lunes, 7 de enero de 2008

MEDIO AMBIENTE








Los Biocombustibles.

Ante de conceptualizar sobre este tema, queremos significar que Saberes Permanentes no es un espacio de opinión, sino un espacio meramente educativo, el único propósito es, mantener una relación armoniosa con nuestros lectores, que las informaciones educativas que publicamos en este espacio sea de formación, aclaramos no tenemos ningunas intenciones partidaristas, solamente tomamos una posición clara y recta a nivel ecológica, relataremos todos los análisis Y debates sobre el tema de los combustibles y ustedes como lectores, sacaran sus conclusiones. Después de este aclarando, es pertinente comenzar con la definición de biocombustible.

¿Qué es un biocombustible?
Es un combustible de origen biológico, pero se tiende a definir biocombustible a un combustible de origen biológico obtenido de manera renovable a partir de restos orgánicos.
Esta fue la primera fuente de energía que conoció la humanidad. La madera o, incluso los excrementos secos, son biocombustibles.

Toda sustancia susceptible de ser oxidada produce energía.
Es un sistema que respeta el medio ambiente, pues no hay un aumento neto de gases de efecto invernadero.

Casi cualquier sustancia orgánica líquida o gasificable puede ser utilizada en un motor de explosión interna con la apropiada maquinaria. Utilizar estos combustibles alternativos en nuestros motores sería más sencillo que la utilización de H2 (hidrógeno) que se basa en una tecnología totalmente distinta.

Los motores que llevan nuestros coches son de dos tipos. De ciclo OTTO y de ciclo diesel. En el primero, normalmente, quemamos gasolina y en el segundo,
gasóleo, pero pueden ser capaces de quemar otros tipos de combustibles como alcohol en el OTTO, y ésteres grasos o incluso aceites vegetales en el diesel.
Con los precios del barril del petróleo por las nubes se está mirando con otros ojos éste tipo de biocombustibles, que parecen muy atractivos a los ojos de gobiernos e inversores. Así, la ley del 2005 sobre política energética de los Estados Unidos
propone la producción de 30.000 millones de litros de etanol y biodiésel para 2012, lo que representaría casi un 6% de las necesidades totales de combustible para el transporte del país. Para el primer caso del ciclo OTTO siempre se puede utilizar alcohol etílico. De hecho, un pequeño porcentaje puede ser añadido directamente a la gasolina corriente. En algunos modelos japoneses de motores un sensor detecta qué porcentaje de alcohol y gasolina hay en la mezcla y ajusta en tiempo real la cantidad que hay que inyectar. De este modelo seguido se puede utilizar cualquier proporción alcoholgasolina que se desea.


Los primeros logotipos de motores tipo OTTO funcionaban con alcohol así que no es una idea realmente nueva. Además la quema de alcohol contamina muchísimo menos que la gasolina. En Estados Unidos, por ejemplo, se añade alcohol de maíz como aditivo en las gasolinas corrientes con el fin de reducir la contaminación.
El alcohol puede proceder del maíz (como en .EE.UU.) o de la caña de azúcar (Brasil). Sería interesante obtener azúcar de la misma celulosa, ya que la celulosa no es más que una larga cadena de "eslabones de glucosa". De este modo, la mayoría de los residuos vegetales, serían susceptibles de ser transformados en azúcar y luego mediante fermentación obtener el alcohol destilando el producto obtenido. Según el Nacional Resources Defense Council (NRDC) esta vía de obtención de combustible produciría un 30% de las necesidades de combustible para2050.

Aún se puede reducir el coste del proceso si en lugar de utilizar dos pasos, se emplea uno solo en el que se utilicen microorganismos genéticamente manipulados que puedan obtener directamente la energía de las células y producir así etanol.
Se han descubierto procesos para la producción de etanol a través de celulosa tratando previamente la materia vegetal que rebajan a la mitad de precio utilizando amoniaco líquido. El proceso de destilación es energéticamente costoso y se investiga a la producción directa de biodiésel basados en derivados del azúcar a partir de celulosa. Se investiga a demás cómo reducir la complejidad del proceso.
Además del biodiésel mencionado anteriormente se viene fabricando otro biodiésel a partir de aceites vegetales para ser utilizado en este tipo de motores.

Como aceite de partida se puede utilizar todo tipo de aceites o grasas. Es típico emplear aceites provenientes de fritura utilizados en restaurantes de comida rápida, como por ejemplo McDonald’s.

Como en estos sitios siguen un protocolo estricto de uso sobre estas sustancias, el material resultante suele ser muy homogéneo, y por tanto, más susceptible de ser transformado en biodiésel de forma fácil y sencilla.

