viernes, 30 de diciembre de 2011

CINE CON VALORES MORALES Y FAMILIARES









DEDICADO A MI AMIGO, HILARION YSALGUEZ

La película construye en forma de evocación -con exquisitas pinceladas elegíacas, dignas de Jean Renoir o de John Ford- un intenso y crucial año, de la vida de un niño verídico.- un muchacho neoyorquino que se llama Josh Waitzkin -ahora tiene 14 años- cuando a los siete se rebeló de pronto como un superdotado jugador intuitivo de ajedrez.
Con esta sencilla materia, el guionista Zaillian trenzó y puso en bandeja al director Zaillian una construcción primorosa. Apoyado -y esto no puede ser casual- ni más ni menos que por el gran Sidney Pollack, aquí en funciones de productor ejecutivo, se atrevió a ponerla en imágenes por sí mismo, con -un cuadrángulo de formidables intérpretes -Joe Mantegna, Ren Kingsley, Joan Allen y Laurence Fisliburene-, cuyo centro geométrico está ocupado por un quinto rostro, el de Max Bomeranc, un niño de ocho años al mismo tiempo actor excepcional y ajedrecista de un gran talento precoz.
El quinteto es todo un lujo para los ojos, un alarde de talento colectivo en la composición del reparto. Y el resultado es una indagación poética de primer orden dentro del misterio de la formación de la identidad de un niño y dentro de las aguas profundas donde se desliza como un pez el enigma del despertar de la inteligencia humana, del instinto de la creación y del talento.





Agradecimiento a GOOGLE FILM.

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