santa causa haciendo por ella, como siempre, mas de lo que puedo; y si no he hecho ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en su obsequio, es porque nunca falta quien desbarate con los pies lo que yo hago con las manos.

Los traidores.

Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctima de sus maquinaciones.
Autoridad E1 Gobierno debe mostrarse justo y enérgico...o no tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni independencia nacional.
Nacionalismo.

Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda Potencia extranjera o se hunde la isla.
Los proteccionistas.

En Santo Domingo no hay más que un pueblo que desea ser y se ha proclamado independiente de toda potencia extranjera, y una fracción miserable que siempre se ha pronunciado contra esta ley, contra este querer del pueblo dominicano, logrando siempre por medio de sus intrigas y sórdidos manejos adueñarse de la situación y hacer aparecer al pueblo dominicano de un modo distinto de como es en realidad; esa fracción, o mejor diremos esa facción, es y será siempre todo, menos dominicana; así se la ve en nuestra historia, representante de todo partido antinacional y enemigo nato por tanto de todas nuestras revoluciones; y si no, véase ministeriales en tiempo de Boyer y luego rivieristas, y aun no habia sido el 27 de Febrero, cuando se le vió proteccionistas franceses y ms tarde anexionistas americanos y después españoles. Fe patriotica Ahora bién, si me pronuncié dominicano independiente desde el 16 de julio de 1838, cuando los nombre de Patria, Libertad Honor Nacional se hallaban proscriptos como palabras infames, y por ello merecí, en el año de 1843, ser perseguido a muerte por esa facción entonces haitiana, y por Riviére que la protegia, y a quien engañaron; si después, en el año de 1844 me pronuncié contra el Protectorado francés, decidido por esos facciosos, y cesión a esta Potencia de la Peninsula de Samaná mereciendo por ello todos los males que sobre mi han llovido; si después de veinte años de ausencia he vuelto espontaneamente a mi Patria a protestar con las armas en la mano contra la anexión a España llevada a cabo a despecho del voto nacional por la superchería de ese bando traidor y patricida, no es de esperarse que yo deje de protestar, y conmigo todo buen dominicano, cual protesto y protestaré siempre, no digo tan solo contra la anexión de mi Patria a los Estados Unidos, sino a cualquier otra potencia de la tierra, y al mismo tiempo contra cualquier tratado que tienda a menoscabar en lo más mínimo nuestra Inde- pendencia Nacional y a cercenar nuestro territorio o cualquiera de los derechos del Pueblo Dominicano.

Causa de la Patria.

Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre sera la causa del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre.

La generación venidera.

El amor de la patria nos hizo contraer compro- misos sagrados para con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la idea de aparecer ante el tribunal de la Historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes.

Concordia.

Sensible a la honra que acabáis de hacerme, dispensándome vuestros sufragios para la primera Magistratura del Estado, nada me será más lisonjero que saber corresponder a ella llenando el hueco de vuestras esperanzas, no por la gloria que de ellos me resultaría, sino por la satisfacción de veros, cual lo deseo, libres, felices, independientes y tranquilos, y en perfecta unión y armonía Ilenar vuestros destinos, cumpliendo religiosamente los deberes que habéis contraído para con DIOS, para con la PATRIA, para con la LIBERTAD y para con vosotros mismos.

Ser justos.

Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos.

La Política.

La política no es una especulación; es la Ciencia más pura y la máas digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencia nobles.

El buen ejemplo.

Lo poco o mucho que hemos podido hacer o hiciéramos aún en obsequio de una Patria que nos es tan cara y tan digna de mejor suerte, no dejará de tener imitadores; y este consuelo nos acompañará en la tumba.

La juventud.

Seguid, jóvenes amigos, dulce esperanza de la patria mía, seguid con tesón y ardor en la hermosa carrera que habéis emprendido y alcanzad la gloria de dar cima a la grandiosa obra de nuestra regeneración. políhca, de nuestra independencia nacional, única garantia de las libertades patrias. Dios, Patria y Libertad Seguid, repito, y vuestra gloria no será mejor por cierto que la de aquellos que desde el 16 de julio de 1838 vienen trabajando en tan santa empresa vajo el lema venerable de Dios, Patria y Libertad, que son los principios fundamentales de la República Dominicana.

Dominicanos y haitianos.

Entre los dominicanos y los haitianos no es posible una fusón. E1 pueblo haitiano Yo admiro al pueblo haitiano desde el momento en que, recogiendo las páginas de su historia, lo encuentro luchando desesperadamente contra poderes excesivamente superiores y veo cómo los vence y como sale de la triste condición de esclavo para cons- tituirse en nación libre e independiente. Le reconozco poseedor de dos virtudes eminentes, el amor a la libertad y el valor, pero los dominicanos que en tantas ocasiones han vertido gloriosamente su sangre, ¿lo habrán hecho solo para sellar la afrenta de que en premio de sus sacrificios le otorguen sus dominadores la gracia de besarles la mano?.

Proteccionismo.

Si los españoles tiene su monarquía española, y Francia la suya francesa; si hasta los haitianos han constituído la Republica Haitiana, ¿por qué han de estar los dominicanos sometidos, ya a la Francia, ya a España, ya a los mismos haitianos, sin pensar en constituirse como los demas?.

Demagogia.

Nada hacemos con estar excitando al pueblo y conformamos con esa disposición, sin hacerla servir para un fín positivo, práctico y trascendental.

La Cruz.

No es la cruz el signo del padecimiento: es el símbolo de la redención.
Bien general Puesto que el Gobierno se estableoe para bién general de la asociación y de los asociados, el de la Nación Dominicana es y deberá ser siempre y antes de todo, propio y jamás ni nunca de imposición extraña, bien sea ésta directa, indirecta, próxima o remotamente; es y deberá ser siempre popular en cuanto a su origen; electivo en cuanto al modo de organizarle; representativo en cuanto a su esencia y responsable en cuanto a sus actos.

Justicia

Ninguno podra ser juzgado en causas civiles y criminales por ninguna comisión, sino por el Tribunal competente determinado con anterioridad.

Retorno a la Patria

Si he vuelto a mi patria después de tantos años de ausencia, ha sido para servirla con alma vida y corazón, siendo cual siempre fui, motivo de amor entre todos los verdaderos dominicanos y jamás piedra de escándalo, ni manzana de la discordia. Las espinas y abrojos que le tocó vivir a JUAN PABLO DUARTE no le impidían que la poesia se anidara en su alma sensible para mitificar su existencia de sufrimientos y angustias. He aqui dos de sus hermosas inspiraciones dignas de

figurar en el parnaso más distinguido.

Unidad de las razas Los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando serenos, unidos y osados, la Patria salvemos de viles tiranos, y al mundo mostremos que somos hermanos.


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