La utilización directa de un aceite vegetal en un motor diesel es posible, pero hay que introducir modificaciones en el motor. Uno de los inconvenientes de estos aceites es que se congelan a temperaturas moderadamente bajas. El sistema más habitual para transformar estos aceites es la esterificación.

hay empresas encargadas de reciclar aceites vegetales usados para transformarlos en biodiésel que luego venden a las petroleras. La principal ventaja de este combustible es la baja emisión de compuestos de azufre.
Se trata de una nueva oportunidad industrial compatible con la ecología, que
Permite una transición energética.

BP Y LA DUPONT

Bienvenido


Trabajando juntos, dos líderes mundiales están creando la próxima generación de los biocombustibles.

DuPont y BP han creado una asociación. Trabajando juntos vamos a crear un futuro más brillante para los combustibles renovables. Desde 2003, las dos empresas han venido desarrollando con propiedades avanzadas de los biocarburantes que pueden ayudar a superar las limitaciones de los actuales biocombustibles. La estrategia es entregar los biocarburantes avanzados que se preste mejor las opciones para la ampliación de los suministros de energía y acelerar el paso a combustibles renovables, el transporte, que en general menores emisiones de gases de invernadero. Nuestro primer producto - biobutanol - será presentado a finales de 2007. Esto es sólo el principio.

"Entregando soluciones que reducen el mundo de la dependencia de los combustibles fósiles es un imperativo mundial. Biobutanol tiene un potencial enorme para la entrega de soluciones en el corto plazo."
-- Charles O. Holliday, Jr, Presidente de DuPont y Funcionario Ejecutivo Principal

"El mundo necesita nuevas tecnologías para mantener un suministro adecuado de energía para el futuro. Biociencia Creemos pueden traer enormes beneficios para el sector de la energía."
-- Lord Browne, jefe ejecutivo de BP grupo
Obtenga más información sobre el proceso de biobutanol. Haz clic aquí.
. Click here.



LA OTRA CAMPANA

BIOCOMBUSTIBLES

Cuanto más lo pienso, más estoy en contra de los Biocombustibles

Martin Varsavsky
Enero 2007


En El País de ayer se publicó una nota sobre el impacto en el mercado alimentario de la apuesta de EE UU por los biocarburantes. A raíz de esta noticia y retomando un comentario que publiqué anteriormente en este blog, me gustaría comentarles algunas de las consideraciones que tan bien resume la organización ecologista Acción Ecológica en su informe "Entendiendo el debate sobre biocombustibles", realizado con el apoyo de la organización humanitaria holandesa HIVOS.

Básicamente, mi objetivo es explicar en manera más detallada por qué luego de leer más y más sobre el tema he llegado a la conclusión de que estoy en contra de los biocombustibles. El resumen del argumento es que la ventaja del ocasional uso planetario del biocombustible es mínima mientras que el daño que le hará a la lucha contra el hambre es muy grande. Muchos conocemos la historia de que una vaca en Europa "gana" más dinero que una persona en África. Como veremos la historia del biocombustible es algo parecida. Ahora eso si, los terratenientes argentinos y de países exportadores de comida pueden empezar a celebrar el boom de los biocombustibles porque con ellos tienen garantizado un buen precio para sus cultivos.

El argumento:

Los automóviles son los principales causantes del efecto invernadero o cambio climático, pero dado que es muy difícil reducir su uso, los biocombustibles están teniendo un auge sin precedentes como alternativas viables de combustibles más sustentables que los derivados del petróleo. Entre estas nuevas opciones se encuentra el etanol (también conocido como alcohol etílico o de grano); o bio- etanol, para distinguirlo del alcohol sintético se obtiene de petróleo crudo, gas o carbón.

El bioetanol se produce principalmente a partir productos ricos en sacarosa como la caña de azúcar, la melaza y el sorgo dulce, siguiendo un procedimiento similar al de la cerveza: los almidones son convertidos en azúcares, los azúcares se convierten por fermentación en etanol, el que luego es destilado en su forma final. También puede producirse a partir de fuentes ricas en almidón como cereales (maíz, trigo, cebada, etc.) y tubérculos (yuca, camote, papa), aunque con un proceso más caro y complejo. La producción de bioetanol podría incluso realizarse a partir de materias primas ricas en celulosa, como los desechos agrícolas y forestales. Sin embargo, la conversión de la celulosa en azúcares fermentables es un proceso aún más complejo y costoso que hace que la obtención de etanol a partir de desechos no sea rentable por ahora.

Actualmente, la producción de bioetanol a partir de cultivos ricos en sacarosa y almidón registra un desarrollo sin precedentes. Y es que el producto presenta claras ventajas: es limpio y renovable; ayuda a reducir las emisiones de carbono y permite conservar (y no depender de) las reservas de combustibles fósiles; es barato cuando es producido de forma eficiente; es versátil y puede sustituir la gasolina en automóviles con motores adaptados para más de un tipo de combustible o se mezcla con gasolina en motores convencionales (Brasil, por ejemplo, lo emplea como "hidro-alcohol" - 95% etanol - o como aditivo de la gasolina - 24% de etanol ).

