III
LA IDEA DE QUE
PARA OBTENER
LA FELEICIDAD
DEBEMOS
PRACTICAR LA JUSTICIA
Vivir en paz y obtener felicidad es una vieja aspiración del pueblo dominicano y de la humanidad en general.
Pero los sueños se realizan trabajando, cumpliendo deberes y haciendo respetar nuestros derechos. Como lo dice una Encíclica de nuestro tiempo:
“El que quiera lograr la paz tiene que trabajar por la justicia”.
El principio de la justicia como base de la felicidad es uno de los mejores frutos del pensamiento de Juan Pablo Duarte:
“Sed justos, lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre; y sed unidos, y así apagareis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro: el veros libres, felices, independientes,
y tranquilos”
(Carta a los habitantes de Puerto Plata. 1844).
En la sociedad dominicana de hoy, donde el capitalismo impone una ideología donde impera el ventajismo y “la ley del mas fuerte”...
Donde los interese de unos chocan con los intereses de otros...
Donde existen en el seno del pueblo tantas contradicciones innecesarias: entre vecinos, entre hombres y mujeres, entre empleados y contribuyentes...
Donde hay tanta desunión, hasta entre los mismos imperialistas...
Debemos recordar la necesidad de ser justos para ser felices.
Y levantar ese principio conociendo en que consiste la justicia para Duarte:
No este conjunto de aparatos desacreditados llamados Tribunales, cortes, Juzgado, etc.
Es una relación social que Duarte la define así:
“Todo poder esta y deberá estar siempre limitado por la ley y esta por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho pertenezca”
( Carta 13 de su proyecto de Constitución )
IV
LA IDEA DE QUE
ES PRECISO
CONSERVAR
LA CALIDAD
DEL PENSAR, SENTIR Y ACTUAR
La degeneracion cultural es una de las grandes consecuencias producidas por el capitalismo dependiente: Pandillerismo, drogadicción, corrupción Administrativa, prostitucion, Insensibilidad, Alcoholismo, Extranjerizacion, Juegos de Azar, Vagancia, Ostentación... son solamente algunos de los desastrosos resultados morales producidos por un sistema cuya suprema ley es la ley de la ganancia.
Aunque la regeneración de nuestra sociedad implica destruir sus raíces estructurales, esa destrucción no será posible si al mismo tiempo no libramos una lucha contra esos vicios y por la moralización del ser humano.
Y nosotros los dominicanos estamos favorecidos por haber tenido un fundador de la Republica que enarbolo principios como estos:
“Procurare conservarme bueno, conservare mi corazón y mi cabeza”
“Aprovechemos el tiempo”
“Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio,
hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de
la patria( carta a Félix Maria del Monte. 1865)
Los medios masivos de comunicación de hoy son una fuente permanente de invitaciones a la conformidad, al consumo y al relajo. Son fuentes de chismes, argumentos y composiciones que motivan la desunión del pueblo, o por el contrario, invitan a la unión de los dominados con sus dominadores.
Es importante, por eso, levantar los principios de conservar una calidad en el pensar, el sentir y el actuar, que conlleven el aumento de cualidades como estas:
Unidad, Conciencia, Organización, Combatividad, Disciplina.
“Los blancos, morenos,
cobrizos, cruzados,
marchando serenos,
unidos y osados,
la patria salvemos
de viles tiranos,
y al mundo mostremos
que somos hermanos”.
Igual llamado a la unidad patriótica que contienen esos versos de Duarte aparece también en muchos de sus escritos, sobre todo acompañados de un desprendimiento que multiplica su calidad humana:
“Si he vuelto a mi patria después de tantos anos de ausencia ha sido para servirla con alma, vida y corazón, siendo cual siempre fui motivo de amor entre todos los verdaderos dominicanos y jamás piedra de escándalo, ni manzana de discordia”
(Carta al Gobierno Restaurador.Abril, 1864)
Frente a esta tendencia a la vagancia fomentada por el desempleo y la cultura de la pobleza...
Frente a este facilismo politico que pretende conseguir el disfrute de los Derechos Humanos haciendo una union de jefes, o votando una vez cada cuatro anos, se impone enarbolar esta calidad humana que nos llama a trabajar:
“Tu escribe t trabaja bastante, y trabajemos quise decir, por y para la Patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos. Si, caro amigo, trabajemos sin descansar; no hay que perder la fe en Dios, en la justicia de nuestra causa, y en nuestros propios bríos, pues nos condenaríamos por cobardes a vivir sin patria, que es lo mismo que vivir sin honor” ( carta a Felix Maria del Monte. 1865)
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