El actor y director estadounidense, ganador de tres Oscar, trabajó en casi 60 películas y dirigió seis largometrajes · Desde que supo que padecía cáncer terminal de pulmón quiso pasar sus últimos días en su casa.
El actor
Paul Newman, protagonista de películas inolvidables como
Dos hombres y un destino y
El color del dinero, ha muerto este sábado como consecuencia de un cáncer de pulmón a los 83 años de edad, según informó
Newman's Own Foundation.
Se fue esa
irresistible sonrisa, ese brillo único en los ojos azules y ese pelo tan perfectamente despeinado. Mientras Hollywood llora a
Paul Newman, al igual que sus fans en todo el mundo, queda claro que fue no sólo una estrella, sino una persona modelo, siempre cortés, leal e inteligente sin tintes de malcriado o veleidoso.
Casado con la misma mujer durante más de 50 años ("¿Por qué ir a buscar una hamburguesa cuando tienes una chuleta en casa?", afirmó cierta vez), y protagonista de numerosos films de culto, Newman vivió durante décadas en la pequeña ciudad de Westport (Connecticut), y
su carrera jamás se vio enturbiada por ningún escándalo.
Por el contrario, los únicos titulares que la prensa
rosa le dedicó fueron por su filantropía. El actor
donó para fines benéficos todos los beneficios después de impuestos de la compañía alimenticia que fundó en 1982.
El total de las contribuciones de la línea de aderezos de ensaladas, chips y salsas de Newman llegó a más de
220 millones de dólares, y donó además millones de su fortuna personal.
Un mito del cineNacido en una familia formada por un próspero padre judío y una madre húngara católica el 26 de enero de 1925 en Shaker Heights, Newman fue apoyado desde joven en sus ambiciones actorales y
debutó con 7 años en una obra escolar. Sirvió como artillero de cola en el Pacífico en la Segunda Guerra Mundial y luego estudió actuación en la Universidad de Yale.
Siguió preparándose con estudios en el aclamado
Actors Studio de Nueva York, y el magnetismo de su personalidad lo inundaba todo apenas aparecía en la pantalla. Fue uno de los pocos actores capaces de sobrevivir a la transición del cine naif de los años 50 al realismo de los 60 y 70.
Su primer papel importante fue como el boxeador Rocky Graziano en
Marcado por el odio (1956), seguido por su dúo con Elizabeth Taylor en
La gata sobre el tejado de zinq en 1958, papel por el que fue nominado a un Oscar.
En 1960 encarnó a un pionero sionista en
Éxodo, y luego a un joven jugador de billar en
El buscavidas, un cowboy sin corazón en
Hud y un adorable pero rebelde prisionero en
La leyenda del indomable tres papeles estos últimos por los que también recibió una nominación al Oscar
.Pero su interpretación más famosa le llegó junto a
Robert Redford en
Dos hombres y un destino en 1969, película en la que los dos íconos de Hollywood encarnan a dos bandidos legendarios. Ambos repitieron juntos en 1973, con
El golpe.Volvió a ser nominado al Oscar en 1981 por encarnar al hijo de un gánster acusado falsamente en
Ausencia de malicia, pero tuvo que esperar hasta 1986 para llevarse finalmente una estatuilla dorada con su papel de Fast Eddie
-de
El buscavidas- en la remake
El color del dinero, de
Martin Scorsese.Su última aparición cinematográfica fue en 2002, en la película de
Sam Mendes Camino a la Perdición, por la que estubo nominado a los Oscars el mejor actor secundario. Luego dobló a uno de los coches de la película de dibujos animados
Cars.Su otra gran pasión: los cochesAl margen de las películas, la filantropía y la familia, las otras grandes pasiones de Newman fueron las causas liberales y las carreras de coches, que según afirmaba eran
"la única cosa" en la que creía tener talento.
Sus fans no estarían de acuerdo. Pero el talento de Newman para la actuación era tan natural que nunca fue del todo consciente de su enorme don. Atribuía su enorme éxito a una serie de sencillas reglas: "Estudia tus fuerzas y conoce quién eres y qué tienes de especial", dijo cierta vez.
Y añadió: "Descubre qué hace cada uno en un set de filmación, pregunta y escucha. Asegúrate de vivir la vida, lo que significa no hacer cosas para conseguir celebridad, y devuelve algo positivo a nuestra sociedad".
Martin Scorsese.
Fuente: Diario de Sevilla.es
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