Sin embargo, el bioetanol tiene un importante y silencioso costo social: la propagación de los monocultivos en desmedro de la producción para la alimentación humana. Como bien explica Acción Ecológica: "Aunque se puedan obtener biocombustibles a partir de algunos productos nativos para resolver los problemas energéticos a nivel local, el problema es la escala. Para suplir las necesidades energéticas globales e impactar de manera efectiva en reducir el calentamiento global, se necesitarían millones de hectáreas de tierras agrícolas y la incorporación de otras tantas a costa de ecosistemas naturales, lo que repercutiría en la soberanía alimentaria de los pueblos".

Pero quizás resulta más claro citar el análisis de Lester Brown, Director del Instituto de Políticas de la Tierra de la Universidad de Columbia, y fundador del WorldWatch Institute: "para llenar el tanque de un automóvil de 25 galones con (bio) etanol, se necesita una cantidad de granos suficientes para alimentar a una persona por un año. Para llenar ese tanque por dos semanas, se podrían alimentar a 26 personas durante un año".

Lo complicado que los países europeos, en su afán por cumplir con sus obligaciones dentro del Protocolo de Kyoto, están empeñados en cambiar sus sistemas energéticos a base de combustibles fósiles, por biocombustibles; pero su producción no les da abasto y han visto en los biocombustibles una posibilidad de seguir manteniendo su estilo de vida, sin incrementar sus emisiones de gases invernaderos. Sin embargo, en Europa no existen tierras suficientes para la producción de la cantidad de biocombustibles que se necesita, por lo que se han planteado la importación de los mismos.

Y aunque Estados Unidos tiene suficientes tierras agrícolas, los consumos de energía son tan altos, que también van a necesitar importar. ¿De dónde van a venir estos biocombustibles? Pues de regiones como América Latina, Asia y África - justamente aquellas que tienen más necesidad de alimentos.

La expansión del uso del bioetanol implica que en los países más pobres las tierras de vocación agrícola que al momento son usadas para la producción de alimentos sean utilizadas para la producción de cultivos para la producción de combustibles. Como describe Lester
Brown, "nos enfrentamos a una competencia entre los 800 millones de conductores que quieren proteger su movilidad y las 2.000 millones de personas más pobres del mundo que quieren sobrevivir".

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Biocombustibles: Un Atentado Contra el Medio Ambiente
Enviado el miércoles, 27 de septiembre de 2006 11:41

Ya nos lo temíamos unos y otros. La FAO, la UE, España, y con toda seguridad, muy pronto los “Bonos” relacionados con el mercado generado por el Protocolo de Kyoto extenderán el “cultivo de biocombustibles”. No podemos más que llamar la atención sobre el atentado ecológico que tal hecho puede significar. No damos crédito a tan desatinada iniciativa. No comprendemos como los científicos permanecen impasibles y algunos movimientos ecologistas alaban tal iniciativa. La economía globalizada ha llegado a un punto en donde, poner un parche aquí, significa que aparezca un agujero allá. Veamos que ocurre. ¿Por qué el cultivo de carburantes significará un grave delito ecológico?
Sinceramente, es difícil entender que actitudes tan timoratas sean aceptadas, sin tener en cuenta sus posibles consecuencias sobre el medio ambiente. Como veréis en el siguiente enlace, todo se reduce a una economía de mercado. Que no vendan motos. Tal medida no mejorará la degradación del medio ambiente, sino que la empeorará. Tampoco propiciará el descenso del CO2 atmosférico, como analizaremos seguidamente. Finalmente, tal furor por el “biofuel” quizás beneficie a la macroeconomía de algunos países latinoamericanos (y de los denominados en vías de desarrollo), empero afectará negativamente a la salud pública y el ambiente de tales países, a la vez que propiciará la deforestación de nuevas tierras aun vírgenes, como las del Amazonas. Más aún, puede llegar a inducir a mayores tasas de pobreza.

En primer lugar, todo lo subvencionado es más caro de lo que parece. Pagamos por los subsidios que acompañarán a tales iniciativas y luego por los propios carburantes. Pero desde el punto de vista ecológico las consecuencias serán funestas.

