jueves, 15 de abril de 2010


















Al lado de Pudovkin, Eisenstein y Vertov podemos mencionar también a Tarkovsky. Nadie lo duda. Pero sólo unos pocos (ya no tan pocos, espero) cinéfilos reconocen detrás de estos nombres a los grandes realizadores rusos de todos los tiempos. El primer largometraje de Tarkovsky, La infancia de Iván (1962), obtuvo el León de Oro en el Festival de cine de Venecia y supuso el reconocimiento internacional a una incipiente carrera. Una trayectoria que, con el tiempo, se reveló esencial y catapultó a los anales de la Historia del séptimo arte a un genio y magnífico poeta visual. Recuerden joyas tan indiscutibles, atípicas y densas conceptualmente como El espejo, Stalker y El sacrificio. Queremos presentar un cineasta de gran valía para la nueva generación, y así, evitar el olvido la indiferencia o la incomprensión que ha sufrido este artesano de la cinematografía rusa y de sus obras.


Visionemos una de sus grandes obras ·· La Infancia de Ivan··

El primer filme de Tarkovsky narra cómo Iván, un niño ruso de fuertes convicciones, se embarca en una complicada misión contra los nazis. Como todos las obras del director ruso, es un relato complejo y visualmente fascinante, pero uno no puede dejar de sentir ciertas reservas ante la artificiosidad de la narración, palpable tanto en el formalismo "de vanguardia" como en las pretensiones del mensaje. Escenas como la de Iván corriendo por el agua resultan, no obstante, estremecedoras.


la infancia de Ivan (andrei tarkovsky )


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