lunes, 26 de diciembre de 2011

ECOLOGIA

Pese al fracaso de Durban, la lucha contra el cambio climático avanza por parte de la sociedad civil

La COP17, celebrada en Durban, ha constatado una vez más la incapacidad de los gobiernos para hacer frente a los problemas que ya está ocasionando el cambio climático. El aplazamiento hasta 2020 de la entrada en vigor de políticas más ambiciosas revela que los líderes políticos no han entendido la urgencia con la que se debe actuar.


La sociedad civil, sin embargo, está poniendo en marcha medidas para luchar contra el cambio climático, consciente de que la “prima de riesgo ambiental” supone una gran amenaza.
Los indicadores de insostenibilidad ambiental crecen en todo el planeta. El accidente de Fukushima en Japón, por ejemplo, ha puesto de manifiesto que el cambio hacia un modelo energético más eficiente, seguro y renovable es urgente. Del accidente de Bristish Petroleum se sacaban conclusiones parecidas. Las señales del cambio climático en marcha sólo empeoran. En definitiva, la “prima de riesgo ambiental” también está creciendo.

El desafío ante el que nos encontramos es cómo afrontar a un tiempo la urgente e importante crisis económico-financiera, la urgente e importante crisis social y la urgente e importante crisis ambiental. Todas estas crisis conviven, se solapan y son interdependientes. Todas ellas deben ser resueltas de forma integrada. Y para que tengamos posibilidades de éxito el compromiso de la sociedad civil es fundamental.


Proyectos como CARBON DISCLOSURE PROJECT demuestran que las empresas que VOLUNTARIAMENTE han contestado el cuestionario de Carbon Disclousure Project (CDP) están trabajando para afrontar el cambio climático. Las entidades financieras firmantes de CDP utilizan esa información a la hora de tomar sus decisiones de inversión. Se construye así un círculo virtuoso que contribuye a recompensar a las empresas más proactivas y que también promueve el cambio hacia políticas más ambientales en decenas de miles de pequeñas y medianas empresas que forman parte de su cadena de proveedores.


Por otro lado, de las 26 empresas analizadas en la segunda edición del ranking del proyecto Piensaenclima, 24 mejoraron su puntuación, lo que refleja una mejora en sus políticas, acciones y transparencia en materia de cambio climático (Ver ranking pinchando aquíhttp://www.piensaenclima.org/pdf/GuiaPiensaenclima.pdf). Además identificamos nuevas buenas prácticas de estas empresas como:


•Una empresa analizada nos comunica que su departamento de medio ambiente ha puesto como objetivo interno anual el mejorar cada año sus resultados en la evaluación de Piensa en clima.
•Varias empresas han hecho comunicación interna y externa sobre sus resultados en el ranking. Estas empresas informan habitualmente de todas sus acciones en materia de cambio climático.
•Una empresa que obtuvo un resultado negativo reconoció sus carencias en materia de cambio climático. Poco después la empresa anunció públicamente su intención de empezar a contabilizar sus emisiones de carbono y de establecer unos objetivos y un plan de reducción.

Otra muestra de que el cambio climático sigue estando entre las estrategias de gestión de las empresa y en su apuesta por una modelo de negocio bajo en carbono es el hecho de que, durante el año 2011, 9 entidades han conseguido el Sello CeroCO2 (www.ceroCO2.org ) gracias a su compromiso voluntario para calcular, reducir y compensar sus emisiones de CO2, lo que supone un aumento del 50 % respecto a 2012. El trabajo en esta línea ha permitido que algunas de ellas hayan conseguido reducciones de hasta el 16 % respecto al año 2010. Además, las entidades que han implementando estrategias de cálculo y reducción y no han conseguido llegar hasta el final, han decidido compensar sus emisiones de CO2 en países en vías de desarrollo, como una forma de lucha contra el cambio climático y contra la pobreza, lo que ha supuesto un aumente de las emisiones compensadas de un 300%. Esto demuestra que las empresas, a pesar de la crisis económica e independientemente de lo que los gobiernos deciden, siguen apostando por un modelo bajo en carbono.

Existen, por tanto, señales que indican que la lucha contra el cambio climático avanza desde muchos sectores. Por eso es más necesario que nunca que los líderes políticos estén a la altura de las circunstancias. Empresas, consumidores e inversores pueden empujar fuertemente la lucha contra el cambio climático. Ya han empezado a hacerlo. Ya está en marcha la transición hacia una economía baja en carbono.



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