Uno de los más importantes desafíos que enfrenta la comunidad internacional hoy es como librar al mundo de la intolerancia - un flagelo que puede acarrear consecuencias fatales, como lo ha demostrado la historia muy a menudo. A medida que la transformación de nuestras sociedades - a través de la globalización, las migraciones y la movilidad sin precedentes- continua trayendo a la luz preguntas fundamentales acerca de la habilidad de la gente para convivir, la ignorancia y el miedo hacia el "otro" siguen siendo explotadas para fomentar el odio y justificar la exclusión. Dado que no existe prácticamente un sólo rincón del mundo que no esté caracterizado por la diversidad, el aumento de la intolerancia representa una amenaza universal para la democracia, la paz y la seguridad.
Es por esto que, más de 50 años después de que los firmantes de
La tolerancia es mucho más que la coexistencia pacífica de culturas diferentes. Es una actitud activa y positiva, inspirada en el reconocimiento de y el respeto hacia los derechos y libertades de los demás. Esto significa que la preocupación por los demás debe prevalecer por encima de la insensibilidad y el desprecio, y que un esfuerzo por conocer al "otro" tome el lugar de la ignorancia, del prejuicio ciego y de la discriminación. Significa el ejercicio vigilante de una ética de responsabilidad, preocupada por la integridad del ser humano y sustentada en nuestra lealtad hacia una humanidad digna de tal nombre. Más que una virtud moral, es un ejercicio razonado a través del cual podemos definir, juntos/as, mediante el diálogo, los intercambios y la aceptación de la diferencia, los valores en los cuales deseamos cimentar nuestra existencia.
En el Día Internacional para
ONU / UNESCO
Mensaje del Secretario General con motivo del Día Internacional para
16 de noviembre de 2008
La tolerancia es la base de la comprensión y el respeto mutuos. Es una concepción de la vida que permite que florezca la rica diversidad de culturas del mundo. Es también la piedra angular de nuestros esfuerzos por fomentar la armonía mundial. Como se señaló en
La promoción de la tolerancia es especialmente importante en esta época de rápido aumento de la globalización, la movilidad y la interdependencia. La diversidad es un activo de inestimable valor, pero es también posible fuente de tensiones. La tolerancia puede contribuir a evitar conflictos, puede ayudar a impedir que aparezcan teorías de superioridad racial o cultural y puede ayudar a las sociedades a superar progresivamente arraigados prejuicios y estereotipos negativos.
La tolerancia no debe confundirse con la claudicación o la condescendencia. La auténtica tolerancia significa apertura, curiosidad y comunicación. La tolerancia va de la mano del conocimiento y la comprensión. La educación es una de las mejores formas de prevenir la intolerancia, pues pone de manifiesto las semejanzas entre las personas y fomenta un sano respeto de las diferencias.
La tolerancia tampoco debe confundirse con la indiferencia. Ser tolerante no significa ser pasivo frente al racismo, la xenofobia o la exclusión ni guardar silencio cuando las minorías, los refugiados, los trabajadores migratorios y otros grupos vulnerables sufren abusos. La tolerancia nos exige a todos que actuemos y salgamos en defensa de todas las personas privadas de sus derechos y libertades fundamentales.
En el Día Internacional para
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La tolerancia es un valor que se aplica a partir de que se ha cometido una falta, de que se rebasó un límite.
Debemos entender que no todo es perfecto, empezando por nosotros mismos. Parte del proceso de una vida exitosa y feliz es buscar siempre lo mejor; pero en ese proceso, por diferentes circunstancias surgen fallas, errores, omisiones. Y debemos aprender a valorar la gravedad de una falta para sancionarla o no.
Ser tolerantes no es dejar pasar una falta porque sí, es hacerlo, concientes de que no ocasiona un daño considerable, o porque el sancionar dicha falta puede producir un daño mayor que la misma falta, o porque puede impedir un beneficio.
En determinada situación, una llamada de atención y un consejo pueden ser más útiles para una persona que ha cometido un ilícito que un castigo más estricto.
Pero debemos ser muy cuidados con su aplicación. Si no hay claridad de lo que está bien y lo que está mal, si no hay los elementos convenientes para la mayoría de los que conforman una sociedad, la tolerancia se vuelve una herramienta de la que se abusa y por lo tanto causa problemas.
La tolerancia es necesaria para no vivir de una manera rígida en exceso; pero si vamos acumulando demasiadas tolerancias podemos relajar las reglas, y al ver los resultados que pueden estar causando, pretendemos remediar el daño yéndonos al otro extremo: cero tolerancia. Esto también puede ocasionar graves conflictos.
A veces justificamos nuestra intolerancia diciendo que estamos siendo justos. Otras veces aceptamos ilícitos diciendo que debe haber tolerancia. A veces por intolerancia se llegan a cometer crímenes, y otras por tolerancia se cometen.
Mientras existan menos situaciones que requieran de tolerancia significará que hay mayor orden, mayor observancia de las leyes, mayor respeto. Mayor utilización de los diversos valores que nuestra sociedad contempla.
Muchas veces es a través de la tolerancia que podemos llegar a un mismo punto, podemos llegar a coincidir. Cuando no hay tolerancia se hace más difícil el diálogo y podemos estar tratando ya no de encontrar la verdad sino de tener la razón a toda costa. Por otra parte el que toleremos alguna situación que está mal, de ninguna manera significa que podamos tolerar el mal.
Para convivir en armonía no puedes ser demasiado estricto, pero debes ser muy prudente con la tolerancia ya que si no tienes cuidado en su utilización, te parecerá normal aceptar faltas o excesos mayores. Debes tener bien clara tu escala de valores para determinar hasta donde puedes, y si es que es debes tolerar algo.
Del libro Hacia un mundo feliz… HOY, de Gerardo Paz
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