Tras el abandono de tierras, España comenzó a revegetarse naturalmente, secuestrando carbono de la atmósfera. Ya abundaremos sobre el tema. Tan solo adelantar que nuestros matorrales son mejores captadores de carbono atmosférico que las repoblaciones forestales y, por supuesto, que los cultivos. La puesta de tierras abandonadas en cultivo, o la reconversión de otras, afectará negativamente al mayor sumidero de carbono terrestre, es decir a los suelos ¿O es que también vamos a llegar a proponer cultivos orgánicos para los de combustibles, e incrementar más aun los costes de producción (que pagarán los ciudadanos, por supuesto)? Eso sí, en un momento en el que este país iba a sufrir un drástico descenso de las ayudas comunitarias a la agricultura (por haber entrado nuevos socios del este, más pobres) se ha encontrado un nuevo “chollo” Insistimos, todo se reduce a una economía de mercado.

Alcanzar altos rendimientos significará, incrementar los insumos de fertilizantes y plaguicidas, empeorando la contaminación de suelos y aguas, justamente lo opuesto de lo que pretende la recientemente anunciada Directiva Europea de Protección de suelos. Toda una contradicción de nuestros sabios políticos de Bruselas. Del mismo modo, producciones rentables implicarán el riego, es decir el consumo de agua destinada a la agricultura. ¿Tenemos o no tenemos un grave problema en lo concerniente a nuestros escasos recursos hídricos, o no? Pues dicho problema se agravará: biocombustibles a cambio de un menor secuestro de carbono y mayores emisiones de CO2 desde el ámbito rural (puesta en labranza implicara el descenso de la materia orgánica de los suelos, que retornará en forma gaseosa a la atmósfera), contaminación y escasez de agua. ¿Respecto a la salud pública que? Ya abundaremos sobre el tema en otros post.

¿Y en el caso de los países Latinoamericanos? ¿Cual será el efecto? Si utilizamos los “bonos de carbono” en el fomento de la agricultura de biocombustibles, como moneda de cambio con vistas a que las industrias de los países ricos sigan emitiendo CO2 a la atmósfera, estaremos estafándoles y convirtiendo en humo (que no en humus) el espíritu del ya paupérrimo protocolo de Kyoto. Los problemas de salud pública generados por la agricultura y el riego con aguas residuales comienzan a ser trágico en algunos países como es el caso de México (abundaremos sobre este hecho en otro post). No albergo la menor duda que empresas especuladoras de los países ricos, que explotan los recursos de los pobres de una manera indecorosamente contaminante (como petroleras, de recursos mineros, etc.), tendrán más razones para seguir presionando a unos gobiernos de por sí débiles (que son capaces de todo con tal de salvar sus deudas externas con los ricos, como ya ocurre), con vistas a seguir su deforestación. En mi tierra tal práctica se denominaba “usura”. Ya me tendrá que explicar alguien como afectará también esta expansión demencial a la precaria alimentación ya crónica de ciertos Estados, en donde la población rural carece de casi todo.

¡No!. No lo duden, nos venden como ambiental lo que es anti-ambiental. Todo por salvar una economía no es sustentable. Todo para que las industrias de los estados ricos sigan emitiendo CO2. Todo porque no quieren enfrentarse a un nuevo modelo económico que no sólo beneficie a los ricos y repercuta también sobre los más desheredados. O realmente alcanzamos tal modelo global basado en el medio ambiente y un reparto más equitativo de la riqueza, o el actual acabará con todos nosotros.

Obviamente no todos los biocombustibles derivarán de la agricultura. Empero el reciclado de aceites y otras fuentes de residuos no parece que vayan a significar más que un ínfimo prechantaje del “biofuel” requerido. Nos encontramos pues ante otra estrategia de marcado que miente a los ciudadanos, intentando venderles “gato por liebre”: la degradación del suelo y su papel en el secuestro de carbono como algo ecológico y natural. ¡Mentira y de las más viles! No tenemos más remedio que comenzar a explicar que los suelos almacenan y pueden aún hacerlo mucho mejor, más carbono que la biomasa de la biosfera. Hay otras formulas para descender las emisiones de gases de efecto de invernadero, pero esta es de la más perversa. Al menos con la energía atómica, el ciudadano medio sabía los intereses económicos que andaban detrás de tal iniciativa. Ahora se trata de desconcertarle, por no decir engañarle.

No hemos terminado, acabamos de empezar.

Juan José Ibáñez
Dr. en Ciencias Biológicas y Científico Titular del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CSIC-Universidad de Valencia). Ha representado durante muchos años a España en el Buro Europeo de Suelos y la Agencia Europea de Medio Ambiente. También colabora asiduamente con la FAO en materia de suelos. Sus campos de especialización son la ecología del paisaje, edafodiversidad y la aplicación de ciencias de la complejidad a la edafología. Ahora también la divulgación científica.

Amigos lectores sus conclusiones son validas.


Seguiremos con este tema..

Agradecemos: El País.


Martín Varsavsky


Juan José Ibañez


Blogs: Un Universo invisble bajo nuestros pies.

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