Urbes de todo el planeta han asumido diversas medidas para reducir sus emisiones de CO2 y luchar contra el cambio climático.
Londres, Copenhague, Adelaida, Phoenix o Vancouver se han propuesto disminuir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2). Para ello, estas "ciudades de bajo carbono", cada vez más numerosas en todo el mundo, asumirán medidas de apoyo a las energías renovables, las tecnologías ecológicas o el urbanismo sostenible. Los expertos explican que estas iniciativas, además de luchar contra el cambio climático, aumentarán los puestos de trabajo "verdes" y reducirán la dependencia de unos combustibles fósiles que se agotan.
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